INTRODUCCION
El uso de Internet ha experimentado un crecimiento espectacular en los últimos años. En el período de abril-mayo de 2005 había en España más de 4,5 millones de viviendas con acceso a Internet, y el 34,7% de la población mayor de 14 años había navegado por la red1.
El fácil acceso, la disponibilidad permanente de la información, el anonimato con el que se puede consultar todo tipo de temas y el enorme número de páginas dedicadas a temas de la salud, estimada en el año 1999 en una cifra próxima de 100.0002, ha propiciado que Internet haya revolucionado la forma de obtener información médica, no solamente entre los profesionales de la salud sino también entre los pacientes.
Algunos estudios europeos muestran que hasta un 50% de los internautas han usado la red en alguna ocasión para obtener información relacionada con la salud3. Esta cifra alcanza el 80% entre los usuarios adultos de Internet en Estados Unidos4. En el año 2002 la búsqueda de información sobre salud en la red representaba, tras el uso del correo electrónico y la búsqueda de información sobre productos que se van a comprar, el tercer motivo de uso de Internet en Estados Unidos4. En nuestro país los datos del Instituto Nacional de Estadística muestran que más de 3 millones de internautas (el 22% de los usuarios de la red) buscaron información relacionada con la salud (http://www.ine.es) en el año 2003.
El aumento del número de internautas en imparable (http://www.observatorio.red.es) A medida que el acceso a Internet aumenta en nuestro país cabe esperar que también lo haga el de personas que acceden a la red para buscar información médica. Esto va a influir sobre la relación médico-paciente, como ya está ocurriendo en otros países de nuestro entorno5-7.
En nuestro medio se carece de datos sobre el uso de Internet como fuente de consulta médica entre los pacientes con enfermedades del aparato digestivo, salvo un estudio realizado en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal (EII) que acudían a una consulta monográfica8.
Por estos motivos nos propusimos analizar el uso de Internet con fines médicos por parte de los pacientes que acuden a una consulta de gastroenterología de una ciudad media española, valorar la relación entre el uso de Internet y las características demográficas de los pacientes, y determinar la fiabilidad que les ofrece a los pacientes la red como fuente de consulta médica.
MATERIAL Y MÉTODOS
Entre octubre y diciembre de 2004 se incluyó de forma prospectiva a 450 pacientes consecutivos que acudían por primera vez a una consulta general de aparato digestivo en una clínica privada de Santa Cruz de Tenerife. Se excluyó a los pacientes que no eran capaces de rellenar el cuestionario.
Antes de entrar en la consulta los pacientes fueron invitados a responder un cuestionario anónimo que completaban sin límite de tiempo. El cuestionario incluía preguntas sobre datos demográficos y sociales, uso de ordenador en casa, acceso habitual a Internet desde casa, trabajo o bibliotecas, uso habitual de Internet (al menos una vez por semana), uso de Internet como fuente de información médica de forma general, si había consultado sus síntomas en Internet antes de acudir a la consulta, si estarían interesados en poder contactar con el médico mediante correo electrónico y, finalmente, si les interesaría tener una pagina web específica sobre enfermedades del aparato digestivo (fig. 1). Una enfermera atendía las dudas de los pacientes sobre el cuestionario.
Fig. 1. Preguntas realizadas en el cuestionario.
Para el análisis por edad, los pacientes se agruparon en menores o mayores de 45 años. Para el análisis según su nivel de formación, los pacientes se dividieron dos grupos: personas con estudios básicos (sin estudios o con estudios primarios) y con estudios avanzados (con estudios secundarios o universitarios).
Estadística
Los datos se expresan como número total y porcentaje dentro de cada grupo. La comparación de proporciones entre grupos se realizó mediante la prueba de la *2. Se consideró significativa un valor de p < 0,05.
El análisis se realizó mediante un paquete estadístico integrado SPSS 12.0 (SPSS; SPSS Inc., Chicago, Ill).
RESULTADOS
Veintisiete pacientes no quisieron participar en el estudio. Contestaron la encuesta 423 (94%) (189 varones; 237 mujeres; edad media ± desviación estándar, 42,6 ± 15,9). En la primera columna de la tabla I se muestran las características demográficas de los pacientes.
El 76% de los pacientes tenía ordenador en casa, y el 72% tenían acceso a Internet en casa, en el trabajo o en el lugar de estudio. En la tabla I se muestra la distribución del uso de Internet según el sexo, la edad y el nivel de estudios. Como puede apreciarse, el uso de Internet era más frecuente en los pacientes de menos de 45 años de edad que en los mayores de 45 (el 83 frente al 54%; p < 0,05), y en los pacientes con estudio avanzados que en los pacientes con estudios primarios o sin estudios (el 39 frente al 79%; p < 0,05). No se encontraron diferencias en el uso de Internet según el sexo.
