Existen numerosas alteraciones y enfermedades en que se ve disminuida o impedida la capacidad de deglución del paciente a pesar de poseer un sistema digestivo funcionante.
En estos casos, la colocación de una sonda de gastrostomía percutánea (conocida por su acrónimo en inglés PEG) se constituye en el método de elección para procurar la alimentación enteral al paciente institucionalizado o en su ámbito domiciliario de manera segura y eficaz durante largos periodos. Por su sencillez, seguridad, fácil manejo y bajo coste, la PEG ofrece claras ventajas frente a otras técnicas de alimentación, especialmente frente a la sonda nasogástrica y la nutrición parenteral, si bien requiere unos sencillos y precisos conocimientos y la aplicación de cuidados que eviten la escasa incidencia de complicaciones.
La colocación de una sonda de PEG podría contemplarse en: a) de modo temporal en pacientes con cuadros potencialmente reversibles; b) en enfermedades irreversibles para las que se espera una supervivencia prolongada (mayor de 6 meses), y c) en enfermedades terminales y debilitantes con expectativa de vida relativamente prolongada, casos en los que la indicación e implementación de la técnica deberán ser individualizadas y consensuadas.
La formación específica de los profesionales y cuidadores encargados de manejar estos dispositivos garantiza su uso continuado y minimiza el riesgo de complicaciones. En este trabajo se revisan las indicaciones de la colocación de una sonda de PEG, su técnica y los cuidados más adecuados que proporcionar a los pacientes portadores por parte del profesional sanitario y de sus cuidadores.
There are numerous conditions and pathologies in which the patient's swallowing ability is diminished or prevented despite having working digestive system.
These are the fundamental requirements for the placement of a percutaneous gastrostomy tube (PEG) as a method of choice to provide safe, effective, and prolonged enteral nutrition for the patient at home or when admitted to hospital. Due to its simplicity, safety and low cost, PEG offers several advantages over other feeding techniques, particularly nasogastric tube and parenteral feeding, although it does require simple and accurate knowledge and application of care that ensures low incidence of complications.
The placement of a PEG tube should be contemplated in several clinical situations: a) for temporal use in those patients with potentially reversible diseases; b) in non-reversible diseases in which a long survival (of more than 6 months) is foreseeable, and c) in patients affected of terminal and debilitating illnesses in whom a relatively long survival is probable. In these last cases the indication and implementation for PEG should be individualized and agreed jointly.
The appropriate training of care professionals and familiar supporters in charge of the patients carrying a PEG tube ensures its continuous functioning and reduces the risk of complications. This paper aims to review the indications and appropriate care for patients carrying a PEG tube and presents the most accurate care that should be provided by both the professional health carers and caregivers.
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