Sr. Director: Se piensa que muchos de los casos de uveítis son de origen autoinmunitario. Se conocen casos de panuveítis asociados a hepatitis crónica activa y cirrosis biliar primaria1. Esto indicaría que las alteraciones autoinmunitarias pueden ser responsables de algunas de las afecciones intraoculares de origen inflamatorio.
Presentamos el caso de una mujer de 44 años derivada por su médico de cabecera al especialista de digestivo para estudio de una hipertransaminasemia aguda. La paciente refería astenia, sin otra clínica asociada. Se le había diagnosticado de uveítis en septiembre de 2002 y se hallaba en tratamiento con corticoides, ciclosporina e infliximab (5 semanas) al no haber respuesta a tratamientos previos. El resto de antecedentes carece de interés.
Se le realizaron un hemograma, que fue normal, y bioquímica (aspartatoaminotransferasa: 634; alaninaaminotranferasa: 1.103; gammaglutamiltranspeptidasa: 941; fosfatasa alcalina: 328; bilirrubina total: 1,4; hierro: 213; saturación de transferrina: 63,4%; ferritina: 666). El proteinograma y las proteínas específicas fueron normales, y las serologías de la hepatitis A, B y C, negativas. La determinación de anticuerpos dio un resultado positivo para anticuerpos antinucleares.
La exploración ecográfica fue normal y la biopsia hepática mostró hepatitis periportal, con actividad inflamatoria y fibrosis portal moderadas (P3-L1-F2-3). La paciente no era portadora del alelo HLA DR 3- DR4.
Tras aplicar el índice diagnóstico para la hepatitis autoinmunitaria se obtuvo una puntuación de 17, por lo que se diagnosticó a la paciente de dicha enfermedad2. Se prescribió tratamiento con corticoides en pauta descendente y azatioprina, con buena respuesta (normalización de las transaminasas); al bajar la dosis la paciente presentó de nuevo clínica de uveítis, por lo que se derivó al Servicio de Oftalmología para control.
La hepatitis autoinmunitaria es una hepatopatía inflamatoria crónica predominantemente periportal y progresiva, de etiología desconocida, asociada a autoanticuerpos circulantes e hipergammaglobulinemia. Los trastornos autoinmunitarios pueden presentarse en forma múltiple o de forma asociada con el paso del tiempo3,4. La uveítis crónica es una enfermedad inflamatoria ocular de muy probable origen autoinmunitario, por lo que puede asociarse con estas enfermedades. En la bibliografía hemos encontrado 2 publicaciones en las que se ha asociado con enfermedad hepática probablemente autoinmunitaria1,5. En nuestra paciente la enfermedad hepática comenzó un tiempo después que la ocular, ya que previamente la analítica hepática era normal. Pensamos que, a pesar de ser una asociación rara vez descrita, se debe pensar en ella si en un paciente con uveítis se aprecian alteraciones en las enzimas hepáticas.