El término “colaboración” en el ámbito de la investigación se suele referir a una cooperación en términos de igualdad entre personal investigador de diferentes grupos disciplinas, que realizan proyectos, mutuamente beneficioso para todos.
En la actualidad, la investigación en ciencias de la salud se lleva a cabo con el esfuerzo colectivo de muchos investigadores y grupos de investigación, con el convencimiento y la experiencia de que sus resultados científicos mejoran cuando se valoran los problemas desde diferentes perspectivas metodológicas, ámbitos de interés o conocimientos. Esta colaboración está comúnmente impulsada por las propias instituciones que incentivan a sus investigadores para que trabajen con otras tanto en proyectos nacionales como internacionales. Los proyectos de investigación que se proponen en este escenario suelen poner el énfasis en la traslación del conocimiento a la práctica clínica, a los servicios de salud y a la economía de la salud. Por ello, es frecuentemente necesaria la colaboración entre investigadores, incluyendo los metodólogos, y de los destinatarios de la investigación, como paciente, profesionales sanitarios y gestores.
La investigación enfermera tiene como objetivo principal mejorar la eficacia y eficiencia de prestación de cuidados y, por tanto, se puede trasladar habitualmente de un modo directo a la mejora en la atención de los pacientes. Pero cuando esa investigación se realiza con otros profesionales se observa un beneficio adicional: familiarizar a otros grupos con el rol científico de las enfermeras.
En la práctica clínica de las enfermeras de cuidados intensivos los problemas de investigación se relacionan generalmente con situaciones clínicas complejas que requieren frecuentemente enfoques desde diferentes puntos de vista y, por ello, por diferentes profesionales. Un ejemplo podría ser la línea de investigación sobre movilización precoz, el estudio MoviPre.1
Cuando estaba cerrando este editorial, apareció la pandemia por la infección causada por el virus SARS-CoV-2 (COVI-19), que aunque no cambia los postulados en que se basa, a mi juicio, la investigación de enfermería, sí pone en evidencia y sin discusión la absoluta necesidad de la investigación multidisciplinar, incluyendo la de enfermería. Sería deseable que esta colaboración, tan obvia en tiempos de crisis, no se debilite fuera de ella. A nivel internacional se ha argumentado que, si bien la globalización trae consigo importantes desafíos (nunca mejor dicho en tiempos del COVID-19), también ofrece una oportunidad única de investigación conjunta de investigadores de diferentes disciplinas y diferentes culturas, lo que facilita, entre otras cosas, conocer los problemas y cómo aplicarlos en diferentes contextos, tal como lo observamos en cómo se afronta la pandemia en sociedades como la China, Corea y en los países occidentales. Además, las instituciones internacionales (OMS, Unión Europea) pueden establecer prioridades de interés transnacional y promover la colaboración estable de grupos multidisciplinares de diferentes países. Sin embargo, hay que llamar la atención sobre la persistencia, también a nivel internacional, de “modelos jerárquicos” que ayudan poco al liderazgo y visibilidad de la investigación realizada por las enfermeras.
En los grupos de investigación colaborativos, el personal investigador suele encontrarse en diferentes etapas de sus carreras profesionales y con expectativas también diferentes sobre la aportación que esperan de otros investigadores. La persistencia de los “modelos jerárquicos” y nuestra actual falta de liderazgo y empoderamiento en la investigación, hace que frecuentemente no se considere a las enfermeras como investigadoras, sino que más bien se nos otorga un rol auxiliar en la investigación. Ganemos liderazgo y demos visibilidad a nuestras competencias científicas para que se produzca, de una vez por todas, un cambio significativo en estos roles que se nos confieren.
Quiero señalar finalmente que, por lo general, el investigador principal del proyecto debe comunicar claramente a los investigadores, antes de iniciarlo, los derechos y compromisos de cada uno y las autorías de las publicaciones que se deriven del estudio. En lo que se refiere a la autoría solo es ético figurar como autor cuando se ha hecho “contribución significativa”, basada en: a) aportaciones sustanciales al diseño del proyecto; o en la recogida, o análisis de los datos; b) redacción del manuscrito o revisión crítica del contenido intelectual; y c) aprobación de la versión final que se envía para ser publicada; y d) asumir el compromiso y la responsabilidad de que como autor puede responder adecuadamente los temas relacionados con la veracidad o la integridad del contenido publicado.2
La colaboración y la coordinación de los grupos de investigación en enfermería intensivaLos investigadores deben contar con las estructuras organizativas, el tiempo, espacio y los recursos adecuados. En este sentido el Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación3 recoge en su Acción Estratégica en Salud 4 (AES), gestionada por el Instituto de Salud Carlos III los instrumentos que facilitan esta investigación colaborativa. Las convocatorias de esta Acción Estratégicas son anuales.
