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Disponible online el 17 de julio de 2024
Experiencia de una enfermera de práctica avanzada en una unidad de cuidados intensivos
Experience of an advanced practice nurse in an intensive care unit
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Rosana Goñi-Viguria
Autor para correspondencia
rgviguria@unav.es

Autor para correspondencia.
Área de Críticos, Clínica Universidad de Navarra, España
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Resumen

La estructura de las unidades de cuidados intensivos, el perfeccionamiento tecnológico y la gravedad de los pacientes, exigen que exista armonía entre todos los actores participantes del asistir al paciente crítico. A este contexto se añade que el rol actual de la supervisora pasa por asumir cada vez más competencias en gestión, sin perder de vista la necesidad de enmarcar la práctica profesional en el marco de una filosofía de cuidados. Ante este reto para la supervisora, la aparición en nuestro entorno de la figura de la enfermera de práctica avanzada (EPA) es una oportunidad. La EPA es fundamental para mejorar la atención al paciente, el desarrollo del personal y la implantación de la práctica basada en la evidencia.

En este artículo se describe cómo trabaja la EPA con los diferentes miembros del equipo de salud y cuáles han sido los resultados desde su incorporación.

La EPA lidera los esfuerzos para mantener la calidad del cuidado. Utiliza su conocimiento para evaluar las brechas dentro de la práctica y entre los entornos de práctica, y diseñar y liderar cambios en la práctica basados en la evidencia, para que los puntos de referencia puedan cumplirse de la manera más eficiente y oportuna. Además, apoya a la organización para responder a un entorno sanitario en constante cambio y es un instrumento para alcanzar sus metas.

Palabras clave:
Enfermera de práctica avanzada
Unidad de cuidados intensivos
CNS
Abstract

The intensive care units structure, the technological improvement and the severity of the patients, require that there be harmony between all the actors involved in assisting the critically ill patient. Added to this context is that the current role of the supervisor involves assuming more and more management skills, without losing sight of the need to frame professional practice within the framework of a philosophy of care. Given this challenge for the supervisor, the appearance in our environment of the Advance Practice Nurse figure (APN) is an opportunity. The APN is essential to improving patient care, staff development and the implementation of evidence-based practice.

This article describes how the APN works with the different members of the health team and what the results have been since their incorporation.

The APN leads efforts to maintain quality of care. They use their knowledge to assess gaps in practice and between practice settings, and to design and lead evidence-based practice changes so that benchmarks can be met in the most efficient and timely manner. Additionally, it supports the organization to respond to a constantly changing healthcare environment and is instrumental in achieving its goals.

Keywords:
Advanced practice nurse
Intensive care unit
Clinical Nurse Specialist
Texto completo
Introducción

La unidad de cuidados intensivos (UCI) es una unidad estructurada, que presta asistencia especializada a los pacientes en estado crítico, con riesgo de vida, disponiendo de tecnologías cada vez más avanzadas para tratar de preservar la vida del paciente en estado grave, exigiendo profesionales de la salud altamente capacitados1.

El perfeccionamiento tecnológico permite modificar gradualmente la dinámica operacional en las UCI. Como consecuencia de ese cambio, hay necesidad de tomar decisiones delante de la muerte y del morir, y de la estancia de los pacientes críticos en estas unidades. Estos hechos han llevado a la constatación de la importancia de que exista armonía entre los profesionales que trabajan en las UCI, los pacientes ingresados en ellas y sus familiares. Por tanto, es necesario que se busque la mejoría del cuidado entre los actores participantes en el asistir al paciente crítico2. A este contexto se añade que el rol actual de la supervisora pasa por asumir cada vez más competencias en gestión (planificación, organización, comunicación, dirección, evaluación e impulso de la calidad) sin perder de vista la necesidad de enmarcar la práctica profesional en el marco de una filosofía de cuidados3. Ante este reto para la supervisora, la aparición en nuestro entorno de la figura de la enfermera de práctica avanzada (EPA) es una oportunidad4 para mejorar la atención al paciente, el desarrollo del personal y la implantación de la práctica basada en la evidencia5.

