El presente artículo explica la distinción entre los métodos y la metodología, ya que los desafíos de la investigación científica exigen que éstos sean entendidos como herramientas útiles para permitir la comprensión y argumentación de los distintos problemas de estudio. La falta de distinción entre ambos conceptos como punto de partida en la enseñanza de las ciencias sociales, ocasiona visiones equívocas que se traducen en confusión o insuficiencia al momento de reflexionar sobre su contenido y aplicación. También se explica que el conocimiento de las ciencias sociales no es concluyente, sino que forma parte de desafíos para validar su vigencia.
The article explains the distinction between methods and methodology, since the challenges of scientific research require that they be understood as useful tools to allow understanding and argumentation of the different problems of study. The lack of distinction between the two concepts as a point of departure in the teaching of social sciences, causes wrong visions that translates into confusion or failure at the time to reflect on its content and application. It also explains that knowledge of social science is not conclusive, but that is part of challenges that must be addressed to validate its term, even more so in a time which, like the present, has no point of rest, but it is in constant transformation.
Si el conocimiento científico es un proceso inacabado y, por tanto, es objeto de revisión y producción constante, la utilidad de los métodos y la metodología tienen que revisarse de manera regular, con el propósito de validar su eficacia. Los desafíos de la investigación científica exigen que tanto los métodos como la metodología sean entendidos y asumidos como herramientas útiles que permiten el abordaje, la comprensión y la argumentación de los problemas de estudio.
Por tanto, es fundamental ahondar en su distinción para ubicar su sentido y fundamento. En este sentido, el objetivo del presente trabajo es contribuir a diferenciar el método y la metodología para evitar equívocos que tienen influencia no favorable en el proceso enseñanza-aprendizaje. La falta de distinción entre ambos conceptos como punto de partida en la enseñanza de las ciencias sociales, ocasiona visiones equívocas que se traducen en confusión o insuficiencia al momento de reflexionar sobre su contenido y aplicación.
Una regla básica del trabajo de investigación científica es la nitidez que debe haber por cada uno de los instrumentos que se utilizan para llevarla a cabo con base en su importancia y complejidad. Desde esta perspectiva, la distinción oportuna de ambos conceptos abona a favor de un aprendizaje más eficiente. Resolver este aspecto desde la formación inicial de la enseñanza universitaria, contribuye a un desenvolvimiento más creativo y ordenado sobre lo que son las premisas de la investigación científica.
Para fines de exposición, el trabajo se estructura del modo siguiente: 1. Fundamento del conocimiento científico social; 2. Distinción entre método y metodología; 3. Pluralidad de métodos; 4. Visión contemporánea de los métodos de investigación, y Conclusión.
1Fundamento del conocimiento científico socialEl conocimiento científico se caracteriza porque exige estudio, análisis y explicación de los hechos que se definen como problemas. Es un tipo de conocimiento que no admite aprioris ni valoraciones precipitadas, sino que en su tratamiento se deben utilizar conceptos, metodologías y teorías para trabajar con la realidad entendida como problema.
Lo importante en el conocimiento científico es que su producción es fruto de indagaciones y descubrimientos que llaman la atención de quien investiga. Combina curiosidad sistematizada, así como preguntas específicas para identificar el sentido de los fenómenos, en términos de su causalidad, consecuencias e impacto.
Un aspecto esencial del conocimiento científico es que responde a condiciones sociales, históricas, económicas y políticas. Ello implica que hay condiciones, procesos y tiempos que ubican su utilidad, no sólo con fines teóricos, sino aplicados. En este caso, es importante destacar que el conocimiento científico moderno se forma con la sociedad civil del siglo XVII,1 tiempo en que inicia la universalización de las relaciones de un mundo orientado hacia la competencia, el intercambio, la renovación constante de los medios de producción y el uso intensivo de la tecnología.
De este modo, la formación y el desarrollo del conocimiento científico dan lugar a la formación de conceptos normativos y aplicados que se enlazan con la sociedad industrial, la cual por su complejidad, demanda no sólo la multiplicación del saber científico, sino que el mismo sea susceptible de aplicarse para solucionar los problemas de la vida colectiva.
Este hecho define el alcance del conocimiento científico para que no sea entendido de manera enciclopédica, sino que se orienta a generar utilidad aplicada. Es la sociedad industrial el punto de partida para ubicar el sentido moderno del conocimiento científico. Las explicaciones sobrenaturales no tienen lugar en el mundo de la ciencia moderna, tampoco las explicaciones de la patrística, menos los fundamentos escolásticos.
La visión laica y secular del mundo influye en su concepción, con lo cual tiene que comprenderse en razón de sus condiciones de vida. Esto implica que la categoría realidad objetiva se construye para trabajar de manera explicativa los acontecimientos y fenómenos que interesan a quienes utilizan la reflexión metódica para formular preguntas, hipótesis y argumentos.
La naturaleza del conocimiento científico tiene como ángulo la explicación causal de los problemas que se definen como objeto de estudio. Trabajar con problemas denota no sólo el interés, sino la curiosidad fundada para esclarecer el significado de los factores que concurren en el advenimiento de los problemas. Por tanto, no hay camino más idóneo que pensar en términos científicos lo que se define como materia de estudio y análisis.
Para ello es fundamental valorar que el conocimiento científico permite problematizar hechos, elaborar preguntas de investigación, definir hipótesis, construir evidencias y producir argumentos. Sus propiedades conceptuales y metodológicas son producto no solamente del diálogo de las comunidades académicas y profesionales, sino de la producción de ideas y explicaciones que se fundamentan con el uso de la lógica y la práctica de investigación.
Por tanto, hay elementos para considerar que el conocimiento científico es fruto de un trabajo complejo que tiene como base el desarrollo de la investigación, así como la pericia en el uso de la herramienta que permite su producción y reproducción. En este caso, los atributos del conocimiento científico están dados por:
- 1.
