Agradecemos el interés suscitado por nuestro trabajo en la carta al Editor «Cribado para la detección de VIH y su posible implicación en los pacientes con ictus» presentada en dicha revista, sobre la cual nos gustaría responder a algunas de las consideraciones realizadas.
Aceptamos como limitación, como se especificó en el artículo original1, que el Conjunto Mínimo Básico de Datos (CMBD), fuente de nuestros resultados, no aporta variables relevantes como pudieran ser el tiempo de evolución de la infección por virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y la frecuencia y tipos de tratamiento antirretroviral en cada año y sus modificaciones a lo largo del tiempo del estudio. Se trata de variables imposibles de registrar en informes de alta de hospitalización, que son la base del CMBD, pero, a cambio, este tipo de estudios permite comparaciones no de cohortes sino de la población global.
Por otro lado, las variables de la edad y el consumo de drogas estimulantes sí han sido evaluadas tanto en los análisis univariantes como en el modelo multivariante. El objetivo del trabajo era evaluar la tendencia temporal de la proporción de infección por VIH en ictus a lo largo de 16 años y si el aumento de la misma era independiente de otros factores, algo que se confirmó en los análisis controlando estas y otras variables potencialmente de confusión.
Aumentar el cribado de la infección por VIH es uno de los principales objetivos establecidos por Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) para los próximos años2, con el propósito de disminuir los altos porcentajes de infección oculta y diagnóstico tardío. Las guías clínicas varían sus recomendaciones desde la oferta universal o rutinaria de la prueba de VIH a personas de 13 a 65 años, salvo que expresamente se nieguen (opt-out)3 a una estrategia más específica o dirigida, en la que las personas que acuden al sistema sanitario deben ser cribadas si presentan alguna condición indicadora de infección por VIH4,5. Las guías españolas, además de recoger las indicaciones de cribado rutinario, dirigido y obligatorio, recomiendan el cribado del VIH en personas con condiciones indicadoras de infección por VIH/SIDA6. Los Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han desarrollado estrategias de cribado dirigido basado en la utilización de unas listas de condiciones indicadoras, entre las que por el momento no se encuentra la presencia de ictus4,7.
En nuestro trabajo se observa un aumento progresivo del porcentaje de infección por VIH en pacientes hospitalizados con ictus de forma independiente a los factores de riesgo clásicos, lo cual refuerza el papel del VIH como un factor de riesgo vascular. Es importante destacar que se considera a la edad como un factor de riesgo vascular a partir de los 50 años8 y la media de edad de los pacientes con ictus y VIH en nuestro trabajo era de 46,8 (DE 11,7) años1, con un 66,1% de los cuales por debajo de este límite. Además, las causas de los ictus en pacientes por debajo de los 50 años permanecen desconocidas en hasta un 33% de las veces9 y el estudio etiológico en esta población es mucho más extenso10. Por tanto, si bien en la actualidad no es posible catalogar al ictus como enfermedad típicamente asociada al VIH, los datos presentados podrían sugerir la recomendación de solicitar la serología de VIH a todos aquellos pacientes jóvenes hospitalizados que lo sufran, aunque serán necesarios futuros estudios para evaluar el coste-efectividad de esta medida.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.