Desde principios de la pandemia COVID-19 se ha utilizado la detección de ARN viral mediante la reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (PCR) como prueba para el diagnóstico del virus SARS-CoV-21,2. La principal limitación de esta es que su resultado no es inmediato, lo que alarga la toma de decisiones ante posibles brotes3. Esta limitación toma especial importancia en el contexto de los centros residenciales, donde la gran vulnerabilidad de sus usuarios hacen que la puesta en marcha de manera precoz de medidas sea fundamental para controlar la trasmisión del virus4.
En el mes de septiembre se empezaron a comercializar en España nuevas pruebas diagnósticas, las pruebas rápidas de detección de antígenos, que proporcionan un diagnóstico rápido en 15-20min en el lugar de atención sanitaria, mediante un procedimiento sencillo y con un bajo coste1,3. Presentan una sensibilidad superior al 90% y una especificidad superior al 95% en pacientes sintomáticos con menos de 7 días de evolución3.
Ante la llegada de estos test, nuestra unidad de coordinación y apoyo asistencial a residencias decidió probar su utilidad durante el mes de septiembre y comparar su fiabilidad y concordancia con la PCR. Para ello a los usuarios que presentaron síntomas compatibles con COVID-19 y/o eran contactos estrechos de usuarios con diagnóstico COVID-19 positivo se les realizó una PCR y simultáneamente una prueba rápida de detección de antígenos (PanbioTM COVID-19 Ag Rapid Test Device).
Se utilizaron ambos test en 30 usuarios, con una media de edad de 76,23 años (DE: 19,76). El 36,67% eran varones y el 63,33% mujeres. El 90% presentaban sintomatología compatible con infección SARS-CoV-2 de menos de 5 días de evolución y el otro 10% restante se encontraban asintomáticos, pero eran contactos estrechos.
Los test rápidos detectaron 19 casos positivos y 11 negativos mientras las PCR detectaron 20 casos positivos (9 casos con Ct inferiores a 20, 8 casos con Ct entre 20 y 25 y los otros 3 con Ct superiores a 25) y 10 casos negativos (tabla 1). La concordancia entre la PCR y el test de antígeno fue del 96,66%.
Si analizamos la concordancia en función del motivo de realización del test, esta fue del 100% cuando se utilizaron en residentes sintomáticos mientras que el único caso en el cual los resultados de ambos test difieren fue cuando se utilizó en un contacto estrecho asintomático. En este caso el resultado del test de antígeno fue negativo mientras que la PCR dio positivo en 2 genes a umbrales de amplificación de Cts 29,8 y 39,7.
La sensibilidad del test fue del 95% y la especificidad del 100%. El valor predictivo positivo fue del 100% y el valor predictivo negativo del 90,9%.
Nuestro primer contacto con los test de antígenos pone de manifiesto su utilidad como test diagnóstico de COVID-19, tal y como reconoció el Ministerio el 25 de septiembre3. La concordancia con la PCR en este estudio es casi del 100%, siendo máxima cuando el usuario presenta síntomas compatibles. La mayoría de autores destacan una mayor sensibilidad de los test de antígenos cuando la carga viral es alta5,6, sobre todo cuando los valores de Ct son inferiores o iguales a 251, hecho que ratifica nuestro estudio. La carga viral era alta en la mayoría de los casos en los cuales el test de antígeno fue positivo. Además, en el único caso discordante, la PCR presentó baja carga viral.
Una de las principales ventajas de la utilización de este test en los centros residenciales es la posibilidad de poder realizarlos en el punto de atención de los usuarios, obteniendo el resultado en 15min y permitiendo así una toma de decisiones y aislamiento precoces. Además, la sencillez de estas pruebas hacen pensar la posibilidad de que sea el propio personal de enfermería de los centros residenciales los que la realicen, acelerando así el diagnóstico.
En conclusión, la experiencia que aquí se presenta muestra una nueva vía diagnóstica del virus SARS-CoV-2 de especial interés en centros residenciales, siguiendo así la corriente de otros autores que aceptan la utilización de test menos sensibles pero rápidos y con menor coste7,8. Su utilización permite un diagnóstico precoz y como consecuencia una disminución de la propagación del virus y sus consecuencias en esta población vulnerable.