INTRODUCCION
La esfinterotomía tipo precorte hace referencia a diversas técnicas endoscópicas empleadas para conseguir el acceso a la vía biliar mediante la realización de una incisión en la papila, cuando los métodos de canulación habituales han fallado. Se considera una técnica de riesgo que requiere habilidad y experiencia, y se debe emplear solamente en los casos en que está indicada la terapéutica biliar1,2. Con estas premisas, el precorte papilar puede ser una técnica segura y efectiva. Su uso varía según los autores entre el 4 y el 38% de los intentos de canulación biliar3-23. Hay diversas formas de realizar este procedimiento que se pueden agrupar en 2 apartados24:
1. Técnicas de esfinterotomía de aguja, que son las más frecuentemente utilizadas: comienza la incisión en el orificio papilar previa inserción o no de la prótesis pancreática, o se realiza la incisión por encima del orificio papilar (fistulotomía).
2. Técnicas mediante esfinterótomo de tracción, que incluyen la realizada con esfinterótomo de punta ultracorta o sin punta tipo Erlangen y la esfinterotomía transpancreá tica (ETP).
En este artículo se evalúa la técnica de ETP, y se examinan los porcentajes de éxito y complicaciones, comparándolos con la experiencia publicada en ésta y en otras técnicas de precorte.
PACIENTES Y MÉTODOS
Este estudio incluye un total de 20 pacientes a los que se realizó ETP entre noviembre de 2004 y octubre de 2005 por imposibilidad de efectuar una canulación de la vía biliar por los métodos habituales, considerándose como tal cuando no se consiguió después de 20 min y/o se canuló mediante guía el conducto pancreático en múltiples ocasiones. Todos los pacientes firmaron el consentimiento informado y recibieron profilaxis antibiótica. En 13 pacientes (65%) se había realizado una colangiorresonancia magnética previa como exploración complementaria. Las ETP se realizaron con esfinterótomos CT-25 (Wilson-Cook), introduciendo su punta en el canal común o en el conducto pancreático, realizando el corte en dirección biliar y seccionando el techo del canal común24 (fig. 1). Una vez conseguido el acceso biliar se completó la esfinterotomía con el mismo esfinterótomo. La corriente electroquirúrgica empleada fue el Endo-cut (120 W, efecto 2). Los resultados se analizaron de forma prospectiva respecto al buen acceso inmediato a la vía biliar, y la incidencia y la gravedad de las complicaciones según criterios consensuados que se detectaron durante los 30 días que siguieron al procedimiento25.
Fig.1. Representación de la técnica de esfinterotomía transpancreática (ETP): canulación del conducto pancreático con el esfinterótomo estándar y realización del corte a través del septo en dirección biliar, seccionando el techo del canal común. 1: colédoco; 2: septo; 3: conducto pancreático.
RESULTADOS
Entre noviembre de 2004 y octubre de 2005 se realizaron 298 colangiopancreatografías retrógradas endoscópicas (CPRE), 176 esfinterotomías y 20 ETP (el 6,7% de las CPRE y el 11,3% de las esfinterotomías). Las indicaciones en las que se tuvo que emplear la ETP fueron: ictericia obstructiva, 9 pacientes (45%); sospecha de coledocolitiasis, 8 pacientes (40%); fuga biliar, 1 paciente (5%); pancreatitis aguda grave, 1 paciente (5%), y pancreatitis aguda recidivante, 1 paciente (5%). La edad media fue de 66,6 años (rango, 28-87), y el 55% eran varones. El diagnóstico final (tabla I) se realizó mediante CPRE, y como alternativa en los casos de fracaso, el drenaje transparietohepático y la colangiorresonancia magnética. No se insertaron prótesis pancreáticas como profilaxis de pancreatitis en los que se consiguió el acceso inmediato a la vía biliar, pero si en 2 de 3 pacientes en los que esta circunstancia no concurrió.
Éxito en la canulación
Se consiguió la canulación inmediata en 17 de 20 pacientes (85%) y, en conjunto, en 18 de 20 pacientes (90%), dado que en 1 paciente se realizó una segunda CPRE, obteniéndose el acceso biliar. Los 2 pacientes en los que no se logró la canulación presentaban un colangiocarcinoma extrahepático y una papila intradiverticular con dilatación de la vía biliar (tabla II).
Complicaciones
Se detectaron complicaciones en 3 pacientes (15%), ninguna de ellas grave: hemorragia papilar moderada (2 pacientes) y retroneumoperitoneo asintomático (1 paciente) (tabla II). No hubo mortalidad relacionada con las complicaciones. Un paciente con peritonitis por fuga biliar y otro con cáncer de páncreas fallecieron durante el seguimiento por fracaso multiorgánico y por la evolución de su enfermedad, respectivamente, sin relación con la realización de la CPRE. Se constató una elevación de la amilasa sérica (más de 3 veces los valores normales) sin dolor pancreático en 7 pacientes (35%). En una paciente con papila intradiverticular, en la que no se consiguió el acceso, se detectó días más tarde un retroneumoperitoneo asintomático, que no requirió tratamiento, por lo que la paciente fue dada de alta.