El Consejo Internacional de Enfermería (CIE) define la EPA como: «una enfermera generalista o especializada que ha adquirido, mediante formación de grado adicional (mínimo un título de máster) la base de conocimiento experto, habilidades para la toma de decisiones complejas y competencias clínicas para la práctica enfermera avanzada, cuyas características están modeladas por el contexto en el que se acredita para ejercer»6. La Clinical Nurse Specialist (CNS) y la Nurse Practitioner (NP) son los 2 tipos de EPA más extendidos a nivel internacional. Según el CIE la CNS es una «EPA que presta asesoramiento clínico experto y cuidados en relación con diagnósticos establecidos en ámbitos especializados de la práctica con un enfoque sistémico al ejercicio profesional como miembro del equipo de atención de salud»6. Combina el expertise en el cuidado del paciente con un liderazgo profesional a través de la formación, el asesoramiento experto y la investigación. Las habilidades en investigación aluden al trabajo sistemático para resolver preguntas que surgen de la práctica. Incluye interpretación y uso de la evidencia en la práctica clínica y evaluación de la misma para mejorar la calidad. Implica también la participación activa en estudios que generen conocimiento7,8. El liderazgo transformacional que posee, es clave para dirigir un cambio y empoderar a otros para influir en la práctica clínica7,8.

La figura de la CNS se incorporó en el Área de Críticos de la Clínica Universidad de Navarra en el año 2012. Para ello, se empleó el modelo conceptual PEPPA (proceso participativo para la enfermera de práctica avanzada, centrado en el paciente y basado en la evidencia). Este modelo, propuesto por Bryant Lukosius & Di Censo en 20049, proporciona un enfoque sistémico y basado en la evidencia para el desarrollo del rol avanzado en base a las necesidades de los pacientes, guía el desarrollo de una práctica avanzada centrada en el cuidado del paciente de una manera holística, promueve el uso de los conocimientos, las habilidades y la expertise en cada una de las competencias de la EPA, crea un entorno profesional óptimo para el desarrollo del rol avanzado y porque permite la evaluación continua y rigurosa del rol avanzado en base a los resultados obtenidos con el nuevo plan de cuidado.

Así pues, la incorporación del rol de la enfermera de práctica avanzada en la UCI ha supuesto la definición de competencias que en este caso supervisora y EPA van a desarrollar para potenciar tanto el ámbito de la gestión como el ámbito de apoyo y desarrollo de la práctica. La supervisora, se centra en todo lo relacionado con la gestión tanto del personal como de material, el impulso de la calidad, la preparación del entorno para lograr los objetivos propuestos y la evaluación del profesional. La EPA, desarrolla la práctica clínica directa, la consulta, la colaboración, el coaching y la investigación. Los perfiles de supervisora y EPA, aunque con roles diferenciados, comparten competencias, de modo que la comunicación y la cooperación entre ambos en la asistencia clínica es clave para la consecución de objetivos, en la atención al paciente y a la familia.

Dentro de la UCI, la EPA utiliza sus competencias básicas para involucrarse y colaborar con todos los miembros del equipo (médicos, enfermeras, fisioterapeutas, farmacéuticos, etc.). Estos esfuerzos de colaboración mejoran la experiencia del paciente y mejoran la utilización de los recursos y los resultados. La EPA utiliza el conocimiento avanzado, la investigación clínica, la gestión del cambio y el pensamiento crítico para mejorar la práctica enfermera y el trabajo en equipo, lo que repercute en el manejo clínico del paciente crítico10.

En este artículo se describe cómo trabaja la EPA con los diferentes miembros del equipo de salud y cuáles han sido los resultados desde su incorporación.

¿Cómo trabaja la EPA?Establecimiento de objetivos

Anualmente, en base a los objetivos de la propia institución, de un análisis de la situación de la unidad y teniendo en cuenta los proyectos que lanza el Ministerio de Salud de España relacionados con la UCI, la EPA junto con la supervisora establecen los objetivos de trabajo de la unidad.

