Hoy en día los estudios de eficacia deben ser contrastados con estudios de efectividad si se quiere conocer el efecto real de la vacuna. Los estudios observacionales de efectividad de la vacuna (EV) tienen como objetivo emular la situación real, lo que hace que la mayoría de los diseños de EV sean desafiantes y puedan ser difíciles de afirmar categóricamente, como refieren Sookaromdee y Wiwanitkit1. Sin embargo, hay pocas dudas de que la vacuna es muy efectiva para reducir los casos, las hospitalizaciones y las muertes2.
La eficacia de la vacuna BNT162b2 mRNA Covid-19 en participantes con o sin evidencia de infección previa por SARS-CoV-2 fue del 94,6% (IC 95%: 89,9-97,3), documentada en la ficha técnica de la vacuna y recogida en estudios, así como en la Agencia Europea de Medicamentos.
En el estudio de cohortes prospectivo SIREN, realizado en Inglaterra con trabajadores sanitarios (TS) de hospitales públicos, se ha observado una efectividad en la prevención de infección, tanto sintomática como asintomática, del 86% (IC 95%: 76-97) a los 7 días de la segunda dosis3.
Hay otros estudios que evalúan la efectividad de la vacunación frente a COVID-19. El primero es un estudio de cohortes donde la VE fue de un 81,2% (IC 95%: 80,2-82,0). El segundo estudio fue observacional retrospectivo utilizando el método de cribado, y la EV frente a COVID-19 para prevenir la infección sintomática o asintomática en residentes de centros de mayores fue del 87,8%4. En el tercero los efectos observados fueron ligeramente más fuertes en los TS (95%)5, y por último, con la vacuna BNT162b2, la efectividad de 2 dosis fue del 93,7% (IC 95%: 91,6-95,3)6.
La realización de test serológicos y titulación de anticuerpos en nuestro país no se recomienda antes o después de la vacunación7. Las pruebas utilizadas actualmente para la detección de una infección activa están basadas en: detección de antígenos (rapid antigen diagnostic test) y detección de ARN viral mediante una RT-PCR o equivalente.
No se considerarán para el diagnóstico de infección activa los resultados de ningún tipo de prueba serológica debido a la heterogeneidad de los test empleados con diferentes sensibilidades y especificidades; se ha de acompañar un resultado de PCR, por el número de falsos positivos de la IgM. En el estudio al que hacen referencia de Nopsopon et al.8, no se dispone del resultado de las PCR de los 7 casos con IgM positiva para poder concluir si son verdaderos positivos o falsos positivos9.
El tiempo medio desde el inicio de los síntomas hasta la recuperación es de 2 semanas en la enfermedad leve y de 3-6 semanas en la grave. En los pacientes con un curso leve, el pico de la carga viral ocurre durante los primeros 5-6 días tras el inicio de los síntomas y prácticamente desaparece al día 10. La transmisión de la infección ocurriría fundamentalmente en los casos leves en la primera semana de la presentación de los síntomas, desde 2-3 días antes hasta 7-8 días después. En los casos graves esta transmisión sería más duradera10. Por lo tanto, en los TS asintomáticos la detección de infección mediante IgM no se considera para el diagnóstico.
Los TS en nuestro hospital cuentan con todos los equipos de protección individual, formación y rigurosa aplicación de las medidas de prevención (higiene de manos, distancia social, uso obligatorio de mascarilla, desinfección, ventilación, adecuación de espacios), con lo cual, en caso de producirse un caso asintomático, el riesgo de contagiar la enfermedad a otros TS o pacientes es aceptable, ya que el 100% de eliminación del riesgo es utópico. Sin embargo, en nuestro hospital se realizan cribados con PCR en exudado nasofaríngeo en diversos escenarios (brotes, contactos estrechos, síntomas, etc.), para el control y diagnóstico de esta enfermedad.
Con las limitaciones de nuestro estudio, se puede apreciar en la gráfica como una incidencia más baja en el mes de febrero de 2021 no se correspondía con la disminución sustancial que existe en el mes de marzo en los TS, cuando la incidencia era mayor para esa fecha, pudiendo atribuir el evento a la completa vacunación del personal sanitario en prácticamente su totalidad; parece razonable pensar que la vacunación sí es efectiva.
La Paz Health Care Workers Vaccination Study Group: Authors and affiliations
Servicio de Prevención de Riesgos Laborales: Concepción Núñez López, Juan Manuel González De Abreu, Natalia Arizaga Lobeto, Natalia Pérez Hidalgo, María Castiñeiras Ortega, Consuelo Rodrigo García-Pando. Servicio Medicina Preventiva: Verónica Pérez-Blanco, Claudia García-Vaz. Servicio de Microbiología: Julio García Rodríguez, María Pilar Romero. Unidad de Enfermedades Infecciosas: Rosa de Miguel Buckley, Marta Díaz-Menéndez, José R. Arribas.