La ingesta e impactación de cuerpos extraños a distintos niveles del tubo digestivo es una situación relativamente frecuente. Se presenta el caso de una microperforación de sigma secundaria a la ingesta accidental de un hueso de pollo extraído de forma exitosa mediante rectosigmoidoscopia.
Varón de 53 años de edad, sin antecedentes médico-quirúrgicos de interés, que ingresa en nuestro hospital por cuadro de 12 h de evolución de dolor en fosa ilíaca izquierda (FII) con irradiación hacia el testículo ipsolateral y fiebre de hasta 39°C. En la exploración física el paciente presentaba buen estado general, estabilidad hemodinámica y no había datos de irritación peritoneal en la palpación abdominal. Analítica con 13.000 leucocitos/μl y PCR de 123mg/dl, sin otras alteraciones relevantes. La TC evidenció un engrosamiento de las paredes de colon sigmoide, de apariencia diverticular y una estructura tubular de densidad calcio dispuesta de pared a pared, con burbuja aérea fuera de la luz. Se realiza rectosigmoidoscopia urgente, en quirófano, identificándose a 30cm del margen anal una estructura tubular, dura, roma en uno de sus extremos y enclavada en el otro; se captura el extremo romo con un asa de polipectomía y se procede a su movilización y extracción (fig. 1). A la inspección se trata de un hueso de 3,8cm de longitud (fig. 2). La sospecha clínica inicial fue una diverticulitis aguda complicada por la forma de presentación y analítica. Diagnosticado finalmente de microperforación de colon sigmoide secundaria a impactación de cuerpo extraño, tras la extracción endoscópica se trató inicialmente de forma conservadora con antibioterapia intravenosa de amplio espectro. Tras una mejoría clínica, pasadas unas horas de hospitalización y ante la aparición de signos de peritonismo requirió cirugía urgente mediante el procedimiento de Hartman.
La ingesta e impactación de cuerpos extraños a nivel del tracto gastrointestinal es una situación relativamente frecuente. Afortunadamente la mayor parte de ellos pasan a través del tubo digestivo sin causar complicaciones1. Sin embargo, el 10-20% requieren extracción endoscópica y el 1% intervención quirúrgica. Este problema es más común en la población pediátrica, pacientes con enfermedad psiquiátrica, personas mayores que portan prótesis dentales, casos de malformaciones congénitas intestinales y cirugías previas del tracto gastrointestinal. Los objetos más frecuentemente implicados en la patogenia de la perforación intestinal son aquellos de gran tamaño, afilados y puntiagudos como ocurre en los casos de ingestión de huesos de pollo, espinas de pescado, palillos de dientes o blíster de medicamentos2. Las zonas donde más frecuentemente se localiza la perforación son los lugares de estrechez fisiológica del intestino como la válvula ileocecal y la unión rectosigmoidea3. La presentación clínica puede ser muy inespecífica y cursar con síntomas como dolor abdominal, náuseas, vómitos, fiebre, hematoquecia y melena. En otras ocasiones se manifiesta como un abdomen agudo, simulando una apendicitis aguda, diverticulitis o perforación de úlcera gástrica. La sospecha diagnóstica de perforación debe confirmarse mediante pruebas de imagen. La primera que se debe realizar sería una radiografía de tórax y otra simple de abdomen aunque la presencia de aire libre intraabdominal solo se encuentra en el 20% de las ocasiones4 debiendo recurrir a la TC abdominal en caso de duda diagnóstica. El diagnóstico definitivo se alcanza hasta en un 90% de las ocasiones durante el curso de una laparotomía5. Las complicaciones descritas asociadas a la perforación intestinal tras ingesta de hueso de pollo pueden ser variadas, desde la aparición de fístulas colovesicales hasta la formación de abscesos hepáticos6. En otras ocasiones este hecho ha ayudado al diagnóstico de un adenocarcinoma de colon7. En los casos en los que se demuestra la perforación de colon el tratamiento de elección es el quirúrgico. Dependiendo de la extensión y localización de la perforación así como de la presencia o no de peritonitis se planteará la técnica quirúrgica: sutura simple, colostomía de protección u operación de Hartman8. No obstante, la extracción endoscópica del cuerpo extraño se ha planteado como una alternativa eficaz y segura cuando no hay datos de perforación intestinal9,10. En nuestro paciente se planteó de inició un tratamiento endoscópico por la buena situación clínica del paciente, por no existir en la exploración abdominal claros signos de peritonismo y por no haberse identificado en la TC imágenes definitivas de perforación intestinal ni de complicaciones asociadas.