La observación, el análisis, la generación de datos empíricos y la definición de problemas, seleccionando y destacando realidades específicas y haciendo valoraciones sobre las mismas.
- 2.
Favorece la medición de los problemas, la experimentación, la comprobación de supuestos y la construcción de evidencias.
- 3.
Utiliza conjeturas y refutaciones para encontrar respuestas a las preguntas de investigación.
- 4.
Es factible definirlo, separarlo, unirlo con fines de análisis; además, es objeto de formulaciones y reformulaciones, evitando explicaciones dogmáticas o concluyentes.
- 5.
Privilegia el entendimiento reflexivo de los problemas, generando sus soluciones concomitantes en el ámbito de contextos específicos, a partir de generar explicaciones causales.
- 6.
Le confiere a las hipótesis el significado de refutaciones potenciales y entre más resistan los intentos de la propia refutación, su corroboración será más eficiente.
Es importante destacar que los hechos que se definen como problemas forman parte de los marcos valorativos que trabajan quienes están interesados en el trabajo de investigación. En este sentido, el conocimiento científico no es fruto del “espíritu universal”, como diría Federico Hegel (Luhmann, 2009: 12),2 sino de condiciones objetivas de vida, en las cuales hay personas, comunidades y organizaciones interesadas en trabajar con sentido metódico aspectos de la realidad objetiva.
Por eso, otra faceta del conocimiento científico es que exige trabajar con analogías, inferencias, presuposiciones y conclusiones, a fin de estructurar de manera lógica tanto la definición como la fundamentación de los problemas. No menos importante es destacar que la definición y solución de los problemas implica tener una concepción específica de la realidad. En este caso y desde la óptica del conocimiento científico, los problemas que se estudian y analizan son elaboraciones humanas, son construcciones sociales que fundamentan ciertas concepciones particulares de la realidad. Por eso el conocimiento científico no encaja con aprioris, prenociones o imágenes visuales. Implica también el uso de axiomas y teoremas para dar paso al razonamiento elaborado con fines de prescripciones en alguna disciplina.
Esto implica que hay combinaciones múltiples para trabajar con el conocimiento científico sobre la base de valoraciones que permiten su construcción social, entendida como un recurso heurístico que producen los autores que tienen motivación e interés para trabajar con algún segmento de la realidad. Esto significa que un problema es una construcción artificial sobre ciertos acontecimientos o situaciones que despiertan interés para darles tratamiento conceptual y metódico.
La realidad como tal no existe, sino a partir de combinar valoraciones, razonamientos, experiencias y definiciones. La realidad no es un producto dado, sino que exige interrogantes, interpretación y conceptuación para darle un orden explicativo que permita identificar los elementos centrales de análisis y explicación. Por tanto, con el auxilio del conocimiento científico es posible definir problemas y construir conceptos utilizando variables, taxonomías, indicadores, sistemas operacionales y aplicando procedimientos para producir, clasificar y estructurar datos relevantes.
Un aspecto básico en el conocimiento científico es la distinción entre situaciones problemáticas y el problema cognoscitivo. Las situaciones problemáticas están dadas por los acontecimientos y hechos que son descubiertos y observados por quien tiene interés y motivación para definirlos con base en relaciones causales.
El problema cognoscitivo se relaciona con el modo de valorar y explicar el sentido de las relaciones causales con base en una visión teórica y metodológica que permita descubrir las relaciones de causalidad que concurren en la trayectoria de los problemas, las causas, los procesos y los impactos que se generan a través de la relaciones volitivas de los actores sociales, políticos y económicos.
2Distinción entre método y metodologíaSi el conocimiento científico es objeto de producción, implica que hay formas para generarlo con base en la reflexión. Esto implica que un recurso para producir el conocimiento son los métodos de investigación, entendidos como herramientas que posibilitan indagar, esclarecer y categorizar segmentos de la realidad que se han definido como problemas. Los métodos de investigación pueden valorarse como un conjunto de procedimientos ordenados que permiten orientar la agudeza de la mente para descubrir y explicar una verdad. Su utilidad consiste en que tienden al orden para convertir un tema en un problema de investigación y llevar a cabo la aprehensión de la realidad.
En esta operación, el método permite simplificar la complejidad al seleccionar los elementos más significativos de un problema a fin de proceder a su estructuración conceptual y explicación causal. La importancia del método consiste en que está dotado de propiedades cognoscitivas que permiten el abordaje ordenado de una parte de la realidad y que depende del sujeto cognoscente la utilidad que pueda tener al conseguir que a través del trabajo de investigación, es posible esclarecer lo que antes no se conocía.
La aplicación del método no depende de sí mismo, sino del sujeto cognoscente, el cual con su libertad valorativa elige el objeto de estudio a investigar, selecciona el sistema de conceptos a trabajar y estructura el modo en que habrá de llevar a cabo la investigación.
El significado del método consiste en que el trabajo de investigación no es una actividad que se lleva a cabo sin orden y secuencia. En todo caso, todo trabajo de investigación es complejo porque no admite que el conocimiento ordinario, ni el conocimiento casuístico sean caminos confiables para problematizar situaciones y formular la relación causal entre los diversos elementos de un acontecimiento.
La aplicación del método implica una actitud reflexiva, que permita incursionar de un modo o de otro por la senda del trabajo de investigación. La aplicación del método responde a la necesidad de organizar segmentos de la realidad con sentido lógico y explicativo para esclarecer dudas, preguntas e hipótesis.
En este sentido, la aplicación del método responde más a la visión de arte por cuanto que implica pericia para dominar el sistema de procedimientos que los sustentan y que se han de aplicar en el ámbito del conocimiento teórico y aplicado. Si el método es una vía para la aprehensión de la realidad, implica por tanto trabajar de manera sistematizada, a fin de que el problema estudiado sea comprendido en su contexto, actores, procesos, tiempos y consecuencias.