Entre los objetivos que trabaja, como parte de su liderazgo profesional, está la implantación de la práctica basada en la evidencia, en el contexto de una cultura de seguridad. Para lograr este objetivo se trabaja tanto desde la revisión y adopción de protocolos ya existentes, como de la elaboración e incorporación de nuevos protocolos ante nuevas necesidades o áreas de mejora detectadas en la práctica.

Teniendo en cuenta los objetivos derivados del Ministerio de Salud (mantener indicadores de neumonía asociada a ventilación mecánica o prevención de la bacteriemia relacionada con catéter venoso central) y alineando con un objetivo de la institución (mantener una cultura de seguridad) se revisan y actualizan los protocolos de cuidado. Dado que los indicadores se mantienen en el estándar, la EPA potencia la cultura de seguridad cambiando el enfoque del cuidado, de un modelo basado en resultados, a un modelo basado en el proceso. Si solo se centra en resultados, en un futuro, estos dejarán de ser buenos. Por ello, cada año se van trabajando diferentes aspectos de seguridad. Así, primero se identifican los protocolos a trabajar, se realiza una revisión de la bibliografía y se actualiza el protocolo en caso necesario, después se audita el cumplimiento de esos protocolos y su documentación en el registro informático. Se evalúa los resultados y se detectan áreas de mejora; se realiza formación y se introduce los cambios necesarios y, por último, se vuelve a medir para ver los resultados. Todo el proceso se realiza integrando a todo el equipo de enfermería.

En lo relativo a los objetivos de trabajo institucionales, se encuentra el introducir el enfoque de familia en el cuidado enfermero. Para ello, la EPA junto con otras EPA de la institución y de la mano de investigadores expertos de la universidad, participa en un proyecto que busca capacitar a las enfermeras para la implantación de este enfoque de cuidado sistémico.

Por último, con relación a los objetivos derivados de la propia unidad, estos se definen tras una auditoría realizada por la supervisora y la observación directa de la EPA en la práctica diaria. Se detectan áreas de mejora de los cuidados, y/o factores de riesgo derivados del ingreso en la UCI (profilaxis tromboembólica, rehabilitación precoz, seguridad en el traslado) en los que trabajar. Además, la EPA es la responsable de la formación de los profesionales. En este sentido, coordina el Máster de «Formación Permanente en Cuidados Especializados de Enfermería en Cuidados Intensivos» (formación de posgrado obligatoria para trabajar en la UCI) e imparte docencia en el mismo; y organiza la formación para el personal de la unidad. También, todos los años crea un grupo de trabajo para realizar un estudio de investigación sobre áreas de mejora detectadas en la práctica.

¿Cómo trabaja con la supervisora?

Existe una colaboración directa y estrecha con la supervisora de la unidad. Esta relación parte de las funciones complementarias de ambas. Tal y como se ha señalado anteriormente, la supervisora de enfermería es la enfermera dedicada a la gestión más próxima a la asistencia. Según Williams et al.11, las supervisoras son enfermeras con gran experiencia práctica que realizan un trabajo que va más allá de la práctica clínica directa. Específicamente, las supervisoras facilitan el cuidado más que proveerlo porque emplean mucho más tiempo en actividades relacionadas con la gestión y el desarrollo y formación del personal, que con el cuidado directo del paciente o la investigación. Concretamente, los audits que se realizan en la UCI los hace la supervisora quien, junto con calidad, establece parte de los objetivos de seguridad de la unidad. Estos objetivos son trabajados, posteriormente, con la EPA y juntas establecen un plan de actuación para mejorar la calidad y seguridad de los aspectos detectados en la auditoria.

Esta complementariedad se ve reflejada en el trabajo diario, donde con el fin de lograr los objetivos anuales, la supervisora evalúa a cada una de las enfermeras intensivistas a través de un portfolio que ha ido trabajando diariamente, y a pie de cama la EPA trabaja esos objetivos con cada una de las enfermeras. A esto se suma, que de esta observación participativa de la EPA y de la evaluación de los portfolios por parte de la supervisora, se establece la formación continua, alineada con los objetivos anuales de la UCI.