Los proyectos de investigación coordinados y multicéntricos, constituyen el primer eslabón en la investigación colaborativa. A ellos se llega habitualmente tras haber solicitado un proyecto ejecutado por un sólo equipo de investigación. Suelen hacerse con muestras locales y pequeñas. Para muchos grupos es la primera experiencia en investigación competitiva. Posteriormente se avanza hacia la realización de proyectos coordinados y/o multicéntricos, que están constituidos por dos o más subproyectos, presentados por distintas entidades solicitantes, que colaboran para abordar objetivos más ambiciosos. En el ISCIII existen tres estructuras para la investigación colaborativa.
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Las Redes Temáticas de Investigación Cooperativa (RETICc) están formadas por varios grupos de investigación, de carácter multidisciplinar, que tienen como objetivo realizar proyectos de investigación cooperativa en un ámbito específico, como Patología Infecciosa, Enfermedades Vasculares Cerebrales, Servicios de Salud y Enfermedades Crónicas. En 2019, existían 14 RETICs.
En este punto es importante reseñar que si bien hay enfermeras adscritas a alguno de los grupos de estas redes, son menos que las esperadas y no se constituyen como grupos específicos. Y ¿cuál es la representación de enfermeras de cuidados intensivos?, creo que su presencia es muy testimonial y sus actividades se mueven más en lo que yo he llamado “colaborar para investigar”.
Es el momento de explicar las diferencias entre “Investigar colaborando” y “colaborar para investigar”. Bajo mi punto de vista, las enfermeras, y, por tanto, las enfermeras de cuidados intensivos, debemos investigar colaborando. Es decir, debemos liderar, co-liderar o participar en los proyectos de investigación que tienen entre sus objetivos aportar conocimiento de interés para las enfermeras. Frecuentemente necesitamos la colaboración de investigadores con experiencia y conocimiento en otras disciplinas para lograr los resultados deseados. Por tanto, investigar colaborando requiere que las enfermeras tengan la misma consideración que el resto de investigadores. Colaborar para investigar es, desde mi punto de vista, una colaboración que no se hace entre iguales, en la que la enfermera tiene un papel secundario o complementario. En este caso, además, el objeto de la investigación no suele aportar conocimiento significativo a la enfermería, más bien lo hace a las disciplinas o profesiones de los investigadores considerados principales.
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El Consorcio público de Investigación Biomédica en Red (CIBER) es otra estructura para establecer sinergias en la investigación en diferentes áreas específicas. En 2019 existían 11 áreas temáticas, entre ellas, Enfermedades Respiratorias y Enfermedades Cardiovasculares.
Las enfermeras, incluyendo las de cuidados intensivos, deben aprovechar las oportunidades que ofrece esta estructura de investigación El desafío, como en el caso de las RETICs, es incorporar más grupos o más enfermeras a los grupos existentes. Desde la Unidad de investigación en cuidados y servicios de Salud (Investén-isciii) se trabaja para crear un grupo trasversal de investigación en cuidados dentro del CIBER que facilite la realización de investigación interdisciplinar tanto a nivel nacional como internacional.
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Por último, están los Institutos de Investigación Sanitaria (IIS) que son el resultado de la asociación ente los hospitales del SNS con Universidades y otros Centros públicos y privados de investigación. Con ellos se pretende potenciar los hospitales como centros de investigación, asignándoles instrumentos para responder, a través de conocimiento científico, las preguntas que surgen sobre los pacientes y la población general.
En 2019 existían 31 IIS y en 19 se identifican grupos de investigación en Enfermería, Cuidados de Salud o cuidados en distintas patologías (cardiovasculares, cáncer, crónicos, etc.). No tenemos información de ningún grupo de Cuidados Intensivos, pero en el Grupo de Investigación Enfermera-Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (GRIN-IDIBELL), liderado por María Eulalia Juvé-Udina, hay un subgrupo de cuidados al paciente crítico.
Se han hecho propuestas5 para mejorar la presencia de grupos de investigadores en cuidados en estas estructuras de investigación colaborativa:
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El ISCIII, debe manifestar a los IIS que los criterios establecidos para ser miembros son, actualmente, inalcanzables para las enfermeras.
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En cada IIS debe existir un área Investigación en cuidados para que el ISCIII acredite lo acredite.
Esta pandemia está cambiando muchas cosas, entre esos cambios están las nuevas oportunidades de financiación de la investigación en cuidados intensivos, ligadas o no a la infección SARS-CoV2; merece la pena seguir de cerca estos cambios y las oportunidades que abren a la colaboración en investigación.
A lo largo de este editorial se ha intentado plantear los conceptos de investigación colaborativa en el ámbito de los cuidados, con una aproximación a los cuidados intensivos. Así como una aproximación a las estrategias existentes y la financiación disponible para que las enfermeras interesadas en llevar a cabo proyectos de investigación en cuidados intensivos. Todo ello con el único objetivo de mejorar la salud de la población a la que atienden.