De los 304 pacientes que usaban Internet habitualmente, 176 (el 57% de los usuarios de Internet; un 42% del total de pacientes incluidos) buscan información médica en la red. Esta búsqueda de información médica era más frecuente en los menores de 45 años que en los mayores de 45 años (el 50 frente al 29%; p < 0,05). No se encontraron diferencias significativas según el sexo ni el nivel de estudio de los pacientes (tabla I).
Doscientos setenta y seis de los 421 pacientes que contestaron el cuestionario (66%) consideraban que Internet es una buena fuente de consulta médica. En este ítem no había diferencias cuando se valoraba el sexo, la edad o el nivel de estudios de los pacientes (tabla I).
Setenta de los 421 pacientes que completaron el cuestionario (17%) habían buscado información sobre sus síntomas antes de acudir por primera vez a la consulta. Como se puede observar en la tabla I, esta búsqueda previa a la consulta era más frecuente en los pacientes con estudios avanzados (el 19 frente al 4%; p < 0,05), sin diferencias según la edad y el sexo de los pacientes.
Trescientos dieciséis de los 421 pacientes que contestaron el cuestionario (75%) estaban interesados en poder contactar con su médico por correo electrónico para consultar dudas sobre su enfermedad y tratamiento. Este interés era significativamente mayor en los pacientes de menos de 45 años (el 86 frente al 57%; p < 0,01) y en los que tenían estudios avanzados (el 81 frente al 49%; p < 0,01). No había diferencias según el sexo de los pacientes (tabla II).
Doscientos noventa y seis de los 421 pacientes (70%) se mostraron interesados en contar con un página web específica sobre enfermedades del aparato digestivo avalada por su médico. Este interés era significativamente mayor en los pacientes con menos de 45 años edad (el 78 frente al 57%; p < 0,05) y con estudios avanzados (el 73 frente al 54%; p < 0,05). Tampoco en este caso se encontraron diferencias según el sexo entre los pacientes (tabla II).
DISCUSION
Nuestros datos muestran que el uso de Internet como fuente de información médica entre los pacientes de una consulta general de aparato digestivo es hoy en día una realidad. El 58% de los pacientes con acceso a Internet de nuestro estudio buscaba información médica de forma habitual y el 17% había consultado en Internet sobre síntomas que aquejaban antes de acudir a la consulta por primera vez. Esto era más frecuente en los pacientes más jóvenes y los de más alto nivel de estudios.
Estos datos concuerdan con los publicados por Panés et al8 sobre una población de pacientes con una EII que acudían a una consulta monográfica, donde el 44% utilizaba la red como fuente de información médica. También coincide con los datos de estudios realizados en población general europea, donde el 50% de los internautas busca información médica en la red, y se encuentra por debajo de los datos de Estados Unidos, donde alcanza el 80%4. Sin embargo, el uso de Internet como fuente de información médica de nuestros pacientes es el doble del encontrado en la población general de nuestro país. Como ya se ha comentado, tan sólo el 25% de los internautas españoles buscan información médica en la red, según un estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE) del año 2004 (http//www.ine.es/inebase). Esta diferencia entre los datos de nuestro estudio (el 58% de los usuarios de Internet) y los datos de la población general del estu dio del INE (el 25% de los usuarios) puede ser atribuida a la diferente estructura sociocultural. El 83% de nues-tros pacientes tenían estudios secundarios o universita-rios frente a sólo el 62% que tiene la población general (www.ine.es), y es precisamente este grupo de mayor nivel de estudios el que más frecuentemente buscaba información sobre salud en la red.
Otro aspecto interesante del tema es la fiabilidad que a la información médica obtenida de la red le otorgan los pacientes. El 65% de los pacientes de nuestro trabajo consideran que Internet es una fuente fiable de información médica. Este dato concuerda con los publicados por otros autores. Hay estudios que indican que hasta un 60% de los pacientes considera que la información en Internet es tan buena o mejor que la que le proporciona su médico9. Algunos estudios americanos han mostrado que un 50% de los pacientes consultaron nuevas dudas o buscaron una segunda opinión médica influida por la información obtenida en Internet4. En nuestro país, un estudio de la Universitat Oberta de Catalunya, publicado en 2004, mostró que 4 de cada 10 internautas españoles confiarían en la información de un sitio web sobre salud, aunque ésta contradijese los consejos o indicaciones de su propio médico10.
