El conocimiento de nuevas propuestas académicas, así como el intercambio de ideas, son tareas indispensables para la construcción de conocimiento dentro del ámbito de las Ciencias Sociales y particularmente de la Sociología, aspecto representado en la obra Sociólogos y su sociología. Experiencias en el ejercicio del oficio en México,1 en donde se reúne el trabajo de trece sociólogos sobre “la crisis de la sociología” como el contexto intelectual en que son formados, convocados a participar con una reflexión “sobre su itinerario de investigación, las interrogantes que los han guiado, los desafíos conceptuales a que han tenido que hacer frente, los problemas científicos y las perspectivas temáticas a futuro” (Suárez y Pirker, 2014: 12). Todo ello ofrece como resultado un caleidoscopio que da cuenta de las tendencias, temas, posturas y el manejo teórico de propuestas originales que permiten reconocer la construcción de conocimiento y su contribución dentro del ámbito disciplinario en México y en América Latina durante las dos últimas décadas.
Las trece propuestas se han organizado en cinco secciones:
La primera se intitula “¿Cuál sociología hoy?”, y está conformada por dos trabajos: “Fractura de la ilustración sociológica: de lo normativo a lo contingente en el análisis de lo religioso”, del Dr. Felipe Gaytán,2 quien buscando reinventar la teoría, recupera las discusiones en torno a la teoría sociológica de las dos últimas décadas para explorar los nuevos derroteros inter y transdisciplinarios, exponiendo desde la contingencia y el riesgo cómo lo religioso se apropia del futuro en tres modos: la profecía, la predicción y el pronóstico.
En “El karma de vivir al Sur. Definición del objeto interlocuciones y singularidad en las ciencias sociales de América Latina”, de la Dra. Eloísa Martín,3 se plantea la importancia de la construcción del objeto de estudio a partir de un determinado “recorte de lo social” (Martín, 2014: 60), ubicando en “las interlocuciones” los conceptos que determinarán los rumbos y los límites de lo observable y la relevancia del objeto de estudio; sin dejar de lado las condiciones y connotaciones políticas en la construcción del conocimiento, que hacen alusión a la división y las diferencias del trabajo académico entre las academias del Sur como productoras de datos versus las academias de los países centrales que analizan y producen teoría.
La segunda parte de la obra, denominada “Subjetivación y cuerpo”, está conformada por tres trabajos. El primero, “De la sensibilidad simmeliana a la sensibilidad como objeto de investigación. Hacia una reflexión sociológica de la sociología”, de la Dra. Olga Sabido Ramos,4 parte de una resignificación de la postura de Simmel para establecer la importancia y la necesidad de reflexionar sobre el cuerpo como el lugar de inscripción de los fenómenos sociales, construyéndolo como objeto de investigación. Alude particularmente a dos niveles analíticos: “el orden de la interacción y el orden de las disposiciones” (Sabido, 2014: 79).
El segundo trabajo es “De enfermedades a dolencias mentales. Notas de un itinerario de investigación sociológica sobre el sufrimiento psíquico”. En él, la Dra. Teresa Ordorika5 hace de los trastornos mentales como depresión, ansiedad, anorexia y la bulimia en mujeres de clase medias y medias altas, un objeto de estudio que sólo puede ser explicado tomando en consideración el contexto social, y una mirada interdisciplinaria, transitando por la psicología, la medicina, entre otras.
El último trabajo de esta segunda parte se denomina “Hacia una sociología de la alimentación y de la sexualidad”, de la Dra. Karine Tinat,6 quien se va acercando desde una perspectiva sociológica a las problemáticas relacionadas con jóvenes, trastornos alimentarios en el medio rural, hasta llegar a la relación entre alimentación y sexualidad, señalando los métodos a los que recurre.
La tercera parte, titulada “Política y economía”, se integra también por tres trabajos: “Un itinerario académico desde la sociología política”, de Miguel Armando López Leyva, quien plantea cómo se han ido transformando y actualizando sus análisis respecto a los movimientos sociales y el proceso democratizador en México, tratando de construir una postura que trascienda los enfoques predominantemente institucionalistas de las ciencias políticas, permitiendo una mirada diferente a dicha relación.