Así, indagar, descubrir y argumentar, son actividades que se logra cumplir con el uso del método, lo cual implica que la búsqueda y producción del conocimiento científico no es una tarea de obviedades, sino que es fundamental la reflexión ordenada y conceptual para lograr penetrar en el núcleo de problemas y proceder a su explicación.
Con la utilización del método es factible trabajar no sólo con categorías normativas, sino mediante conceptos operacionales que permiten medir hechos, situaciones o acontecimientos que se han definido como problemas de investigación. Conectar el ámbito normativo con el ámbito de lo empírico, es posible conseguirlo con el uso del método.
La conexión entre pensamiento y realidad se inscribe en la visión de cómo se aplica el método para generar el conocimiento relevante. Con el uso del método es viable asociar los elementos conceptuales y los factuales que aluden a necesidad de trabajar con datos empíricos.
En este sentido, hay dos maneras de situar la utilidad del método en la generación del conocimiento científico: uno se relaciona con las cuestiones teóricas que aluden a una orientación más abstracta y lógica, relacionada con trabajar en el plano de los cimientos y estructura disciplinaria de un campo de estudio, pero sin tener un acercamiento empírico con la realidad. Es el caso de las teorías que se caracterizan por la articulación ordenada de proposiciones universales que tienen valor explicativo y predictivo.
Otra se relaciona con la producción del conocimiento empírico que se origina no sólo en una parte de la realidad, sino también considerando la experiencia del sujeto cognoscente para trabajar con hechos o situaciones factuales. En este caso, los datos que se producen fortalecen la visión normativa de un problema de estudio y logran, a la vez, producir evidencias a través de reglas y procedimientos que permiten la captura de la información relevante que después da lugar a la construcción de los argumentos. El nexo entre la visión normativa y la visión empírica es fundamental en el conocimiento científico moderno, lo cual indica que la aplicación del conocimiento para atender y solucionar problemas es parte de logros que se consiguen con la utilización del método.
La universalización más acabada del método es la que se conoce como método científico,3 el cual se caracteriza por:
- 1.
Definir problemas.4
- 2.
Formular preguntas de investigación.
- 3.
Formular hipótesis.
- 4.
Analizar y explicar las relaciones causales de los problemas.
- 5.
Por definir los aspectos empíricos que se han de trabajar.
Sin embargo, no existe un solo método para hacer trabajo de investigación, sino una pluralidad de métodos que se localizan en cada campo del saber científico.
Las propiedades del método científico se destacan porque las tienen los demás métodos, pero no implica que exista un solo método para hacer investigación teórica e investigación aplicada.5 Algunas propiedades del método como herramienta orientada a la investigación son:
- 1.
Analizar y explicar las relaciones causales de los problemas definidos como objetos de estudio.
- 2.
Realizar trabajo de interpretación, lo cual implica aquilatar la realidad entendida como problemas.
- 3.
Organizar el trabajo de exposición, el cual consiste en generar la coherencia entre problema explicado, su orden temático y enlazar ideas, conceptos y argumentos para asegurar la consistencia del trabajo de investigación.
- 4.
Hacer temático lo atemático, coherente lo que está desorganizado en la realidad entendida como problema de estudio y
- 5.
Fundamentar la argumentación con base en las hipótesis y el trabajo empírico.
La utilización del método tiene, además, dos implicaciones: una relacionada con el valor de la investigación y otra con la calidad del producto obtenido. La parte de valor se relaciona con las preferencias, elección y selección de los aspectos que a juicio del sujeto cognoscente, tiene el objeto de estudio que es el motivo de la investigación. La parte de calidad alude al grado de coherencia y sistematización que el sujeto cognoscente logra con la articulación de los elementos normativos y empíricos.
La parte de valor, así como la parte de calidad, dan cuenta de que el uso del método también responde a las pericias que el sujeto cognoscente tiene para incursionar en el trabajo de investigación. De este modo, el método es una herramienta que aprueba indagar, analizar y producir el conocimiento relevante que permite llenar vacíos conceptuales, realizar aportaciones, refutar teorías, contrastar hipótesis, descubrir falacias, superar límites determinados de conocimiento y avanzar por la senda de nuevas líneas de investigación.
Respecto a la metodología,6 su ámbito medular de operación consiste en que es el logos que orienta al estudio lógico de los métodos, lo cual implica el análisis de la lógica que los sustenta, el sentido de su efectividad, la cobertura de su eficacia, la fortaleza de sus planteamientos y la coherencia para producir conocimiento relevante.
Los métodos son productos históricos, culturales, valorativos y aplicados. Estos elementos son la materia de estudio de la metodología, y ésta se encarga de analizar no sólo su pertinencia, sino la calidad de sus atributos en el afán de producir el conocimiento científico.
La importancia de la metodología consiste en que se avoca a estudiar los elementos de cada método relacionados con su génesis, fundamentación, articulación ética, razonabilidad; su capacidad explicativa, su utilidad aplicada, los procedimientos de control que utiliza, por ejemplo, en el trabajo empírico y el modo en que se estructura para producir resultados. Si los métodos tienen pasos, reglas y procedimientos para llevar a cabo la manipulación inteligente de la realidad categorizada como problema, la metodología se encamina a su análisis y comprensión, con el fin de verificar sus fortalezas y debilidades.
La aportación de la metodología se orienta por el lado de incursionar la eficiencia de los métodos cuando se aplican en el trabajo de investigación. Esto significa que los métodos no son infalibles, sino que están expuestos a ventajas y limitaciones. Localizar y fundamentar a éstas, es la tarea de la cual se ocupa la metodología. Si los procedimientos caracterizan el contenido de los métodos, la metodología los revisa, analiza y verifica para corroborar que tienen propiedades confiables cuando se aplican en el trabajo de investigación.
El análisis de las formas o vías para acceder el conocimiento es un punto medular de la metodología, al momento de llevar a cabo las propiedades que cada método tiene. Otra forma de entender a la metodología7 consiste en valorarla como disciplina científica que se encarga de revisar los fundamentos y eficacia de los procedimientos que los métodos utilizan para el trabajo de investigación.
