Hemos leído con atención los comentarios y aportaciones realizadas por Solis-Ovando et al.1 y estamos de acuerdo en varias de las apreciaciones que realizan a nuestro trabajo sobre la inadecuación del tratamiento antibiótico2. Sin embargo, nos gustaría realizar algunas observaciones.
Numerosos estudios han puesto de manifiesto que la inadecuación del tratamiento antibiótico conlleva un incremento de la mortalidad, incluido uno de nuestro propio grupo3–5. Sin embargo, estos estudios se han realizado con pacientes en situación de shock séptico y sepsis grave, donde la toma de decisiones son especialmente relevantes debido a la gravedad del proceso, que condiciona una alta mortalidad. Nuestro estudio no se centra en este perfil de pacientes. La población incluida en nuestro trabajo son pacientes con la suficiente complejidad para ser ingresados en una planta de hospitalización convencional, pero sin que el proceso sea lo suficientemente grave como para precisar cuidados intensivos. En este perfil de población la toma de decisiones podría no ser tan determinante como para que estas tengan consecuencias sobre la mortalidad, como así muestran nuestros resultados. No obstante, es posible que nuestro trabajo no posea la potencia suficiente como para encontrar diferencias significativas en el pronóstico a corto plazo, debido a que la mortalidad de la serie es de un 11%. Pensamos que son necesarios nuevos estudios prospectivos sobre este perfil de población, no tan gravemente enferma, donde se contemplen todos aquellos factores que puedan influir en curso evolutivo del paciente, y todos los modelos de infección, para determinar la repercusión que tiene el error en la selección del tratamiento empírico inicial.
En espera de futuros estudios, aunque evidentemente el principal objetivo a la hora de abordar el tratamiento del paciente infectado es la mejora de la supervivencia, no debemos desdeñar la importancia de la reducción de la estancia media, tanto para reducir los costes sanitarios como para disminuir el riesgo de saturación de los servicios de urgencias6,7.
Por último, estamos totalmente de acuerdo en la importancia que tiene implementar herramientas que ayuden a la toma de decisiones sobre la selección del tratamiento, incluidos los programas PROA y la instauración de guías clínicas. Este es un área de mejora específicamente reconocido en el ámbito de urgencias8,9 y se han realizado diversos esfuerzos para mejorar y estandarizar las decisiones10.
FinanciaciónNinguna.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.