La aparición de cáncer sobre el remanente gástrico de los pacientes gastrectomizados fue ya inicialmente descrita en 1922 por el cirujano Donald Balfour de la Clínica Mayo1, definiendo esta entidad como un adenocarcinoma gástrico que aparece al menos 5 años tras la cirugía por una enfermedad benigna. La mayoría de los casos de cáncer primario sobre remanente gástrico presentan un estadio avanzado en el momento del diagnóstico, con una tasa de resecabilidad de sólo el 38-40%2–4. Debido a ello, y a pesar de ser un evento poco frecuente, se ha sugerido la conveniencia de realizar un seguimiento endoscópico en los pacientes gastrectomizados.
DISCUSIÓNLa aparición de un adenocarcinoma sobre el remanente gástrico está directamente relacionada con el tiempo transcurrido desde la cirugía. Diversos estudios han puesto de manifiesto la necesidad de instaurar programas de vigilancia endoscópica para su detección precoz y mejorar así el pronóstico de estos pacientes5. En este sentido, la mayoría de ellos demuestran una incidencia de cáncer gástrico sobre el remanente 4 veces mayor en pacientes gastrectomizados por úlcera péptica tras un período de seguimiento de 25 años respecto a la observada en la población general4,6,7. No obstante, hay algún estudio que no demuestra esta diferencia8. En 1990 fue publicado un metaanálisis que mostraba un aumento del riesgo relativo de desarrollar cáncer gástrico sobre el remanente significativamente mayor a partir de los 15 años de la cirugía, con un incremento ulterior por cada 5 años de seguimiento adicional9.
Por otro lado, hay escasos estudios que analicen la repercusión de la vigilancia endoscópica sobre la supervivencia en este grupo de riesgo, y los disponibles no encuentran diferencias entre los pacientes gastrectomizados sometidos a vigilancia y los pacientes a quienes no se ha realizado un seguimiento endoscópico. Sin embargo, es importante señalar que en el primer grupo los casos de cáncer gástrico sobre remanente suelen detectarse en un estadio más precoz10–12. Recientemente, en un estudio realizado por Skoog et al13 en el que se comparaba la supervivencia a los 13 años de un grupo de pacientes gastrectomizados sometidos a vigilancia endoscópica con la de un grupo control sin este antecedente, se observó una mayor incidencia de cáncer en los pacientes gastrectomizados y una supervivencia menor. No obstante, la mortalidad no estaba relacionada con el adenocarcinoma en la mayoría de los casos, ya que de los 7 pacientes que fallecieron, 3 lo hicieron por causas ajenas al cáncer y uno por complicaciones de la cirugía del tumor.
En resumen, a falta de estudios que evalúen adecuadamente la supervivencia en los pacientes gastrectomizados sometidos a vigilancia endoscópica, la mayor incidencia de adenocarcinoma sobre el remanente gástrico a partir de los 15 años tras la cirugía y la posible detección de lesiones en un estadio más precoz parecen justificar el seguimiento endoscópico, recomendación recogida en las guías de la American Society for Gastrointestinal Endoscopy14. En estos casos es aconsejable efectuar los controles cada 3-5 años si no hay alteraciones, y de forma anual si se detecta displasia gástrica11,15.
RESPUESTALa mayor incidencia de adenocarcinoma sobre el remanente gástrico y la posible detección de lesiones en un estadio más precoz apoyan la realización de una vigilancia endoscópica en los pacientes gastrectomizados a partir de los 15 años tras la cirugía (grado de recomendación B; nivel de evidencia 2b).