Conviene recordar que los métodos de investigación definen axiomas, teoremas, leyes y reglas de cálculo para garantizar el rigor científico y la eficacia de sus planteamientos. Tanto el rigor como el trabajo de fondo que deben garantizar los métodos, son parte esencial de lo que evalúa la metodología. Ésta desarrolla planteamientos filosóficos que tienen como objeto revisar la fortaleza de los fundamentos de cada método, así como la estructuración de los elementos que los definen como herramientas confiables y acreditadas para llevar a cabo el trabajo de investigación.
La fortaleza de los métodos, por ejemplo, en las fases de interpretación y compresión de los objetos de estudio, es uno de los aspectos que la metodología revisa por cuanto a su rigor y fortaleza analítica. Si los métodos no son infalibles, la metodología contribuye a que se fortalezcan con la revisión de lo que ofrecen como herramientas que orientan a indagar, explicar y argumentar los objetos de estudio.
En la medida que los métodos tienen mayor grado de aplicación, en esa medida es factible conocer su fortaleza o debilidad, debido a que ingresan de manera constante a los desafíos de la investigación, terreno en el cual no hay verdades absolutas,8 ni relativas, sino hipótesis que se pueden formular y reformular de manera constante. Son las comunidades académicas y profesionales las que hacen uso recurrente de los métodos de investigación, motivo por el cual son las que destacan formas de evaluación recurrente al analizar su eficacia y alcance.
La prueba más desafiante para los métodos de investigación consiste en el modo que logran descubrir las propiedades de los problemas de investigación, aportar nuevos elementos de análisis y en lograr sobrevivir a los retos que a cada momento enfrentan en el trabajo de investigación. Por eso los métodos son el objeto de estudio de la metodología, lo cual implica valoración filosófica por cuanto al rigor que deben tener y la capacidad que tienen para llevar a cabo el abordaje de la realidad. El rigor de los métodos depende del modo en que se estructura su contenido, es decir, si están orientados a describir, analizar, interpretar, medir y argumentar. Cada una de estas facetas que están integradas a los métodos, es la materia central del análisis que la metodología lleva a cabo para corroborar o no su eficacia.
La tarea de la metodología, en consecuencia, se encamina a examinar, valorar, refutar o corroborar la eficacia de los métodos en los diversos campos del conocimiento. Si los métodos por cuanto a diseño y sentido no cumplen con su eficacia, significa que hay errores de concepción y contenido por cuanto a su sustentación. Implica, en este sentido, que tienen límites cognitivos y empíricos, lo cual impide que sean confiables para el trabajo de investigación. La evaluación de la metodología sobre los métodos comprende, entre otros elementos:
- 1.
Su sustentación teórica y empírica.
- 2.
El rigor y la calidad para generar conocimiento.
- 3.
Su grado de coherencia o incoherencia.
- 4.
La certeza de sus leyes, axiomas y teoremas.
- 5.
El grado de correspondencia en que a través de los mismos se enlazan el pensamiento y la realidad, pasando de la totalidad de los fenómenos al análisis de los casos que se estudian, observan y analizan para formular los argumentos que son el producto final de la investigación.
- 6.
El modo en que ordenan el trabajo experimental, heurístico y la contrastación de las hipótesis.
- 7.
El modo en que el conocimiento producido supera con eficacia las pruebas y evidencias que se producen con el fin de sustentar el conocimiento fáctico.
Una característica del conocimiento científico es que su producción no responde a un solo método de investigación, sino a una pluralidad de los mismos, lo cual significa que hay diversas opciones para trabajar la definición de los problemas, su abordaje y fundamentación. En este caso, no hay procedimientos únicos para trabajar en el campo de la investigación científica. Es fundamental que en la visión laica, secular y plural de la vida moderna, la producción del conocimiento sea entendida en una óptica que permita trabajar con diversas alternativas la construcción y el desarrollo del conocimiento. Por tanto, es importante destacar algunos de los métodos que contribuyen a que el trabajo de investigación se pueda llevar a cabo:
- 1.
El positivismo.
- 2.
El racionalismo crítico.
- 3.
Falsacionismo.
- 4.
Comparativo.
- 5.
Estructural.
- 6.
Funcionalismo.
Se origina con el advenimiento de la sociedad industrial desde finales del siglo XVII y postula que los hechos son el núcleo para llevar a cabo el trabajo de investigación. Su alcance se orienta a la observación y análisis de los hechos, a su carácter mensurable y a la explicación que tiene como base la demostración de las hipótesis. Se caracteriza por superar las formas sustanciales —causas finales del universo— y metafísicas del conocimiento y por optar por la aportación de elementos empíricos para disolver la visión de que el mundo se puede explicar de una manera abstracta, así como especulativa.
El positivismo invoca los hechos como elementos de la realidad factual y sobre esa base se construye no sólo el conocimiento teórico, sino el empírico. Una regla básica del positivismo es la separación entre juicios de hecho —comprensión de los hechos a través de conceptos empíricos y operacionales— y juicios de valor —compresión del mundo en razón de ideologías y posturas teóricas— para evitar que se pierda la objetividad y neutralidad en el tratamiento de los hechos sociales con fundamento en la unidad metodológica.
3.2Racionalismo críticoAnte la postura del positivismo que proclama la certeza del conocimiento científico, así como la postura de que los filósofos se hablen a sí mismos, un exponente del racionalismo crítico, como lo es Karl R. Popper, destaca que en el conocimiento científico lo importante es la comprensión de la lógica del conocimiento, lo cual implica destacar cómo se conoce y qué se conoce. Tiene como razonamiento que el mundo existe con independencia de nuestras subjetividades, que los conocimientos son medios para comprender el mundo, que el mundo no se puede comprender subjetivamente, y que la realidad es el objeto de estudio que debe comprenderse a través de conjeturas y refutaciones.