Un aspecto que merece especial consideración y que tiene un gran impacto en la consecución de los objetivos, es la evaluación semanal que realizan conjuntamente la EPA y la supervisora. En estas reuniones se exponen los logros, las carencias, los puntos de mejora, los puntos fuertes y establecer qué hacer y cómo trabajar la semana siguiente. Esto pone de evidencia, como la implementación de cada cambio va adaptándose a las necesidades o situaciones detectadas a lo largo de toda la implementación. Por ejemplo, en la prevención de las infecciones del tracto urinario, se observaba en el cuidado del enfermo que la sonda no estaba fijada y en el registro informático, aparecía siempre como realizado. Es conocido que este cuidado es importante para la prevención de las infecciones del tracto urinario. Durante la reunión se trató de entender las barreras y facilitadores que podrían influir en la no realización o la realización de esta sujeción. Así, tras este estudio derivado de conversaciones con el equipo de enfermería, y con la supervisora, se consideró que la implementación de un dispositivo específico para la sujeción de la sonda vesical facilitaría la realización de este cuidado. Tras el pilotaje de este cuidado, y en conversaciones posteriores con el equipo de enfermería, se vio factible y adecuado, implementándose de manera permanente.

¿Cómo trabaja con las enfermeras?

La EPA trabaja fundamentalmente la práctica clínica directa con cada una de las enfermeras intensivistas en el cuidado diario de los pacientes ingresados. Así, las acompaña, y forma, asegurando, a su vez, el cuidado holístico y la continuidad de la atención a los pacientes. Además, tiene un papel central en las situaciones complejas de los pacientes y sus familiares, detectadas por cualquier miembro del equipo de la UCI.

Al igual que sucede con la supervisora, la EPA revisa diariamente los objetivos planteados para la unidad. Por ejemplo, en el caso de la prevención de la bacteriemia asociada a catéter venoso central, el personal realiza una formación online acreditada. A pie de cama, la EPA comprueba si los diferentes aspectos que recoge el proyecto bacteriemia se han realizado (programación de cambios de goteros según el protocolo de la unidad; presencia de una luz libre para administrar bolos de medicación, para evitar desconexiones de goteros innecesarias; no hay goteros desconectados; pregunta diaria de si el paciente necesita todos los catéteres venosos que tiene insertados). Todo ello, además, se registra en el programa informático.

Por otro lado, con las enfermeras más nóveles, este seguimiento es más estrecho, desempeñando una labor de coaching y siendo consultada por ellas ante cualquier situación. Por ejemplo, cuando comienzan a trabajar en la unidad, la EPA les acompaña en cada una de las fases de valoración, de planificación y de ejecución de cuidados. Así, trabajan cómo y qué se trasmite en el parte, qué y cómo se valora al paciente. De esta fase elaboran el plan de cuidado y posteriormente, lo realizan bajo su supervisión. A medida que van adquiriendo más competencias este coaching va disminuyendo en intensidad.

Este acompañamiento en el desarrollo de la práctica clínica directa, así como el coaching y esta labor de consulta de la EPA, busca potenciar la autonomía de las enfermeras. Para ello, hay una labor de búsqueda, aclaración y definición de lo que cada enfermera quiere alcanzar, estimulando su autodescubrimiento, suscitando soluciones y fomentando la creación de estrategias por la propia enfermera.

Además, otro de los objetivos de la EPA es fomentar la colaboración y la cohesión entre el equipo de enfermeras. De esta manera, las enfermeras más expertas también contribuyen a la formación práctica de las enfermeras más nóveles. Por ejemplo, cuando estas tienen un paciente complicado y nunca han realizado alguno de sus cuidados, la enfermera experta les acompaña.

¿Cómo trabaja con el equipo médico?

