Sr. Director: La invaginación intestinal consiste en la introducción de un segmento de intestino en el segmento inmediatamente distal. Si bien es la causa más frecuente de obstrucción intestinal en niños, en el adulto es una entidad rara (un 5% del total), y es secundaria en la mayoría de los casos (90%) a una lesión orgánica intraluminal1, de origen inflamatorio o, lo que es más frecuente, tumoral, ya sea benigna o maligna.
La presentación clínica es variable e inespecífica, el diagnóstico preoperatorio es difícil y sólo ocasionalmente se lleva a cabo mediante endoscopia.
Los pólipos fibroides inflamatorios son lesiones submucosas, muy infrecuentes, localizadas en el tracto digestivo, cuyo diagnóstico sólo puede realizarse tras un estudio macroscópico y microscópico de la pieza quirúrgica2.
Presentamos un caso de invaginación ileocólica en un paciente senil, secundaria a un pólipo fibroide inflamatorio de íleon terminal, diagnosticada mediante una colonoscopia.
Varón de 84 años de edad, que consultó por episodios recurrentes de dolor abdominal tipo cólico en el hemiabdomen derecho de una semana de evolución y en los últimos 3 dias deposiciones sanguinolentas. En la exploración física destacaba la existencia de febrícula, palidez mucocutánea y dolor a la palpación en FID. El estudio analítico mostró una discreta leucocitosis y anemia ferropénica con Hb de 9,8 g/dl.
Se practicó una colonoscopia, que puso de manifiesto una gran masa alargada de 10-15 cm de longitud en el colon derecho, que ocupaba casi toda la luz, con mucosa de aspecto congestivo, de donde se tomaron biopsias que fueron informadas como fragmentos de mucosa de intestino delgado con edema, fibrosis e inflamación crónica de la lámina propia. En su extremo proximal, asentaba una formación polipoide ulcerada de unos 4 cm de diámetro, de la que se obtuvieron igualmente biopsias para estudio histológico con resultado de material necrótico y hemorrágico, insuficiente para diagnóstico.
Al progresar hacia el ciego, se comprueba que se trata de un segmento de íleon terminal que emerge a través de válvula ileocecal (fig. 1), lo que indica el diagnóstico de intususcepción ileocólica. El paciente fue intervenido quirúrgicamente, confirmándose la invaginación intestinal causada por un pólipo pediculado de 3,5 cm situado a 12 cm de válvula ileocecal, con datos de isquemia en la pared del segmento ileal invaginado y en la superficie del pólipo. Se realizó resección intestinal (ileocequectomía) con anastomosis terminolateral. La histología de la tumoración correspondió a un pólipo fibroide inflamatorio. Tras la intervención el paciente presentó una evolución satisfactoria, manteniéndose asintomático tras un seguimiento de 12 meses.
Fig. 1. Colonoscopia: invaginación del íleon causada por un pólipo fibroide inflamatorio.
La invaginación intestinal en el adulto es una entidad inusual, predominante en varones entre la quinta y séptima décadas de la vida1. A diferencia de la invaginación de los niños, casi simpre idiopática, la del adulto tiene una causa demostrable en la mayoría de los casos; son los tumores la etiología más frecuente; predominan los procesos malignos3 y, en menor medida, los tumores benignos que, al prolapsarse con los movimientos peristálticos, actuarían como cabeza de invaginación.
Excepcionalmente, es secundaria a pólipo fibroide inflamatorio4, formación sésil o pediculada que asienta en la submucosa del tracto gastrointestinal, constituida por células fusiformes, tejido fibroso y vasos sanguíneos, considerado como un seudotumor del tubo digestivo2.
La presentación clínica en el adulto es variable e inespecífica. En general, no existe una obstrucción aguda como en los niños, sino una sintomatología crónica que puede indicar una obstrucción parcial e intermitente. En ocasiones, hay anemia por pérdidas crónicas de sangre, pero rara vez se manifiesta por hematoquecia, como en el presente caso5.
Por tanto, el diagnóstico preoperatorio es difícil y, con frecuencia, se diagnostica en el momento de la laparotomía exploradora3. Rara vez se realiza por endoscopia6,7, ya que no es frecuente que ésta sea el método diagnóstico empleado en primer lugar. En nuestro paciente la clínica de dolor abdominal y hematoquecia aconsejaron el estudio endoscópico precoz que estableció la sospecha diagnóstica.
El tratamiento de las invaginaciones del adulto es la resección quirúrgica para establecer el diagnóstico anatomopatológico, ya que en la mayoría de casos existe una causa tumoral subyacente.