No hay en el conocimiento posturas infalibles ni concluyentes, sino que están sujetas a la contrastación.9 Por eso, las teorías son redes que lanzamos al mundo para captarlo, racionalizarlo y explicarlo con el auxilio de enunciados, sin la pretención de alcanzar la certeza en las conclusiones obtenidas.
Otro ángulo que el racionalismo crítico cuestiona es el historicismo en las ciencias sociales, al defender que hay leyes del desarrollo social, lo cual implica que los fenómenos humanos se rigen por la predicción, no por el cambio y la transformación. El historicismo da lugar no a procedimientos científicos, sino a profecías, que tienen como objetivo predecir el acontecer del mundo. Por ello es fundamental la postura crítica y racional para avanzar en la producción del conocimiento científico. Así, como bien señala Popper, no es factible elaborar una ciencia histórica y social con los fundamentos de la física. Al respecto, propone una “metodología tecnológica” para que a través de la ingeniería social, se pueda influir en la modificación y transformación de la historia.
3.3FalsacionismoEn cuanto al Falsacionismo, Popper también desarrolla esta postura metodológica para aludir que ninguna teoría es contundente, irrefutable y certera. Lo importante en este caso no es que una teoría permita alcanzar un alto grado de comprobación sobre lo que postula, sino que su eficacia depende de que no sea considerada como un sistema acabado, sin necesidad de más procesos de falsación.
En este caso, lo importante no es generar teorías que se rijan por el cálculo de probabilidades para tener confianza en ellas, ni tampoco considerar que tengan rigor absoluto que permitan destacar su certeza, sin necesidad de que sea sometida a nuevas falsaciones. Por eso, el uso de las hipótesis empíricas es medular para trabajar con el conocimiento científico, el cual se organiza a base de enunciados. Es fundamental en esta visión la utilización del método del ensayo y error para avanzar en el marco de mejores conjeturas y refutaciones.
3.4Método comparativoEl Método comparativo10 tiene la ventaja de estudiar las similitudes y diferencias entre las estructuras sociales, políticas, económicas, administrativas y gubernamentales que integran la vida moderna con el Estado, la sociedad, los organismos civiles, las organizaciones culturales y la organización económica, entre otros aspectos.
Permite ahondar en el análisis de actores, contextos, proceso, tiempos y desarrollos que se organizan como sistemas de instituciones y modo de funcionamiento que permiten la gobernación de las sociedades. Permite a la vez, el análisis y estudio de la cultura, los valores, la historia, la forma de gobierno y el comportamiento de los cuerpos burocráticos que son fundamentales para valorar el cumplimiento de las metas colectivas en razón de lo que son las sociedades y cómo movilizan recursos para desarrollarse.
En este caso, es fundamental destacar el grado de desarrollo entre las sociedades, el gobierno y el Estado, entendidos éstos como las formas de articulación más importantes que hay en la comunidad. El asunto del desarrollo exige la comprensión de los factores, procesos y tiempos que lo hacen posible no de manera homogénea, sino diversa y contrastante.
3.5EstructuralismoEl estructuralismo se funda en una visión horizontal del conocimiento que comprende los campos de la lingüística, la antropología, el psicoanálisis y la epistemología. Es una visión que se nutre con la concurrencia de varios saberes y disciplinas y tiene como exponente conspicuo a Ferdinand de Saussure, Vincent Descombes y a Jacques Lacan. El punto medular del estructuralismo se orienta por entender la importancia de los conceptos de estructura11 y lenguaje que permiten analizar códigos, signos y la imagen fonética. Lo distintivo de este planteamiento es que el individuo no está sometido a presiones externas como lo estudia Emile Durkheim en los hechos sociales, sino que el uso del lenguaje no responde a ninguna supeditación ni control, lo cual implica que el propio lenguaje precede a la estructura y la vida comunitaria en las cuales se desenvuelve el propio individuo (Moebius, 2012: 526-527).
En este caso hay un proceso en el cual las comunidades lingüísticas son las que crean el significado de los conceptos. Los puntos centrales del estructuralismo son:
- 1.
La sociedad sólo se entiende como la suma de las partes, no como acciones individuales, ni individuos.
- 2.
Los significados no están dados, sino que son creación de lenguajes específicos; hay significados flotantes —ausencia de significados determinados, según Levis Strauss— hasta llegar a los significados de los cosas.
- 3.
Los individuos están supeditados a la estructuras y sólo con el uso del lenguaje va generando su propia subjetividad.
- 4.
La totalidad de las estructuras es más importante que la suma de individuos y sus partes.
- 5.
Su postulado es la ahistoricidad; implica que las estructuras son estables, duraderas y equilibradas para controlar las relaciones sociales.
- 6.
La validez del estructuralismo trasciende las culturas y se aplica a todos los órdenes simbólicos.
Por otra parte, un aporte del posestructuralismo aplicado a las ciencias sociales, es que no parte de la dicotomía tradición-modernidad para estudiar la importancia del tiempo en la sociedad, sino que investiga huellas, antecedentes, intercontextualidades, así como inferencias históricas para llevar a cabo la comprensión de los fenómenos sociales, políticos, culturales.
Otro aporte es la no aceptación de la universalización como medio de estudio. Otras más es que la historia no se entiende como una continuidad del pasado y presente, sino a partir de inferencias. Destacan en el estudio de los sistemas no su homogeneidad, sino de desdiferenciación, lo híbrido, la transgresión de fronteras y códigos que trascienden las fronteras.
3.6FuncionalismoLa idea de unidad funcional que Emile Durkheim acuña en Las reglas del método sociológico de 1895, es retomado por el sociólogo norteamericano Talcott Parsons en su obra de 1937, La estructura de la acción social, en la cual utiliza el concepto de función sobre cuatro ejes:
- 1.
El actor individual y colectivo.
- 2.
La meta (estado futuro).
- 3.
Una situación que puede dividirse en condiciones y medios.
