Durante los últimos años se vienen publicando en nuestro país actualizaciones sobre la infección por los virus linfotrópicos humanos (HTLV) de tipo 1 y 2 a cargo del Grupo Español de Estudio del VIH-2 y HTLV-1/2, como el reciente editorial1 aparecido en su revista.
Si bien los datos comentados solo reflejan lo acontecido hasta diciembre de 2007, la introducción durante 2008 de un nuevo ensayo de detección de anticuerpos frente a los HTLV-1/2 completamente automatizado, como el ARCHITECT rHTLV-I/II® (Abbott Diagnostic Division), que utiliza antígenos recombinantes (gp21 del HTLV-2) y péptidos sintéticos (gp46 de los HTLV-1/2) con tecnología de inmunoanálisis quimioluminiscente de micropartículas2,3, abre nuevas perspectivas en cuanto que pone al alcance de más laboratorios diagnósticos la posibilidad de detectar la infección por HTLV mediante medios automatizados ampliamente extendidos en nuestro entorno4.
En este contexto, queremos aportar la experiencia reciente de nuestro laboratorio. La prueba se introdujo ante la necesidad de realizar la detección de retrovirus en los pacientes a los que se les había realizado un explante de órganos para donación5 y, en una etapa inicial, se decidió su ampliación a todos los pacientes portadores de anticuerpos frente al VIH-1, así como su inclusión sistemática en algunos protocolos de muestras de pacientes con síndromes neurológicos compatibles; en una segunda etapa, pasamos a realizárselo también a todos los pacientes a los que se les solicitaba la carga viral del VIH-1. Dados los primeros resultados, más altos de lo esperado, decidimos utilizar una técnica para la confirmación y la diferenciación de los tipos de HTLV en las muestras repetidamente positivas para los anticuerpos (INNOLIA® HTLV I/II, INNOGENETICS Diagnóstica Iberia, SLU) con un protocolo de 16h6.
En el momento de la publicación del referido editorial1, habíamos analizado un total de 2.430 muestras de 1.510 pacientes, de los que 81 habían sido positivos para los anticuerpos frente a los HTLV-1/2 (5,36%). Hasta el momento, hemos realizado la prueba de confirmación con muestras de alrededor de 3/4 de los pacientes (60/81, 74,07%); de estos, se han confirmado 46 (76,7%), 6 han sido negativos (10%) y 8 han sido indeterminados (13,3%). De los confirmados, a 34 (73,91%) se los ha diferenciado como HTLV-2, a ninguno como HTLV-1 y en 12 no ha sido posible diferenciar el tipo de HTLV. De los pacientes confirmados como HTLV-2 (2,25%), más del 90% (31/34) son hombres, con una media de edad de 42 años y en su mayoría procedentes de un centro penitenciario (74,19%); todos los pacientes tenían infección por VIH-1.
Como se apuntaba en trabajos previos7,8, nuestros resultados preliminares indican que la infección por HTLV-2 está más extendida de lo que reflejan los datos de 20071, al menos en nuestra comunidad. A falta de tener filiados los pacientes a los que aún no se les ha realizado la prueba de confirmación y completar los datos epidemiológicos y clínicos de los pacientes en los que hemos encontrado infección por HTLV-2, podemos afirmar que la introducción de pruebas automatizadas, que permiten manejar de modo sencillo un elevado número de muestras, nos va a permitir un mejor conocimiento de la infección por retrovirus no VIH en nuestro país. En este sentido, creemos que, por su bajo coste y su sencillez de realización, la prueba de cribado de los anticuerpos frente a los HTLV-1/2 se debería extender no solo a los pacientes con infección por VIH-sida, sino a todos los pacientes que proceden de zonas endémicas de infección, colectivos que acuden a las unidades de conductas adictivas y, ampliamente, a los que comparten riesgo de transmisión de infecciones parenterales.