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Vol. 9. Núm. 5.
Páginas 185-186 (septiembre 2010)
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Imagen del oncólogo médico actual
The medical oncologist current image
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Valle S. Aura Erazoa
a Coordinadora de Oncología. CMN "20 de Noviembre", ISSSTE. Oficina de Servicio de Coordinación Modulares 2° Piso. Tel. 5200 5003 ext. 14256 / 14258
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La oncología médica es una especialidad incluida en la medicina interna, la cual aplica, entre muchas cosas, tratamientos con medicamentos oncológicos, hormonas, agentes biológicos; sin embargo, el papel del oncólogo médico va más allá de prescribir medicamentos para tratar el cáncer y de cuidar a los pacientes ya sea desde el momento del diagnóstico o durante el curso de su enfermedad hasta la sobrevida o muerte; también debe de ejercer tareas educativas para los médicos en formación, para el paciente y sus allegados acerca de las diferentes formas de cáncer, estadios y su desarrollo; también debe de discutir y hacer recomendaciones a los pacientes, realizar una vigilancia estrecha de uno o varios tratamientos durante la enfermedad, trabajar y -al lado del paciente- elaborar estrategias con el objeto de mejorar la calidad de vida así como el manejo de los síntomas y del dolor. Esta especialidad es una de las áreas de la medicina que más cambios ha tenido en la última década; el desarrollo de la biología molecular ha contribuido considerablemente a desarrollar terapias blanco así como ha facilitado la elección de tratamientos y definir pronósticos a través de la determinación de factores específicos.

El avance tecnológico en la comunicación e información, permiten un acceso más amplio a los datos publicados de tal manera que la cantidad de información que tiene que discernir y analizar es basta por lo que el buen juicio del oncólogo médico se pone a prueba día con día para lo cual la denominada Medicina basada en la evidencia se ha incorporado como una herramienta que le permite al clínico realizar con sistematización este análisis filtrando la información publicada para utilizar sólo los datos relevantes y pertinentes para su práctica médica específica.

Así, el oncólogo médico contemporáneo no sólo debe ser capaz de proporcionar una asistencia médica total y especializada a los enfermos de cáncer, viendo al paciente como un individuo integral haciendo un análisis clínico de su situación mediante una exhaustiva evaluación clínica y a través de ella elaborar un diagnóstico y razonar los diferentes alternativas diagnósticas todo ello apoyándose en un concienzudo análisis de los exámenes y estudios disponibles.

El oncólogo en los albores del siglo XXI debe estar consciente del creciente costo de los servicios médicos y saber emplear de forma racional y eficiente los recursos diagnósticos y terapéuticos basándose en criterios estadísticos, epidemiológicos y económicos.

Debe aplicarse en la -actualmente descuidada- relación médico-paciente. Es imperativo que el oncólogo clínico, más que nadie, tenga un manejo experto de los aspectos de la psicología de esta relación y de las habilidades de comunicación relacionadas, debe ser capaz de relacionarse apropiadamente con enfermos, familiares y compañeros de trabajo para aplicar los principios éticos de la práctica asistencial. El oncólogo clínico debe conocer los principios fundamentales de la tanatología y saber aplicarlos.

Una de las actividades más importantes de este especialista es la investigación; no se concibe un trabajo en la clínica de oncología sin su respectiva contribución al conocimiento fundamentado en el análisis de datos y la experiencia normada con modelos de estudio. Por lo que debe conocer perfectamente las partes y estructura de un protocolo y los diferentes modelos de estudio; también debe conocer también las bases de la bioestadística y manejar al menos un programa computacional sobre esto.

El oncólogo debe conocer mejor que nadie los fundamentos éticos de la investigación clínica. Se debe contar con una redacción adecuada del escrito médico basándose en buenos hábitos de lectura y escritura, así como en lo relacionado con la medicina basada en la experiencia.

La docencia es otra área relevante de la práctica de la oncología clínica; el conocimiento del inglés médico de manera fluida permitirá al oncólogo el asistir a congresos internacionales a escuchar opiniones y datos recientes así como a presentar sus propios hallazgos. La literatura más reciente está publicada en inglés; sin un dominio de este idioma, la actualización en el tema está limitada. El oncólogo debe conocer los principios de la enseñanzaaprendizaje y lo relacionado con realizar presentaciones efectivas para poder compartir sus conocimientos con colegas y personal en formación. Debe conocer los elementos de la difusión médica al público general para poder realizar tareas de enseñanza para la prevención y detección oportuna. Las habilidades de comunicación de este especialista deben ser muy importantes para que pueda hacerse comprender por cualquier tipo de persona.

Finalmente, el oncólogo clínico debe saber cuidar tanto su salud física como la mental e intelectual. La prevención del síndrome de burnout es una prioridad para todo el personal médico que tiene altos grados de responsabilidad y trato con pacientes, familiares y compañeros. Tener intereses alternos a la medicina, gusto por la lectura de literatura general, apreciación por las artes y, sobre todo, la humildad tan necesaria para comprender que la vida es corta y el conocimiento incesante y cambiante, es un punto básico para ser un buen oncólogo clínico en nuestros días.

Considero que definir como "un profesionista científicamente humanístico" debe ser el adjetivo que mejor califique al oncólogo médico.

Bibliografía
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3rd Ed, 2008.pp.1-43 (Totowa, NJ: Humana Press),
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