La EPA trabaja con el equipo médico de forma conjunta. Así propone mejoras en el cuidado del enfermo. Un ejemplo de este trabajo conjunto y complementario es la elaboración de un protocolo de información conjunta a las familias. Este protocolo surgió de un estudio llevado a cabo con las familias de la unidad en donde se detectó que a medida que el paciente se iba cronificando, la información que recibían era más pobre y demandaban información tanto de medicina como de enfermería. Así que se habló con el equipo médico y se planteó el desarrollo de un protocolo que consiste en dar información enfermera y médico juntos todos los días, a una hora concreta, en un lugar adecuado12.

Cabe señalar, que la supervisora, el responsable médico de la unidad y la EPA se reúnen semanalmente para detectar aspectos de mejora y proponer soluciones a las demandas de la unidad.

¿Cómo trabaja con otros departamentos?

La EPA de la UCI no solo trabaja con los agentas clave de esta unidad, sino que también trabaja con otros departamentos que buscan la mejora continua del cuidado. Así, con el departamento de enfermería preventiva ha colaborado en la elaboración de un protocolo para la limpieza de los cubículos al alta del paciente, así como para la prevención de transmisión de infecciones cruzadas. Con el departamento de rehabilitación, ha realizado un protocolo de movilizaciones específico para el paciente crítico13. Con el departamento de otorrinolaringología, ha desarrollado un protocolo para la decanulación precoz de los pacientes traqueotomizados. Y con la EPA de dolor ha trabajado el abordaje del dolor en el paciente posquirúrgico en la UCI.

¿Cómo trabaja con la institución?

Como se ha señalado anteriormente, la EPA no solo ejerce su rol avanzado en el área de críticos, sino que colabora con diferentes aspectos del hospital. Así, participa en el Comité de Práctica Clínica como directora del mismo, buscando promover la excelencia de la enfermería en toda la institución. En este comité se abordan cuestiones relacionadas con la práctica clínica (desarrollo, mejora, innovación, evaluación) mediante la expansión del conocimiento y la utilización de la práctica basada en la evidencia, y la mejora del desempeño entre las enfermeras. Por ejemplo, se ha trabajado la mejora en la valoración del dolor en el paciente en el postoperatorio inmediato y en el paciente crónico, el deterioro de la movilidad, el informe de alta del paciente, etc. En el caso del dolor, por ejemplo, se hizo un estudio en todos los pacientes postquirúrgicos del hospital para valorar su percepción y cómo influía en sus actividades. Además, se definió el uso de escalas de valoración para los diferentes pacientes, bien sea con deterioro cognitivo, pediátricos, con dificultades en la comunicación. Y gracias a estos trabajos, se ha mejorado en la valoración del dolor en el paciente en el postoperatorio inmediato, en el paciente pediátrico y en el paciente con deterioro cognitivo.

Otra función clave de la EPA es el desarrollo y revisión de procedimientos de la práctica de toda la clínica (oxigenoterapia, protocolo de inmovilización parcial, actuación ante un paciente con hemorragia masiva…), con el objetivo de disminuir la variabilidad en sus cuidados de todo el proceso asistencial, incluyendo al equipo interdisciplinar.

Finalmente, señalar que forma parte de diferentes grupos de trabajo y comités del hospital. Por ejemplo, en el grupo de trabajo de úlceras por presión (UPP) ha participado en la actualización de la guía de prevención y tratamiento de UPP según la evidencia científica, ha implementado prácticas basadas en la evidencia y establecido acciones de mejora.

¿Cuáles han sido los resultados?Mantenimiento de indicadores de calidad

Como se ha descrito, la EPA lidera los esfuerzos para prevenir las bacteriemias asociadas a catéter venoso central, las infecciones del tracto urinario asociadas a sondaje vesical y las neumonías asociadas a ventilación mecánica entre otros5,10.

En el primer año en el que se incorporó la EPA al equipo, se realizó un estudio para medir el grado de cumplimiento de las medidas de prevención de bacteriemia asociada a catéter venoso central, neumonía asociada a ventilación mecánica e infección del tracto urinario asociado a sondaje vesical que las enfermeras tenían. La figura 1 muestra la mejoría en el grado de cumplimiento de las medidas de prevención tras sesiones de formación individualizadas y seguimiento diario de la práctica (detección y corrección temprana).