El interés por Internet como fuente de información por parte de los pacientes con enfermedades digestivas ya había sido demostrado en la bibliografía médica en otros países11,12. Nuestros datos muestran que nuestro país no es diferente. El 75% de nuestros pacientes estarían dispuestos a consultar aspectos de su enfermedad por correo electrónico con su médico y el 70% se mostraron interesados en contar con un página web específica sobre enfermedades del aparato digestivo avalada por su médico. Estos datos coinciden con los encontrados en el estudio de Panés et al8, donde se pudo comprobar que el 84% de los pacientes que acuden a control a una consulta monográfica de EII estarían interesados en contar con una página web específica donde poder consultar. Estos autores atribuyen este alto interés a la preocupación por una enfermedad crónica. Nuestros datos parecen mostrar que este interés depende de la edad y del nivel de estudios. Los pacientes más jóvenes y los de estudios más avanzados se muestran muy interesados en poder contar con páginas web específicas y en consultar con su médico de aparato digestivo por correo electrónico.
Pero Internet es un medio de comunicación sin regulaciones, donde cualquiera puede publicar información no contrastada y de dudosa calidad científica, a la que los usuarios acceden sin limitación13-16. Esto puede generar graves conflictos entre la información dada por el médico y la recogida de Internet.
Así pues, queda claro que los pacientes consultan cada vez más Internet para confirmar y completar la información recibida de su médico, y que la confianza que esta información les da puede llegar a ser igual o superior a la del médico. Por otro lado, en el estudio de la Universitat Oberta de Catalunya10 se comprobó que sólo el 4% de los pacientes que realizaban consultas médicas en Internet había preguntado a su médico por páginas web donde aumentar la información que les había proporcionado.
Pero, ¿qué importancia puede tener este uso de Internet por parte de los pacientes en nuestra práctica diaria? Desde nuestro punto de vista, este uso de Internet puede influir en la relación médico-paciente. En los próximos años deberemos acostumbrarnos a enfermos más pero no siempre mejor informados, que acudirán a Internet para corroborar la información que les demos. Si no tenemos en cuenta esta nueva situación y nos limitamos a ignorarla, acabaremos perdiendo la confianza de nuestros pacientes y, por tanto, deteriorando la calidad de la asistencia que prestamos. Por el contrario, si aprendemos a sacar rendimiento de la nueva situación, podremos mejorar la atención que prestamos a nuestros pacientes. Esta problemática ya fue valorada en un estudio realizado entre 800 médicos generales ingleses. En él se mostró que los facultativos consideran beneficioso para los pacientes el uso de la red, pero la mayoría creía que esta facilidad de acceso a la información podía conllevar más problemas que beneficios para los médicos. Entre los posibles problemas se menciona el deseo de los pacientes de acceder a tratamientos o tecnología no disponibles, o tener una mayor fe en la red que en los propios conocimientos del médico5. Así pues, será necesario conocer la información que circula en la red y dirigir a nuestros pacientes a páginas web de calidad científica contrastada.
Este estudio tiene ciertas limitaciones. El medio donde se realizó la encuesta es una consulta de una clínica privada de una capital de provincia, por lo que los resultados no son directamente extrapolables a la población general. Como ya expusimos, el 83% de nuestros pacientes tenía estudios secundarios o universitarios frente al 62% de la población general, y tenían acceso a Internet el 72% frente al 37% de la población general1. Sin embargo, creemos que esta situación es equivalente a la que puede presentar cualquier consulta de una capital de provincia. Por otro lado, dado el enorme crecimiento que el número de usuarios de Internet está teniendo en nuestro país, en todos los niveles culturales de la población, entendemos que estos datos son un reflejo de la situación que viviremos de forma generalizada en los próximos años. Otro aspecto que limita el estudio es que no se han valorado ni el nivel científico de las páginas web consultadas ni la interpretación que de la información obtenida hacen los pacientes. Será necesario valorar estos aspectos en futuros estudios.
En conclusión, en nuestro medio, los pacientes con una enfermedad digestiva están accediendo de forma habitual a Internet en busca de información sobre su enfermedad. La información obtenida de Internet les ofrece un alto grado de confianza y se muestran interesados en contar con una página web específica de enfermedades del aparato digestivo a la que poder recurrir para solucionar sus dudas.
Los pacientes que más frecuentemente buscan información en Internet son menores de 45 años, más frecuentemente mujeres que varones y con estudios secundarios o universitarios. Debemos indicar a estos pacientes dónde pueden encontrar la información adecuada en la web y, posteriormente, discutir con ellos la información obtenida.