La relación entre el tabaquismo y la colitis ulcerosa es un hecho hoy bien demostrado. De hecho, el abandono del hábito tabáquico es uno de los factores medioambientales con una asociación causal más fuerte con el comienzo de la colitis ulcerosa. Pero, en el año 1982, esta relación estaba aún por dilucidar. En el año 1983, 2 médicos epidemiólogos del Hospital Universitario de Boston leyeron con interés las «señales» en forma de estudios de cohortes y casos clínicos publicadas ese mismo año por varios autores que encontraron que el tabaquismo parecía tener un efecto protector sobre la posibilidad de aparición de la colitis ulcerosa. Estos datos les estimularon para revisar la información de 2 grandes estudios epidemiológicos que habían coordinado desde su centro, en pacientes ingresados en su hospital o en hospitales de otros países sobre hábitos de salud, incluyendo el tabaquismo. Sus resultados encontraron pruebas sólidas sobre la asociación negativa entre el tabaquismo y la prevalencia de la colitis ulcerosa. No es de extrañar que este trabajo apareciera publicado en la sección Medical Intelligence, existente entonces en la revista donde apareció publicado. Lo que no pudieron confirmar es la causalidad de dicha asociación (recordemos los 9 criterios de causalidad de Bradford-Hill), dejando en sus conclusiones en suspenso la existencia de la misma, teniendo la esperanza de que el empleo de la nicotina en futuros estudios revirtiera la colitis ulcerosa. Estudios posteriores han corroborado la relación inversa entre tabaquismo y colitis ulcerosa, pero no han llegado a demostrar que la administración de nicotina sirva de forma eficaz para el manejo de estos pacientes. No debemos olvidar que el tabaco contiene miles de sustancias que pudieran estar participando en esta relación.
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