Nos da gusto saber el interés que originó el artículo de revisión sobre el desarrollo e implementación de guías de práctica clínica basadas en evidencia (GPC). Consideramos que es primordial abrir la discusión sobre la relevancia de generar documentos confiables que brinden recomendaciones sobre el diagnóstico, el pronóstico y el manejo terapéutico, entre otros aspectos clínicos, dirigidos a todos los tomadores de decisiones clínicas. El rigor metodológico basado en revisiones sistemáticas de la literatura y el involucrar a un amplio sector de tomadores de decisiones interesados en el tema son aspectos fundamentales para lograr la confianza de los usuarios y facilitar su adopción1. En todo el mundo se ha invertido una gran cantidad de recursos humanos y materiales en el desarrollo y la implementación de GPC.
Estamos de acuerdo con los autores Galvez-Olortegui et al. en la importancia de mantener actualizadas las GPC para que las recomendaciones se mantengan vigentes y, además, puedan ser evaluadas nuevas tecnologías en salud de reciente incorporación al manejo de las distintas patologías. La velocidad en la generación de evidencia científica en oncología es particularmente alta y, por ende, hay que mantener las GPC actualizadas de acuerdo con los avances detectados por el grupo de expertos clínicos que forman parte del desarrollo de las mismas.
Las GPC intentan cerrar la brecha entre ese conocimiento científico y la toma de decisiones clínicas, por lo que es muy importante producirlas, pero también es muy importante considerar la estrategia de diseminación, de implementación y de medición del impacto en los pacientes en el momento de aplicar sus recomendaciones. En la medida en que los tomadores de decisión en el sentido más amplio consideren las recomendaciones clínicas basadas en evidencia en sus actividades cotidianas, y nos referimos a los desarrolladores de políticas públicas, los administradores de hospitales, médicos, paciente y sus cuidadores, se logrará un mejor acceso a métodos diagnósticos más precisos y a terapéuticas más costo útiles que ayuden a elevar la calidad de la atención médica. Esto, sin duda, ayudará a conseguir en nuestros pacientes una mejor calidad de vida.