El trabajo “Viejos problemas y nuevos enfoques en la sociología política comparada”, del Dr. José Luis Velasco,7 aborda los retos a los que hace frente el método comparativo en la sociología política. Particulariza en enfoques relativamente recientes, como el de coyunturas críticas, la idea de dependencia de la trayectoria, las teorías tipológicas y el análisis histórico comparativo. Señala además la existencia de un rasgo común entre la preocupación por la complejidad causal y la búsqueda de soluciones para dar cuenta de las complejidades causales.
El trabajo “Economía política del ‘neoliberalismo’ y enfoques estructurales de la corrupción”, de la Dra. Irma Eréndira Sandoval Ballesteros,8 resalta la estrecha relación entre economía y política, estableciendo los elementos que permiten una lectura diferente de las políticas financieras en México, a partir de tres hipótesis: la incertidumbre política, el pluralismo y la transparencia, ubicándolas a la vez en tres coyunturas específicas: la nacionalización, privatización y extranjerización del sector bancario en México, reflexionando sobre el concepto de intervencionismo neoliberal y proponiendo una nueva lectura.
La cuarta parte, denominada “Religión y cultura”, está conformada por otros tres trabajos. El primero de ellos, “Estudiar la memoria”, de la Dra. Eugenia Allier Montaño,9 inicia presentando la importancia que ha adquirido el análisis y estudio interdisciplinario de las formas de recuerdo en las sociedades contemporáneas. De esta manera, aborda el estudio de la memoria colectiva desde la perspectiva histórico sociológica, proponiendo el concepto de memoria pública y cuestionando la pertinencia del concepto de memoria colectiva.
El segundo trabajo, “Con la religión entre las manos. Un itinerario”, del Dr. Hugo José Suárez,10 traza su itinerario intelectual como un factor importante para centrar su interés en el tema de la religión, “…con los desafíos conceptuales que ello entraña [hacia] las apuestas teóricas y metodológicas, las diferentes preguntas de investigación...” (Suárez, 2014: 245) y “comprender los efectos que ha tenido el debilitamiento de las instituciones de control (y guía) del individuo para la acción social y la construcción de sentido” (Suárez y Pirker, 2014: 18).
El siguiente texto, “Territorializar el análisis sociológico”, del Dr. Armando García Chiang,11 aborda la relación entre sociología y geografía a partir de un recorrido por los principales planteamientos de ambas disciplinas, así como por las posturas que han tratado de vincular y las dificultades que esta combinación ha generado durante los últimos años. Un ejemplo de ello se presenta a partir de la geografía humana, exponiendo la noción de “actor territorializado”.
La quinta parte de libro, denominada “Recursos de la acción colectiva”, está conformada por dos obras: “Tejiendo y destejiendo: reflexiones sobre una trayectoria de investigación en torno al estudio de la acción colectiva”, del Dr. Marco Estrada Saavedra,12 quien explica la forma de acercarse al estudio del zapatismo y la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (appo), a partir de una aproximación teórica sobre los fenómenos de participación y la política democrática, así como al trabajo empírico y su importancia en la investigación, reconociendo la necesidad de abrirse y apropiarse de nuevos enfoques teóricos, explicando cómo la teoría de sistemas confiere mayor inteligibilidad a los procesos de movilización social, hace visible la complejidad y las tensiones al interior de los mismos.
En el trabajo “Identidades, subjetividades y actores sociales en México: una propuesta analítica”, de la Dra. Laura Loeza Reyes,13 reflexiona sobre las estrategias conceptuales y metodológicas que ha empleado para analizar las identidades políticas de la élite dirigente en una red nacional de organizaciones civiles y en la contribución de dichas organizaciones al cambio político en México. Asimismo, destaca la importancia de recurrir a marcos teóricos de otras disciplinas como la psicología social y el análisis estructural del discurso, para mostrar la interrelación entre los procesos subjetivos individuales y colectivos del fenómeno de la acción colectiva.
Finalmente, el libro cierra con un postfacio de Danilo Martuccelli, quien puntualiza las cuatro grandes tensiones que subyacen en la producción sociológica reflejada en el texto: las características de las trayectorias de los sociólogos de esta generación y sus consecuencias analíticas, el destinatario del discurso científico ¿para quién se escribe?, la tensión entre la particularidad y la universalidad ¿de una sociología mexicana a una sociología en México?, así como la diversidad o la sociología omnitemática (Suárez y Pirker, 2014: 20).