¿ INTRODUCCIÓN
Desde la descripción de Clark en 1895, la histerectomía radical ha sufrido a través de la historia diferentes modificaciones para la realización de la misma, todo esto con el fin de ofrecer menor morbilidad y disminuir el tiempo operatorio sin sacrificar los cánones oncológicos.
A continuación se ofrece la técnica realizada en el Hospital General de México, producto de la experiencia del autor a manera de poder estandarizar dicha técnica y hacer de ella un arma dentro del arsenal oncológico, seguro, viable, confiable y libre de complicaciones en la medida de lo posible.
¿ TÉCNICA QUIRÚRGICA
1. Bajo anestesia general con el paciente en decúbito dorsal, en posición de Trendelemburg y con sonda vesical a permanencia, se practica una incisión en línea media supra e infra umbilical (se recomienda que la porción supra umbilical de esta incisión se realice a 10cms de la cicatriz umbilical). Una vez ingresada a la cavidad abdominal nosotros colocamos el separador de Finochietto que es el que nos da una mejor exposición de la misma.
2. Abrimos el ligamento ancho y se procede a disecar el infundíbulo pélvico el cual se pinza, secciona y se liga lo más posterior posible, continuando con el ligamento redondo realizamos la misma maniobra, se secciona lo más cerca de la pared pélvica y así obtenemos una buena exposición del retroperitoneo (Figura1).
Figura 1. Se observa la toma del ligamento redondo A. y del infundíbulo.
Se continúa con la apertura de la hoja anterior del peritoneo, para exponer el retroperitoneo (Figura 2), hasta la mitad del repliegue vésico-uterino y cefálicamente por fuera del infundíbulo pélvico hasta unos 5 cm a 6 cm por encima de la bifurcación de la aorta; exponemos los vasos iliacos externos e internos e identificamos el uréter el cual se encuentra adosado a la hoja peritoneal posterior.
Figura 2. A. Apertura del repliegue vésico-uterino; B. Vasos ilíacos.
3. El autor inicia la disección ganglionar de la fosa obturatriz como primer tiempo de la cirugía y es el primer punto clave (Figura 3) dejando al descubierto el piso pélvico y la fosa paravesical lo que nos permitirá posteriormente facilitar la disección de los vasos iliacos externos y el contenido retrocrural por su buena exposición.
Figura 3. Se muestra la fosa obturatriz; A. el piso pélvico al fondo.
4. En el segundo punto clave se procede a realizar la linfadenectomía desde 3 cm a 4cm. por arriba de la bifurcación de la aorta y la porción terminal de la cava (Figura 4), con lo que se podrá disecar el tejido linfático paraaórtico, paracaval y tejido ganglionar de los vasos ilíacos primitivos.
Figura 4. Se observa la figura estando el cirujano del lado izquierdo realizando el lado derecho de la disección ganglionar; la pinza A. toma el tejido a disecar (porción caudal), la pinza B. toma la porción cefálica de dicho tejido el cual ligamos para evitar acumulo de linfa, en el fondo la aorta, La cava y el nervio génitocrural C.
5. Se continua la disección ganglionar disecando la arteria iliaca externa de afuera hacia adentro y por su cara inferior, así como la vena iliaca externa hasta la región retrocrural; el límite lateral de la disección es el nervio génitocrural (Figura 5).
Figura 5. Se observa el tejido ganglionar a disecar sobre los vasos iliacos externos A, hasta la región retrocrural B; el nervio genitocrural es el límite externo C.
Se completa la disección del tejido parametrial desde la pared de la pelvis descubriendo y disecando el nervio obturador, seccionando y ligando los vasos obturatrices y dejando al descubierto los vasos intrapélvicos del plexo hipogástrico (Figura 6 y Figura 6 bis).
Figura 6. Se completa la disección sobre los vasos iliacos externos A. hasta la región retro crural inclusive B.
Figura 6 bis. Observamos, que la disección de la fosa obturatriz A. nos facilita la disección de los vasos iliacos externos B. y de la pared pélvica, y se expone el tejido linfático retrocrural C.
6. El tercer punto clave de esta cirugía es la disección de la arteria iliaca interna o hipogástrica que se realiza sobre su cara externa y con esta maniobra no lesionamos la arteria ureteral inferior que nace dentro de los primeros centímetros de la bifurcación de la arteria iliaca común y es básico para la irrigación del uréter. Posteriormente se lleva a cabo el ingreso al espacio para rectal abriendo con la punta de las tijeras por arriba de la emergencia de la arteria vesical superior y el uréter y con el dedo índice de la mano izquierda se rechaza el uréter para protegerlo del pinzamiento subsecuente del plexo hipogástrico (Figura 7).
Figura 7. Se observa la emergencia de la arteria vesical superior A. de la arteria hipogástrica B. para ingresar en el espacio para rectal C. así como la disección del tejido ganglionar en la cara externa de la arteria hipogástrica D.
7. Después de haber ingresado en el espacio pararrectal se procede a desarrollar o disecarlo hasta el piso pélvico. Con el dedo índice y abrazar el plexo hipogástrico con el dedo medio de la mano izquierda seccionando o no la arteria vesical superior teniendo en cuenta que dicho pinzamiento se debe hacer a 2 cm de la emergencia de la arteria hipogástrica, se completa en tres pasos en general el pinzamiento del plexo hasta llegar al piso pélvico (Figura 8 y 8 bis).
Figura 8. Pinzamiento de arteria vesical superior A. y del plexo hipogástrico.
Figura 8 bis. Se completa el pinzamiento y ligadura del plexo hipogástrico.
8. A continuación se realiza la disección de los tabiques vésico-vaginal con las tijeras y recto vaginal con disección roma. Proseguimos con la sección y ligadura de los ligamentos úteros sacros hasta el piso pélvico para facilitar la liberación del cuerpo uterino hacia la superficie de la herida quirúrgica y la tunelización del uréter y su disección.
9. El cuarto punto clave de esta cirugía se basa en poder liberar el uréter a la altura del borde lateral del útero, a manera de dejar la mayor cantidad de peritoneo a su alrededor. La tunelización del uréter (Figura 9) se lleva a cabo con la disección, sección y ligadura de los vasos uterinos por encima de este; continuamos el túnel hasta 2 cm por debajo de las ligaduras.
Figura 9. Con una pinza de Mixter fina se tuneliza el uréter por debajo de los vasos uterinos, donde estos últimos se pinzan y ligan. Se refiere el uréter con un Penrose.
10. Como quinto punto clave, se realiza el corte y separación del tejido paravesical no tan cercano a la vejiga junto con el tejido adiposo ganglionar disecado pasándolo por debajo del uréter y fijado con un punto al borde lateral del cuerpo uterino y así extirpar en UN SOLO BLOQUE la pieza operatoria (Figura 10).
Figura 10. Unión del tejido parametrial A. por debajo del uréter B. al borde lateral del útero C.
11. Por último, se realiza la separación de la vejiga lateralmente del borde vaginal para seccionar posteriormente la vagina en una distancia de 4 cm a 5 cm y así obtener un margen adecuado. En la Figura 11 se observa la pieza operatoria resultado de esta cirugía.
¿ CONCLUSIÓN
Como podrán observar, la técnica operatoria es complicada pero si se le pone especial atención a los puntos clave descrito, de acuerdo con la experiencia del autor, ésta se facilitara en cierta manera y se evitaran complicaciones transoperatorias de cierta consideración.
Figura 11. Pieza operatoria producto de la histerectomía radical con linfadenectomía pélvica.
Correspondencia: Dr. Dimas Hernández Aten.
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