- 4.
La regulación normativa de los medios (Galindo, 2012: 421). Además, realiza el análisis de la sociedad como un sistema de acción que se estructura por cuatro imperativos funcionales:
- 1.
Adaptación, en donde se encuentra la tarea del subsistema económico para proveer los bienes y servicios.
- 2.
Obtención de fines que están a cargo de la política y las instituciones que regulan el orden establecido.
- 3.
Mantenimiento de patrones latentes que le corresponde cumplir al subsistema cultural.
- 4.
Integración que lleva a cabo el subsistema social (Galindo, 2012: 421).
- 1.
Parsons es considerado un autor que aplica los fundamentos de la teoría de los sistemas al estudio de la sociedad no de manera conservadora, sino destacando categorías como cambio y estabilidad desde la óptica del evolucionismo y diferenciación de la sociedad como elementos clave para analizar su desarrollo.
Otro exponente de la aplicación del estructuralismo y el funcionalismo al análisis de la sociedad es Niklas Luhmann en trabajos como El concepto de función en la ciencia de la administración, de 1958; Función y causalidad, de 1962; Método funcional y teoría de sistemas, de 1964, y Sistemas sociales, de 1991. En la ideas de Luhmann hay un planteamiento que él denomina funcionalismo estructural, a diferencia del estructural funcionalismo que trabajó Parsons. Entiende el orden social no como algo dado ni como un dato, sino como un conjunto de problemas que se deben considerar para solucionarlos. Su enfoque se canaliza a la comprensión de las contingencias que influyen en la formación de las estructuras, que entiende con base en el concepto dinámico de función. Otro elemento que destaca, es que utiliza la categoría complejidad del mundo para aludir a las relaciones que se establecen entre diversos elementos que dan lugar a la autorreferencia.
En este caso, una aportación más de Luhmann consiste en que utiliza el concepto sistema cuando se refiere a entidades que tienen la capacidad entre lo que es su identidad y lo que corresponde a su entorno. Su visión de función se refiere a que se integra por relaciones variables intercambiables, lo cual implica que no hay funciones lineales en los sistemas, sino funciones distintas que tienen como objetivo cumplir tareas enlazadas, pero variables e intercambiables, es decir, un sistema social cumple tareas equivalentes que convergen en su funcionamiento estructural.
En sus propias palabras, “un sistema social no está fijado rígidamente […] un orden social puede sufrir profundos cambios estructurales sin abandonar su identidad y su existencia continua” (Luhmann, 1973: 29-30). Es fundamental en su visión que los sistemas son medios para reducir la complejidad del mundo por cuanto a los instrumentos y dispositivos que aplican para definir y solucionar los problemas sociales, con lo cual diserta sobre el significado del método funcional en la teoría de los sistemas.
4Visión metodológica y teórica de las ciencias socialesEn la visión contemporánea sobre el estudio de las ciencias sociales, destacan formulaciones teóricas y metodológicas que, desde los años noventa, aportan elementos de reflexión y análisis para comprender con mayor nitidez los fenómenos sociales. Destacan en este sentido:
- 1.
La acción pública.
- 2.
- 3.
El comportamiento de la acción social.
- 4.
La historia social y cultural de los conceptos.
Tiene como objetivo analizar el desarrollo de la sociedad con base en formulaciones no estadocéntricas, sino a partir de una óptica en la cual concurren actores gubernamentales y actores no gubernamentales, en la visión de J. C. Thoening y P. Duran que en diversos trabajos analizan el significado de la acción pública (Cabrero, 2005: 21). Su cobertura de estudio son los aspectos dinámicos que concurren en la formación de la agenda pública, en la cual se destaca tanto la interacción como la cooperación de los actores para dar tratamiento de política pública a los problemas de la vida comunitaria.
Lo medular en este caso es que los gobiernos tienen límites de atención y de los recursos que disponen para cumplir con las tareas colectivas. Y por otra parte, los grupos de la sociedad contemporánea no están dispuestos a ceder espacios de libertad, acción y gestión a los Estados que otrora saturan la propia sociedad con políticas de corte intervencionista. Con el enfoque de la acción pública es posible identificar que la tarea de gobernar12 y administrar necesita la participación de los grupos organizados de la sociedad, para evitar la formación de monopolios públicos a cargo de la autoridad y que, por tanto, limitan los movimientos de la sociedad en la consecución de las metas colectivas.
En un esquema de propuesta, la acción pública es la suma de actores gubernamentales y actores no gubernamentales que, desde el ángulo de la cooperación, suman iniciativas, capacidades, recursos, organización y tecnología de manera consensuada para dar atención y solución a los problemas colectivos. De este modo, la tarea de gobernar se desarrolla sobre la base de construir consensos y acuerdos en la lógica de las políticas públicas.
4.2ConstructivismoTiene como elementos de focalización lo relativo a la comprensión del mundo de la vida, la importancia de la intersubjetividad y la valoración de la acción social, elementos que son retomados en las ciencias sociales para nutrir la comprensión de la acciones en la sociedad civil. Su criterio de método se orienta a llevar a cabo la construcción de la realidad con la influencia de la sociología del conocimiento. Un exponente de la sociología fenomenológica ha sido Alfred Schütz con su obra Fenomenología del mundo social y en sus ideas hay planteamientos del constructivismo para llevar a cabo el análisis sobre el sentido de la realidad. En este caso tienen valor conceptual las experiencias como sentido, no sólo la estructura social que tendría independencia en la vida de los individuos.
Las estructuras del mundo de la vida juegan un papel básico en la nueva visión metodológica de las ciencias sociales, desde el momento en que es posible elaborar formulaciones que permitan llevar a cabo la interpretación de la realidad fenoménica. La aportación de Schütz consiste en que destaca, para llevar a cabo la construcción del conocimiento, analizar la importancia del sentido de la vida, así como en la forma de construir el conocimiento, además de que abre la posibilidad de la interpretación subjetiva que toma en cuenta el problema, el significado, las situaciones biográficas, el acervo del conocimiento, los modos de razonamiento de la vida cotidiana, la diversidad motivacional y el lugar del otros (Retamozo, 2012: 381).
