Introducción: La concepción de la cultura como elemento que condiciona el comportamiento y decisiones de las personas, hace que ésta no pueda pasar desapercibida para los profesionales de la salud. Por ello contamos con modelos de “competencia cultural”. Buscan identificar aspectos culturales que influyen en el cuidado y la relación existente entre ellos, así como las características de los cuidadores “culturalmente competentes”. La necesidad de enfocar la salud y los cuidados desde esta perspectiva se justifica por el aumento en las migraciones, que conlleva la aparición de diversidad poblacional que espera de los profesionales sanitarios que entiendan y respeten sus creencias culturales, valores y estilos de vida. También es obvio el incremento de actuaciones de carácter legal ante conflictos, negligencias, ignorancia e imposición dentro de las prácticas en cuidados de salud, generados por choques culturales. Son muchos los estudios que muestran las desigualdades en salud existentes entre población extranjera y autóctona. No obstante, la salud es escasamente analizada por la infrarrepresentación del colectivo migrante en estudios y encuestas nacionales de salud. El motivo del acercamiento a esta comunidad es que se trata del quinto país de origen extranjero más frecuente en España y la segunda nacionalidad en la ciudad de Sevilla. Ante esto, el objetivo planteado es acercar conocimientos sobre la salud y los hábitos de la comunidad china inmigrante de la ciudad de Sevilla a profesionales sanitarios para desarrollar cuidados de salud culturalmente congruentes.

Métodos: Este trabajo constituye el inicio de análisis de una de las fases (diseño cualitativo de tipo fenomenológico) de un estudio más amplio con esta comunidad, presentándose los primeros resultados obtenidos tras el contacto y la administración de cuestionarios sobre conductas de salud a personas chinas de la ciudad de Sevilla y la realización de entrevistas en profundidad a agentes clave de la comunidad china.

Resultados: Se trata de un colectivo migratorio nuclear, joven y en edad activa, cuyo principal motivo para la migración es la mejora económica y laboral, recibiendo ayuda de la propia comunidad china para su instalación en el lugar de destino. La mayor socialización entre dicha comunidad, dificultades como el idioma, la dedicación laboral, las actitudes de rechazo y el empleo de la Medicina Tradicional China (MTC) para dolencias no severas, hacen que el contacto y acceso sanitario sea escaso. En relación a otros grupos extranjeros, es llamativa la franja de población china adscrita a servicios privados de salud. En cuanto a hábitos de vida, determinadas prácticas preventivas (control cardiovascular, vacunación o prevención ginecológica), el deporte o actividad física suelen ser deficientes en esta población. Otras conductas de salud presentan diferencias en función del género: son los hombres quienes beben y fuman con mayor frecuencia y más cantidad, siendo el tabaquismo esporádico en la mujer. También el empleo de métodos anticonceptivos es inferior en los varones. Por otro lado, la alimentación es variada y saludable, con un consumo frecuente de verduras, tendiendo a la ingesta de alimentos grasos y no saludables cuanto más joven es esta población.

Conclusiones: Destacar la importancia de conocer las implicaciones culturales para la salud. Solo tras la identificación de las conductas de salud, los servicios sociosanitarios podrán adaptarse a las demandas de una comunidad culturalmente diversa, entre la que destaca la población china. La Teoría de la Diversidad y la Universalidad de los Cuidados Culturales de Leininger, puede dar respuestas al desconocimiento sobre la salud de una población que va incrementándose día a día y que entiende la salud desde el enfoque de otra cultura y de la MTC, tampoco ofrecida hoy día como opción en nuestro sistema sanitario.

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Palabras clave: Enfermería transcultural. Emigración e Inmigración. Promoción de la salud.