La colonoscopia tiene un papel primordial en los programas de cribado poblacional, ya sea como exploración inicial o como prueba a realizar tras un resultado positivo de una determinación de sangre oculta en heces o sigmoidoscopia. La colonoscopia y sus técnicas auxiliares, como la polipectomía, deben cumplir con unos criterios de calidad básicos que deben quedar reflejados en los estándares de calidad de los programas de cribado. Una colonoscopia de calidad es la clave primordial para evitar la aparición de un cáncer de intervalo. Es de gran importancia la detección durante la colonoscopia de las lesiones proximales, sobre todo las de naturaleza serrada, por su difícil identificación y su elevado riesgo de cáncer colorrectal. En relación con los programas de seguimiento de los pólipos colorrectales resecados, las evidencias actuales de la relación entre el riesgo de neoplasia y determinadas variables (edad, sexo, tabaco, índice de masa corporal, diabetes, etc.) han de permitir individualizar el riesgo y desarrollar algoritmos de intensidad de cribado y seguimiento en estos sujetos. No obstante, una exploración endoscópica inicial en las colonoscopias de cribado es fundamental para establecer un intervalo óptimo y seguro de seguimiento y, a pesar de la mala adhesión a los programas de seguimiento, fundamentalmente por su sobreuso, la colonoscopia de seguimiento a los 3 años tras la resección de todas las lesiones polipoides detecta las lesiones clínicamente importantes de forma tan efectiva como la colonoscopia al año.
Colonoscopies play a vital role in population screening programs, either for initial examinations or as a test carried out after a positive result from a fecal occult blood test or sigmoidoscopy. Colonoscopies, and ancillary techniques such as polipectomies, must comply with basic quality criteria that must be reflected in the quality standards of screening programs. A quality colonoscopy is absolutely vital to avoid the occurrence of interval cancers. It is extremely important to detect any proximal lesions during a colonoscopy, especially those which are serrated, because they are difficult to identify and due to the increased risk of colorectal cancer. Regarding follow-up programs for resected colorectal polyps, current evidence of the relationship between the risk of neoplasia and certain variables (age, sex, smoker, BMI, diabetes, etc.) must allow for individualized risk and algorithms for screening and follow-up frequency to be developed for these patients. However, initial endoscopic exploration in a screening colonoscopy is essential to establishing the optimum interval and ensuring follow-up. Despite poor adherence to follow-up programs, mostly due to their overuse, follow-up colonoscopies 3 years after resection of all polypoid lesions detect clinically significant lesions as effectively as colonoscopies at one year.