DISCUSION
La ETP fue inicialmente descrita en 199511. Es una técnica interesante pero poco extendida que se ha empleado en casos de canulaciones repetidas de la vía pancreática, al intentar el acceso a la vía biliar. La posible afección del esfínter pancreático por la transmisión de la corriente aplicada y la incidencia del 12% de pancreatitis, en el estudio inicial, han rodeado de un cierto escepticismo su utilización11,26,27. En este procedimiento se emplea el esfinterótomo estándar, introduciéndose su punta de 5 mm en el conducto pancreático y realizando el corte a través del septo en dirección biliar, seccionando el techo del canal común24. Su principal ventaja es que puede reducir el daño potencial de las estructuras subyacentes empleando además el mismo esfinterótomo con el que se inicia la canulación y, posteriormente, se completará la esfinterotomía; por tanto, su manejo es más sencillo. Por el contrario, puede producirse un eventual daño del esfínter pancreático si el esfinterótomo se introduce más de 5 mm dentro del conducto pancreático, lo que aumenta el riesgo de pancreatitis. En nuestro estudio, se consiguió el acceso biliar inmediato en el 85% de los pacientes. En las series publicadas que hacen referencia a las técnicas de precorte, los porcentajes de éxito son variables: con canulación inmediata del 35-96%7,15,20-22,24,28-30 (tabla III), y en concreto en la ETP del 60-100%4,5,11,12,30 (tabla IV). Las complicaciones advertidas en el estudio fueron del 15%, ninguna de ellas grave, sin registrarse casos de pancreatitis, pero teniendo presente que el número de pacientes no es elevado. Las complicaciones para los distintos procedimientos de precorte publicadas oscilan entre el 2 y el 34%8,9,14,17,30 (tabla III), generalmente superiores a las advertidas mediante esfinterotomía estándar (7-14%), y del 2-12% en las ETP4,5,11,12,30 (tabla IV). Si las complicaciones aparecidas son debidas al precorte, o a los intentos sucesivos previos de canulación, es una cuestión que permanece poco clara por la falta de estudios comparativos publicados. Lo que sí parece claro es que el precorte aumenta el riesgo de complicaciones cuando se compara con la esfinterotomía estándar, principalmente el de pancreatitis y perforación18,24,31,32. Por ello, las prótesis pancreáticas pueden desempeñar un papel primordial en la prevención de las complicaciones relacionadas con el precorte, así como en otras circunstancias de alto riesgo24,28,32,33. Hay pocos datos que comparen los diferentes métodos específicos de precorte. En los 2 estudios iniciales de ETP se obtuvieron cifras de complicaciones comparables a las evidenciadas respecto a otras técnicas de precorte11,12. Dos estudios recientes ponen de manifiesto el alto porcentaje de éxito mediante ETP, advirtiéndose en uno de ellos la asociación con un aumento del riesgo de pancreatitis frente a la esfinterotomía convencional4, mientras que en el otro, el porcentaje de complicaciones en la ETP era inferior frente a la esfinterotomía de aguja (EA) (el 3,5 frente al 17,7%)30. En algunos centros del norte de Europa, Estados Unidos y Gran Bretaña se tiende a realizar el precorte de forma precoz y frecuente (más del 10% de las esfinterotomías) para no traumatizar la papila con repetidos intentos de canulación8-10,15. Sus tasas de complicaciones son bajas, entre el 2,6 y el 12%. Nuestra experiencia en técnicas de precorte se centra en la utilización de la esfinterotomía de aguja sobre prótesis pancreática28, con una canulación inmediata y en conjunto del 73 y el 87,5% respectivamente, y una tasa de complicaciones del 16,6%. La inserción de un stent pancreático previo a la EA puede suponer una notable ventaja para conseguir el acceso a la vía biliar, al servir de referencia anatómica en el momento de realizar la disección de la papila y reducir las complicaciones28. La ETP, tal y como queda reflejada en este estudio y en otros publicados4,5,11,12,30, puede ofrecer un elevado porcentaje de canulaciones inmediatas que, en definitiva, expresa el verdadero éxito de la técnica24, probablemente más sencilla de realizar respecto a otros procedimientos de precorte, y no incrementa el riesgo de complicaciones. Desde el punto de vista técnico, la ETP puede ser menos exigente, y con ella más fácil de controlar la profundidad de la incisión respecto a la EA30, si bien la realización de una EA sobre una prótesis pancreática puede ayudar en este sentido28. No obstante, según los factores anatómicos, la presentación clínica y la experiencia del endoscopista, se optará por la técnica de precorte más adecuada. Con los datos revisados, salvo en el estudio inicial11, los porcentajes de pancreatitis advertidos con la ETP se pueden catalogar como normales (2,7-5,8%) (tabla IV). Por ello, su utilización no es preocupante en manos de expertos, si bien los estudios al respecto son aún escasos. Contar dentro del arsenal terapéutico de la CPRE con una técnica que permita el acceso inmediato a la vía biliar en un alto porcentaje de los casos, con una tasa razonable de complicaciones, es importante, pues podrá evitar otros procedimientos de mayor riesgo y duración, o la repetición de la prueba días más tarde.
En conclusión, nuestros resultados indican que la ETP es una técnica eficaz en el acceso inmediato a la vía biliar en una elevada proporción de pacientes cuando no es posible por los métodos habituales, y no se asocia con un mayor riesgo frente a otras técnicas de precorte.
AGRADECIMIENTOS
A Rosa Malagón Rojo, por la colaboración en la realización de este trabajo.