El concepto de medicina traslacional es relativamente nuevo. Su definición no es tan compleja como su implementación: es la interacción de la investigación básica, clínica y epidemiológica para reducir la incidencia y morbimortalidad del cáncer.
Esta interacción que pareciera básica para poder optimizar recursos y obtener mejores resultados para el paciente, se dificulta por una razón simple: las tres áreas que deben interactuar hablan diferentes idiomas, técnicamente hablando.
El investigador básico "puro" centra su trabajo en el laboratorio, en donde desarrolla proyectos de investigación que son de interés particular de un grupo como respuesta a una pregunta experimental, buscando (sic) el conocimiento por el conocimiento mismo. Esto lleva a encontrar proyectos laboriosos, de alta complejidad y costo, y con frecuencia de larga evolución con resultados que en muy pocos casos tienen aplicabilidad clínica a corto plazo. Por esta razón sus deliberaciones se basan en aspectos moleculares relacionados con las técnicas utilizadas que en raras ocasiones entienden los otros grupos.
El investigador clínico "puro" centra su trabajo en el paciente, utilizando técnicas prácticas y buscando resultados a corto plazo. En muchas ocasiones si requiere manejar cuestiones de laboratorio básico contacta a estos grupos separando con claridad lo que interesa a cada uno sin compartir la experiencia del laboratorio.
El investigador epidemiológico centra su trabajo en grupos de población, analizando someramente los aspectos clínicos y prácticamente sin tener contacto con ningún laboratorio. Su plazo de estudio es a largo o muy largo plazo.
Teniendo esto en mente podemos darnos cuenta que las metas de cada grupo son dispares y rara vez confluentes, de tal manera que deben pasar muchos años para que un resultado de algún estudio de estas áreas se vuelva de interés para las otras, debiendo esperar a "traducir" ese resultado al lenguaje del área interesada.
La intención de la medicina traslacional (que implica dos conceptos, uno por traducir y otro por trasladar) es integrar las tres disciplinas para obtener estudios de alto impacto para cada área, pero aún más para los pacientes que se pueden beneficiar de ello.
Existen instituciones en el mundo que llevan este concepto a la práctica como una norma oficial de trabajo, como el Centro Nacional de Enfermedades Tumorales del Hospital Universitario de Heidelberg, en donde la mayor parte de los casos que reciben son evaluados en un contexto multidisciplinario desde el punto de vista clínico (cirujano, radiooncólogo, oncólogo médico, etc.) pero con participación de áreas básicas y epidemiológicas. Este abordaje conjunto lleva a ofrecer a los pacientes no sólo las opciones actuales de manejo clínico, sino los ensayos clínicos adecuados a su caso recopilando a la vez información epidemiológica que repercutirá posteriormente en las otras áreas.
La Sociedad Mexicana de Oncología (SMeO) en un intento por estar a la vanguardia en el manejo del paciente oncológico, desde hace varios años ha tratado de integrar a las disciplinas clínicas, básicas y epidemiológicas, comenzando por la presentación de cursos de biología molecular para clínicos, cursos de medicina traslacional para básicos y epidemiólogos y mantener la pluralidad de sus comités para que la interacción se dé en un formato casual y sin presión.
Continuaremos este esfuerzo de interacción no sólo en el Congreso Nacional y los cursos regulares, sino también a través de la Gaceta Mexicana de Oncología (GAMO), que tiene una gran aceptación en la comunidad oncológica de nuestro país.
Información consultada en:
1. http://en.wikipedia.org/wiki/Translational_research
2. http://www.cancer.gov/trwg/TRWG-definition-and-TR-continuum
3. http://nihroadmap.nih.gov/clinicalresearch/overview-translational.asp
4. http://www.heidelberg-university-hospital.com/index.php?id=61
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