Las principales novedades del último congreso americano de gastroenterología (American Congress of Gastroenterology 2016) en relación con la hemorragia digestiva alta, desde la perspectiva del médico clínico, se pueden resumir en: a) la escala de Glasgow-Blatchford tiene la mejor precisión para predecir la necesidad de la intervención quirúrgica o mortalidad hospitalaria; b) las escalas pronósticas utilizadas para hemorragia digestiva alta no varicosa, también son útiles para hemorragia digestiva baja; c) datos preliminares sugieren que el tratamiento con HemosprayTM no parece ser mejor que el tratamiento estándar actual en el control de la hemorragia activa por úlcera péptica; d) la prevención de recurrencia hemorrágica en pacientes que toman ácido acetilsalicílico puede ser efectiva, tanto con famotidina como con inhibidores de la bomba de protones, pero se precisan nuevos estudios que lo confirmen; e) se confirma la necesidad de reintroducir lo más precozmente posible el tratamiento antiplaquetario en pacientes con hemorragia digestiva asociada a estos fármacos, para evitar mortalidad cardiovascular; f) en práctica clínica habitual, las complicaciones gastrointestinales o cardiovasculares con celecoxib o antiinflamatorios no esteroideos tradicionales son muy bajas; g) dabigatrán se asocia a mayor incidencia de hemorragia gastrointestinal en comparación con apixabán y warfarina. Al menos, la mitad de los episodios se localizan en el tracto gastrointestinal inferior; h) el implante de dispositivos de apoyo circulatorio ventricular externos se asocia hasta en un tercio de los pacientes, y de manera temprana, con hemorragia digestiva y con frecuencia secundaria a malformaciones arteriovenosas.
The main innovations of the latest meeting of the Gastroenterological Association (2016) concerning upper gastrointestinal bleeding from the clinician's perspective can be summarised as follows: a) The Glasgow-Blatchford scale has the best accuracy in predicting the need for surgical intervention and hospital mortality; b) Prognostic scales for non-variceal upper gastrointestinal bleeding are also useful for lower gastrointestinal bleeding; c) Preliminary data suggest that treatment with hemospray does not seem to be superior to current standard treatment in controlling active peptic ulcer bleeding; d) Either famotidine or a proton pump inhibitor may be effective in preventing haemorrhagic recurrence in patients taking aspirin, but this finding needs to be confirmed in further studies; e) There was confirmation of the need to re-introduce antiplatelet therapy as early as possible in patients with antiplatelet-associated gastrointestinal bleeding in order to prevent cardiovascular mortality; f) Routine clinical practice suggests that gastrointestinal or cardiovascular complications with celecoxib or traditional NSAIDs are very low; g) Dabigatran is associated with an increased incidence of gastrointestinal bleeding compared with apixaban or warfarin. At least half of the episodes are located in the lower gastrointestinal tract; h) Implant devices for external ventricular circulatory support are associated with early gastrointestinal bleeding in up to one third of patients; the bleeding is often secondary to arteriovenous malformations.