Sr. Director: La localización y extracción de cuerpos extraños (CE) en el tracto digestivo superior, fundamentalmente localizados en el esófago, constituye una urgencia frecuente en las unidades de endoscopia. Los cuerpos extraños más usuales son espinas, huesos, alimentos impactados, monedas, piezas de juguetes y pilas. Las tapas de las latas de bebidas son poco frecuentes; sin embargo, en ocasiones plantean problemas en su diagnóstico, debido a que tienen una baja radiodensidad y pueden pasar inadvertidos en radiografías1-3. Recientemente, hemos observado 2 casos en un intervalo corto de tiempo.
Varón de 16 años que acude a urgencias por molestias retrosternales y sialorrea de 12 horas de evolución. Refería haber ingerido algo cuando bebía directamente de una lata de refresco. La radiografía de tórax y cuello (frontal y lateral) eran normales. Ante la persistencia de las molestias se decidió realizar una esofagogastroscopia que mostró un CE metálico en el tercio inferior del esófago. Se realizó su extracción comprobando que se trataba de la tapa de una lata de refresco.
Otro varón de 28 años consultó por sensación de cuerpo extraño a nivel retrosternal de una hora de evolución. Notó la ingestión de un cuerpo extraño cuando bebía directamente de una lata de refresco. La inspección de la orofaringe y la radiografía de tórax y cuello (frontal y lateral) fueron normales. La esofagogastroscopia reveló un CE metálico en tercio medio del esófago que fue extraído. El CE era la tapa de una lata de refresco.
Las tapas de bebidas son CE poco frecuentes. Los primeros casos descritos fueron niños (tabla I). Éstos las ingerían al recogerlos del suelo en áreas donde jugaban debido a su aspecto brillante y su pequeño tamaño. En los últimos años ha cambiado el sistema de abertura de las latas. Así, las latas se abren al presionar con la anilla la tapa de aluminio hacia abajo. La tapa se aloja en el interior unida por una fina banda metálica. En algunos casos, poco frecuentes, la tapa puede desprenderse al líquido e ingerirse de forma involuntaria. Los dos casos descritos eran jóvenes y no presentaban factores de riesgo que facilitasen su ingestión. Otro problema añadido es la baja radiodensidad de la tapa de aluminio, por lo que puede pasar inadvertida en las radiografías. El retraso en su diagnóstico puede ocasionar complicaciones e incluso la muerte. A la vista de estos 2 casos y los descritos previamente, creemos que el sistema de abertura de las latas debe modificarse y/o añadir a la tapa de aluminio algún componente radioopaco de seguridad.