La utilidad del construccionismo en el ámbito de lo social ha tenido contribuciones para comprender el discurso en las políticas públicas. Éstas no tienen carácter no sólo instrumental, sino que son parte del mundo de la vida desde el momento en que se relacionan con actores, contextos, problemas y soluciones públicas en las cuales concurren grupos, movimientos y organizaciones que han estructurado con la acción conjunta, una visión intersubjetiva que se identifica con la definición y solución de los problemas colectivos.
De esta manera, la construcción de discursos asociados a las políticas públicas permite entender en términos de la vida asociada, cómo ciertos temas se convierten en asuntos de agenda del gobierno, qué discursos se invocó para conseguir ese objetivo, de qué modo se logra convencer a otros actores con el discurso para sumar apoyos y cómo el discurso en términos constructivistas llega a afectar los procesos de implementación y evaluación de las políticas públicas (Cejudo, 2010: 95).
El constructivismo, en este caso, permite el estudio del lenguaje que fundamenta la valoración y adopción de las políticas públicas entendidas en el ámbito de la construcción social de la realidad. Así, las interacciones, los lenguajes, el sentido de las políticas públicas, el análisis de los valores y la visión que se tiene del mundo, son objeto de estudio que con el auxilio del constructivismo es factible entenderlas en el estudio del análisis social.
4.3Comportamiento de la acción socialEn éste punto sobresalen las aportaciones de Jon Elster, en particular su obra La explicación del comportamiento social. Más tuercas y tornillos para las ciencias sociales. Su tesis básica consiste en que la conducta humana, en la modalidad de la acción social, no explica en sí misma, sino en razón de explicaciones causales, lo que implica que siempre hay un fenómeno previo que explica al fenómeno causado que se convierte en el objeto de estudio. Por ello no es suficiente estudiar únicamente las consecuencias de los problemas, sino también sus causas. Destaca que la tarea de las ciencias sociales consiste en explicar los fenómenos sociales, aunque no es la única sino la más importante (Elster, 2010: 25).
Por lo tanto, se enfatiza que la acción que denota comportamientos tiene su origen en interacciones que se alimentan con la comprensión de cómo funciona la mente para entender preferencias, valores, motivaciones, (Elster, 2010; 93), las creencias y los deseos. Así, explica que la acción social no sólo es producto de la conducta racional de los sujetos, sino que hay elementos subjetivos que influyen en las diversas manifestaciones de las personas y grupos en la sociedad moderna, que explican también puntos como el interés, la pasión y la razón (Elster, 2010: 96), que mueven las conductas sociales con base en la acción colectiva (Elster, 2010: 425).
4.4Historia social y cultural de los conceptosLas palabras y las acciones se explican no de manera abstracta, sino con fundamento en su valor social y cultural. La importancia de la experiencia es fundamental para situar la importancia del lenguaje, su interpretación y los significados que se derivan con el concurso de los conceptos (Koselleck, 2006: 29). La aplicación de éstos para llevar a cabo la integración de experiencias da otro sentido a las cuestiones del análisis de la realidad social. Los conceptos se conectan con el estado de cosas que captan y explican.
El modo de relacionar los conceptos con el estado de cosas es a través de la historia conceptual. De ahí la importancia de la semántica para la comprensión de los lenguajes que se forman para explicar el sentido de los fenómenos.
La importancia del lenguaje en el análisis de la realidad social es fundamental, incluso por motivos lingüísticos, ya que el lenguaje no sólo es receptivo, sino productivo y es un elemento clave en la percepción, la comprensión y saber (Koselleck, 2006: 32); abunda cuando afirma que la semántica y el onomasiológico son fundamentales para entender la transformación histórica de conceptos como la realidad, motivo de interpretación y comprensión. Para las ciencias sociales, estos elementos son fundamentales, ya que se evita incurrir en la abstracción o en la explicación inmediatista de los problemas y fenómenos, sin cuestionar la importancia social y cultural de los conceptos.
Recuperar para su discusión, análisis y propuestas sobre los fenómenos y problemas de la vida colectiva, con el auxilio de la semántica, es fundamental para producir nuevos significados que contribuyan a replantear los enfoques convencionales que todavía tiene influencia positivista. Por eso destaca el autor que la historia conceptual del lenguaje, por un lado, es un indicador de la realidad previamente dada y, por el otro, un factor de esa realidad. “La historia conceptual no es materialista ni idealista, se pregunta tanto por las experiencias y estados de cosas que se plasman en su concepto, como por cómo se comprenden estas experiencias y estados de cosas” (Koselleck, 2006: 45).
ConclusiónLa importancia metodológica de las ciencias sociales tiene que revisarse y fortalecerse para que consoliden un lugar claro en el mundo de las disciplinas y los saberes. La vieja discusión aristotélica, abstracta, positivista y determinista no es funcional para los tiempos de la sociedad contemporánea. El mundo ha cambiado y por tanto las ciencias sociales tienen que revisar sus métodos de investigación y su implicación metodológica a la luz de los viejos y nuevos problemas que no tienen aún respuesta clara y puntual. Es necesario destacar que el conocimiento metodológico de las ciencias sociales implica la revisión de los métodos que se utilizan para investigar los problemas y realidades. No existen métodos infalibles; por ello es importante su análisis para localizar las fortalezas que deben aumentarse y eliminar las debilidades que limitan su eficacia. El conocimiento de las Ciencias Sociales tampoco es concluyente, sino que forma parte de desafíos que se deben encarar para validar su vigencia, más aún en un tiempo que, como el actual, no tiene punto de reposo, sino que está en constante transformación. De lo expuesto en el trabajo se infiere que el debate sobre los métodos en las ciencias sociales no puede postergarse, como tampoco la revisión de los alcances que tiene la metodología como análisis críticos de los métodos. Es importante que las comunidades académicas y profesionales tengan como tarea que el debate sobre los métodos y la metodología en las ciencias sociales sea más frecuente. De otro modo, el estancamiento es un riesgo que puede ser realidad, cuando las herramientas para construir y reproducir el conocimiento —métodos— no ingresa a fase de revisión que permita validar su eficacia conceptual y aplicada.
