La obra Alternativas para la democracia en América Latina muestra tres elementos centrales de un trabajo de investigación coordinado:
- 1.
Consistencia metodológica, pues sin existir una matriz guía, se presenta un libro como resultado de un trabajo en equipo, en donde cada autor analiza la situación de su país.
- 2.
Aportes al estudio de la democracia desde el análisis de coyunturas.
- 3.
Capacidad de síntesis para mostrar prácticas existentes en regímenes democráticos de ocho países de América Latina: Ecuador, Venezuela, Bolivia, Colombia, Perú, Argentina, Brasil y México.
El trabajo inicia con una introducción a modo de pregunta: ¿existen alternativas para la democracia en América Latina? Gómez Tagle adelanta en el prólogo, capítulos del texto y pone énfasis en las grandes desigualdades sociales, el débil Estado de Derecho, y una ciudadanía pobre en derechos y en recursos materiales, que contrastan con dinámicas culturales y económicas de globalización. Ante esta contraposición de condiciones y problemas, la justificación es la siguiente: “De ahí surge la inquietud de analizar las diversas dimensiones de los procesos democráticos-políticos no sólo en el momento electoral, sino también los conflictos y opciones que surgen en el ejercicio de gobierno” (Gómez Tagle, 2015: 9).
Las paradojas las resume en una pregunta: ¿para qué sirve la democracia? Si bien es el régimen político con mayor legitimidad, también está conformado por instituciones representativas cuestionadas (y destaca en su discurso a los partidos políticos y a las elecciones). La idea de O¿Donnell de analizar el régimen no sólo como el conjunto de las instituciones políticas, sino en el contexto del Estado y de la construcción de ciudadanía, resulta sugerente para identificar esas otras dimensiones que aparecen reiteradas veces en algunos trabajos discutidos en este libro y que tienen que ver con el Estado de Derecho y con las libertades y los derechos de los ciudadanos (O¿Donnell, 2007:15-40). La democracia entonces puede verse en dos tiempos: como el acceso al poder político y la renovación del poder con la participación de los ciudadanos, y también como el ejercicio del poder o el desempeño de los gobernantes y los legisladores; pero además como la capacidad del Estado de ejercer el control (democrático) sobre el territorio y su población, y al mismo tiempo la capacidad de la ciudadanía de “agencia” o de organizarse y actuar para exigir sus derechos o, inclusive, para modificar las leyes (acción colectiva contenciosa) (Gómez Tagle, 2015: 33-34).
El análisis de las nuevas izquierdas en América Latina en contextos (efectos) de globalización, fueron el inicio para mostrar fotografías contemporáneas de la realidad democrática en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Colombia, Perú, Argentina, Brasil y México.
¿Qué se observó? Como lo adelanta la editora: los trabajos coinciden en describir, desde estilos distintos, el deterioro de los partidos políticos, las formas de gobierno desde liderazgos populares y populistas, el decisionismo y la ausencia de contrapesos al poder presidencial, así como las diferentes formas de relación pueblo-poder desde la dicotomía clientelismo-ciudadanos. Los autores no comparten necesariamente una misma perspectiva de análisis y tampoco se podría llegar a una conclusión respecto de la situación de la democracia en América Latina, dada la gran fluidez de los procesos que se observan, por lo que me limité a ofrecer reflexiones en torno a problemas comunes y posibles alternativas para el futuro. Podremos afirmar que la democracia en América Latina goza de gran legitimidad, a pesar de los múltiples descontentos que se expresan en formas diversas de inestabilidad, búsqueda de innovaciones institucionales, surgimiento de nuevos actores (Walker, 2013: 119). El problema es el desprestigio de las instituciones que podríamos denominar “básicas” de la democracia, el cual también se presenta tanto en las democracias que se habían considerado “más consolidadas”, como en países que recientemente pasaron de un régimen autoritario a una democracia incipiente (Gómez Tagle, 2015: 61-62).
La no estable vinculación de los partidos políticos con los sectores sociales, las mediaciones inestables, el vacío en la relación sociedad política-pueblo, el desprestigio de los partidos políticos, el surgimiento de nuevos sujetos colectivos “que responden a sectores de la ciudadanía que afirman sus derechos particulares y reclaman ser escuchados”, muestran nuevas formas de articulación social. ¿Qué suerte correrá la izquierda?, ¿podrá el pt de Brasil encontrar la forma de atender demandas sociales sin entrar en contraposición con la derecha?, ¿en México el regreso del pri es transitorio o un retorno al esquema de partido hegemónico?1
El trabajo colectivo muestra momentos desiguales de la democracia en cada país. Mientras las elecciones sean un medio para acceder al poder político que se repite con regularidad, estos procesos pueden servir para expresar el descontento social y eventualmente cambiar el gobierno, pero la calidad de la información disponible en el espacio público es un elemento fundamental para garantizar a los ciudadanos el ejercicio de este derecho, lo mismo que el respeto de los derechos humanos y la vigencia de instituciones de procuración e impartición de justicia eficaces, para aplicar sanciones a los responsables del gobierno, son también indispensables para garantizar un mínimo de responsabilidad frente a los ciudadanos (Gómez Tagle, 2015: 63-64).
La posición vulnerable del régimen democrático se ubica en dos tipos de carencias: 1. Las de acceso a la información, y 2. Las de acceso a la impartición de justicia. En este espacio, la ciudadanía abandona las instancias participativas, se desencanta de la llamada democracia y de los contenidos existentes en las prácticas políticas. En este contexto, el surgimiento de híbridos organizativos impulsa otras alternativas para revindicar derechos, impulsando formas de participación distintas que no coinciden con los modelos teóricos de democracia. ¿Qué capacidad de agencia podrían tener los actores sociales emergentes para impactar en el rumbo de la política que afecta directamente sus vidas? (…) ¿Qué capacidad tendrán los gobiernos de estos ocho países para mejorar el desempeño de las instituciones y hasta dónde las presiones sociales provenientes de los sectores sociales con mayores carencias en derechos, recursos, educación, información, etcétera. pueden cambiar el rumbo de sus respectivos gobiernos? (Gómez Tagle, 2015: 64-65).
El texto ayuda a observar, junto con cada autor, ¿hacia dónde desembocan los procesos políticos democráticos? El éxito podría presentarse si se “logran ampliar oportunidades de acceso a las decisiones que afectan a la mayor parte de la población”. Gómez Tagle encuentra en las tradiciones que dieron origen a cada dinámica particular de experiencia democrática, las posibles contradicciones e inconsistencias que se presentan ante el reto para evolucionar y ante la capacidad de auto transformarse para ofrecer resultados diferentes.
En síntesis, cada autor enfatiza los obstáculos existentes en sus países tomando como base experiencias sobre democracia, los abordajes muestran la formación y preocupación de cada investigador y, paralelamente, describen realidades diferentes, ubicando fuerzas en pugna, juegos políticos, alianzas y rupturas, tensiones políticas, campañas y resultados electorales en contraposición con estilos de gobierno, y en algunos casos, características socio-económicas en los territorios. La presentación al describir las coyunturas es desigual; sin embargo, cada estudio pretende recuperar la fotografía del estado de la democracia desde sus experiencias investigativas en cada país.