Figura 1.

Grado de cumplimiento de las medidas de prevención de infección.

(0.13MB).

La formación y el seguimiento en la práctica contribuye a que los indicadores de bacteriemia y neumonía se mantengan en el estándar de calidad. En el último año, la bacteriemia asociada a catéter venoso central ha sido de 0,72 por 1.000 pacientes/día de catéter venoso central de corta duración, mejorando el objetivo que es 1,2. En relación a la neumonía asociada a ventilación mecánica el indicador es de 2,65 frente a 6,22 por 1.000 pacientes/día que es el objetivo. El indicador de infección del tracto urinario asociado a sondaje vesical también es positivo, 2,2 frente al estándar de 2,74.

Resultados de la implementación de la práctica basada en la evidencia/investigación

Además, la EPA utiliza su conocimiento para evaluar las brechas dentro de la práctica y entre los entornos de esta, y diseñar y liderar cambios basados en la evidencia para que los puntos de referencia puedan cumplirse de la manera más eficiente y oportuna5. En este sentido, la EPA ha creado un grupo de trabajo para identificar los protocolos a trabajar. Los criterios para seleccionar estos protocolos los marca los objetivos de la institución y los objetivos de la unidad. Una vez identificados, cada miembro del grupo selecciona aquellos que quiere abordar en función de su área de interés. Cada protocolo es trabajado por 2 o 3 personas. Se realiza una revisión de la bibliografía, se actualiza y se presenta al equipo de enfermería en una sesión de formación.

Asimismo, la EPA realiza estudios para profundizar y medir los cambios en los cuidados más prioritarios. Por ejemplo, en 2013 se realizó un estudio en el que uno de sus objetivos era valorar el grado de cumplimiento de las medidas de profilaxis tromboembólica y de rehabilitación precoz. En relación a la profilaxis tromboembólica, se obtuvo una mejora en el porcentaje de cumplimentación pasando de un 62,7 al 100%, y en la rehabilitación precoz del 58,8 al 66,7%. En este último aspecto, el cumplimiento no fue el esperado. Es un aspecto básico en el cuidado del paciente que incide en su recuperación y problemas potenciales. Se estudió en profundidad para analizar la situación con la idea de potenciar la rehabilitación precoz y realizar un protocolo.

Para ello, primeramente, reclutó un equipo de enfermeras que pudieran participar en el desarrollo del trabajo teniendo en cuenta sus habilidades de investigación y su trayectoria profesional (en total 7 enfermeras). Durante las primeras reuniones se hizo un análisis de aquellas carencias que se veían en la unidad. A continuación, se realizó una búsqueda bibliográfica con el objetivo de encontrar intervenciones y protocolos que asegurasen una movilización segura y efectiva en los pacientes. Se hicieron observaciones de la práctica con respecto a la movilización precoz de los pacientes y se administraron unas encuestas al personal de enfermería. Esto llevó a la conclusión de que existen múltiples barreras para la movilización precoz y que dichas barreras coinciden con las encontradas en la literatura. Teniendo en cuenta que el tema es multiprofesional se decidió solicitar colaboración al equipo médico y al servicio de rehabilitación de la clínica para el desarrollo y la implementación del protocolo. Todo ello ayudó en la elaboración del mismo. Dicho protocolo se ha realizado en base a dos algoritmos, uno sobre los criterios a tener en cuenta para movilizar de manera segura a los pacientes y otro en el que se dividen a los pacientes en diferentes grupos13.

Por otra parte, para su puesta en marcha se impartieron sesiones de formación al personal del área de críticos, se colocaron dos pósteres en la unidad y se compró material que ayudara en la movilización de los pacientes.

Además, para determinar el tipo de movilización a realizar a los pacientes, se han introducido algunos cambios en el registro informático como son: la escala de agitación y sedación Richmond (RASS) y la escala para evaluar la fuerza muscular (MRC).

