Describir la viabilidad, la seguridad y la eficacia de un enfoque multidimensional para fomentar la actividad física precoz después de un ictus isquémico.
Materiales y métodosEstudio de casos y controles que compara los resultados en los pacientes ingresados en la unidad de ictus antes y después de establecer un protocolo de fomento de la actividad física mediante la incorporación de un ejercicio aeróbico usando un cicloergómetro, y la facilitación de información verbal y escrita sobre los beneficios de la actividad física. La medida principal del estudio fue la actividad física realizada a los 3 meses usando el International Physical Activity Questionnaire.
ResultadosIncluimos 93 pacientes (60 controles y 33 en el grupo activo). La actividad física previa al ictus era baja. Las 126 sesiones de cicloergómetro se toleraron bien. A los 3 meses del ictus, la actividad física fue mayor (693 vs. 462 MET-min/semana; p=0,039) y el tiempo de sedestación, menor (2.100 vs. 2.520min; p=0,009) en el grupo activo.
ConclusionesA pesar de un conocimiento apropiado de los beneficios del ejercicio sobre la salud, la actividad física es baja después del ictus. Un enfoque multidisciplinar, combinando ejercicio precoz e información individualizada, puede incrementarla.
To describe the feasibility, safety, and efficacy of a multidimensional approach to promote physical activity soon after ischaemic stroke.
Materials and methodsCase-control study comparing the outcomes in consecutive patients admitted to a stroke unit before and after implementing a physical activity promotion protocol by performing aerobic exercise using a cycle ergometer, and informing them on the benefits of physical activity. The primary outcome measurement was physical activity at 3 months using the International Physical Activity Questionnaire.
ResultsA total of 93 patients were included (60 controls and 33 in the active group). Pre-stroke activity was low. A total of 126 cycle ergometer sessions were well tolerated. At 3 months, post-stroke physical activity was greater (693 vs. 462 MET-min/week; P=.039) and sedentary time shorter (2,100 vs. 2,520min; P=.009) in the active group.
ConclusionsDespite proper knowledge of the health benefits of exercise, physical activity is low after stroke. A multidisciplinary approach combining early exercise and individualised information on its benefits may increase physical activity after stroke.
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