Doctora en Administración Pública por el INAP. Profesora de Tiempo Completo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM.
“[…] desde los albores del siglo XIII, y por consiguiente en una época en la cual la física de Aristóteles continuaba dominando la escena, una metodología notablemente precisa, debía a R. Crosseteste, Alberto el Grande, R. Bacon y otros, haber analizado muy de cerca las condiciones de la inducción y la experimentación, así como el método hipotético-deductivo. No habrían sido, pues, los progresos metodológicos los que habrían llevado a la formación de la física del siglo XVII, por una simple sustitución de hechos experimentales bien establecidos en lugar de los muy incompletos e inexactos de Aristóteles, sino el descubrimiento de nuevos problemas y las transformaciones del marco epistémico […]” (Piaget y García, 1982: 84).
“La suprarracionalidad del mundo no se da como hecho, sino como hipótesis que la mediación del pensamiento debe comprobar. Hegel es el primero que con plena conciencia metodológica rompe con el patrón de pensamiento aristotélico al postular —contra toda evidencia transcendental— que el movimiento se explica sólo por el movimiento y no por un motor inmóvil. La causa sui, entonces, no se debe postular como principio deductivo del sistema del pensar. En lugar de ella debe colocarse la mediación de un proceso que se desarrolla mediante el pensar mismo: el saber absoluto […]” (Luhmann, 2009: 12).
“[…] El método científico es un rasgo característico de la ciencia, tanto de la pura como de la aplicada: donde no hay método científico no hay ciencia. Pero no es ni infalible ni autosuficiente. El método científico es falible: puede perfeccionarse mediante la estimación de los resultados a los que lleva y mediante el análisis directo. No es autosuficiente: no puede operar en un vacío de conocimiento, sino que requiere algún conocimiento previo que pueda luego reajustarse y elaborarse; y tiene que complementarse mediante métodos especiales adaptados a las peculiaridades de cada tema […]” (Bunge, 2009: 11-12).
“Un problema bien formulado será determinado (bien definido): tendrá una solución única, y al tener explícitos todos los elementos relevantes, sugerirá por lo menos qué investigaciones pueden ser útiles para resolverlo […]” (Bunge, 2009: 157).
“[…] los problemas científicos son exclusivamente aquellos que se plantean sobre un trasfondo científico y se estudian con medios científicos y con el objetivo primario de incrementar nuestro conocimiento. Si el objetivo de la investigación es práctico más que teórico, pero el trasfondo y los instrumentos son científicos, entonces el problema lo es de ciencia aplicada […]” (Bunge, 2009: 161).
Giovanni Sartori señala que “Al haber tenido una formación, en mi juventud, en latín y griego, me tomo la palabra metodología muy en serio, es decir, en su sentido de métodoló-gico” (Sartori, 2012: 23).
La metodología (término compuesto de los vocablos griegos methodos, procedimientos, y logos, tratado) se transforma en una disciplina que estudia, analiza, promueve y depura el método, mismo que se va multiplicando y particularizando de conformidad con las ramas de las disciplinas científicas existentes” (Gutiérrez, 2009: p. 160).
En palabras de Popper, “Los principios del progreso científico son muy simples. Exigen que abandonemos la vieja idea de que podemos alcanzar la certeza o incluso un alto grado de ‘probabilidad’ en el sentido del cálculo de probabilidades con las proposiciones y teorías científicas […] cada vez mejores […] capaces de someterse a contrastaciones cada vez más rigurosas (que nos guían, por tanto, y nos desvelan siempre nuevas experiencias iluminándolas). Pero esto quiere decir que dichas teorías han de ser falsables: la ciencia progresa mediante su falsación” (Popper, 1974: p. 324).
Popper señala cuatro procedimientos para realizar la constratación: “[…] en primer lugar, se encuentra la comparación lógica de las conclusiones unas con otras, con lo cual se somete a contraste la coherencia interna del sistema […] el estudio de la forma lógica de la teoría, con el objeto de determinar su carácter: si es una teoría empírica —científica—, o si, por ejemplo, es tautológica. En tercer término […] la comparación con otras teorías, que tiene por principal mira la de averiguar si la teoría examinada constituiría un adelanto científico en caso de que sobreviviera a las diferentes contrastaciones a que la sometemos. Y finalmente, viene el contrastarla por medio de la aplicación empírica de las conclusiones que pueden deducirse de ella” (Popper, 1999: 107-115).
Un ejemplo de este método comparativo se analiza en Administración Pública. Una perspectiva comparada (Ferrel, 2000: 104-145).
El solo hecho de mencionar la palabra estructura evoca de inmediato la connotación de lo duradero, lo permanente. Esto tiene que ver sobre todo con una tradición que define a los sistemas en términos de elementos y relaciones. Las relaciones son, de esta manera, constantes en el tiempo a diferencia de los elementos. Por supuesto que las estructuras, dentro de esta tradición, pueden cambiar; pero se habla de relación preferentemente para designar un enlace, más o menos duradero, entre el elemento A y el B. Así, la relación no alude a un acontecimiento único, fugaz, que sucede sólo una vez” (Luhmann, 2009: p. 332).
“[…] gobernar es conducir la acción colectiva, y para ello se requiere la construcción de una acción pública, la cual no solo se reduce a la acción de los gobiernos. De hecho, desde la perspectiva de la acción pública se puede entender el Estado y la sociedad civil no como una dicotomía, sino como un continuo […]” (Cabrero, 2010: 19).