Se puede observar que, en este ejemplo de desarrollo de implementación de la práctica basada en la evidencia, la EPA ha puesto en práctica otras competencias como son el liderazgo (con el equipo investigador), el coaching (con el equipo de enfermería), la toma de decisiones y la colaboración (con el equipo médico y el servicio de rehabilitación).

Al igual que sucede con la movilización para evitar el tromboembolismo, la EPA cada año crea un grupo de trabajo para ahondar en un área de mejora en la unidad, alineada con los objetivos anuales marcados. Este grupo realiza una revisión de la literatura sobre el tema a trabajar, plantea una pregunta de investigación y la lleva a cabo. Los resultados se presentan en la unidad, en el congreso anual de la Sociedad Española de Enfermería Intensiva y se publican en revistas de intensivos. Este plan de comunicación interno y externo (comunidad científica), busca mejorar los cuidados de la propia unidad y de otras unidades de cuidados intensivos. En este sentido, desde su incorporación en la unidad, la EPA ha estudiado: el dolor de los pacientes posquirúrgicos en la unidad de cuidados intensivos14, el sueño de los pacientes de cuidados intensivos15, el conocimiento de los profesionales de la UCI sobre el dolor16 y sobre los cuidados paliativos17, la fisioterapia respiratoria18, el distrés laboral de los profesionales de la unidad19 y la satisfacción del paciente de cuidados intensivos con los cuidados de enfermería20.

Además, la EPA ha participado en varios proyectos de I+D+I tanto de la Universidad de Navarra, como de otras organizaciones. De este modo, en la actualidad, está trabajando el proyecto «Excelencia en Enfermería. Proyecto de Traslación del Conocimiento de la Enfermería de Familia, en la práctica clínica, en oncología».

Resultados en el registro de cuidados de la historia clínica

En la UCI de la CUN es un objetivo la visibilización de la labor de enfermería, siendo esencial el registro informático de todas las acciones de cuidado que las enfermeras realizan. Con relación a esto, diariamente se revisa el registro de los pacientes comprobando si los aspectos que en ese momento se está trabajando, están correctamente registrados y cumplimentados. A continuación, se muestran los resultados de un estudio relacionados con el registro de bacteriemia (fig. 2), neumonía asociada a ventilación mecánica (fig. 3) e infección del tracto urinario (fig. 4). Todos ellos muestran una mejoría en el registro informático, y por ende de la labor enfermera.

Figura 2.

Registro cuidados prevención bacteriemia asociada a catéter venosos central (CVC).

(0.17MB).
Figura 3.

Registro cuidados prevención neumonía asociada a ventilación mecánica.

(0.19MB).
Figura 4.

Registro cuidados prevención de la infección del tracto urinario asociado a sondaje vesical.

(0.18MB).
Resultados de capacitación

Además, desde la incorporación de la EPA en el equipo, se han organizado más de 100 sesiones de formación para el personal del área con una satisfacción media mayor de 3,5/4. Las sesiones de formación han intentado dar respuesta a las necesidades detectadas en la práctica (limitación del esfuerzo terapéutico, cuidados al paciente con asistencia circulatoria mecánica de larga duración…).

Otra de sus funciones de capacitación de la EPA es la coordinación del Máster de «Formación Permanente en Cuidados Especializados de Enfermería en Cuidados Intensivos». Además de la coordinación, también imparte docencia en dicho máster y es la mentora de todas las alumnas, realiza su seguimiento diario y acompañamiento en la práctica.

Conclusión

Los resultados obtenidos confirman el impacto del perfil en el equipo asistencial y en el cuidado del paciente, aumentándose la calidad y la seguridad de los cuidados.

En un entorno tan tecnificado y complicado físico y emocionalmente como el de UCI, la EPA juega un papel fundamental en el acompañamiento de pacientes, familias, enfermeras noveles y expertas, etc. Así, el hecho de incluir una EPA en la UCI de la CUN ha sido clave para poner en valor la esencia enfermera, y el impacto que este rol tiene en la vida de las personas, y en el logro de objetivos de la unidad, de la institución y ministeriales.

Conflicto de intereses

El autor comunica la inexistencia de conflicto de intereses.

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