La existencia de una malformación arteriovenosa pancreática (MAVP) es muy poco frecuente. La gran mayoría de las que se diagnostican son asintomáticas y su hallazgo es casual, pero si no lo son, el síntoma más frecuente es el sangrado gastrointestinal1–3.
Un varón de 47 años, sin hábitos tóxicos y sin antecedentes de interés salvo colecistectomía 2 años antes tras episodio de pancreatitis aguda leve de origen biliar, acude a nuestro hospital por presentar dolor abdominal de aproximadamente 24h de evolución, se realiza un análisis bioquímico evidenciándose elevación de amilasa y lipasa 3 veces su valor normal y, por lo tanto, se diagnostica de pancreatitis aguda procediéndose a su ingreso.
Durante su evolución, el paciente presenta dolor abdominal recurrente que precisa altas dosis de analgesia sin un control adecuado, y se acompaña de intolerancia oral y empeoramiento analítico (elevación de reactantes de fase aguda PCR 25mg/dl y leucocitosis –20.000U/ml) por lo que se realiza un TAC evidenciándose el diagnóstico de pancreatitis aguda con «realce en llamaradas» visualizándose una MAVP que afecta a la totalidad del páncreas, desde la cabeza hasta la cola (figs. 1 y 2), a expensas de las ramas de las arterias gastroduodenal y esplénica.
Con tratamiento médico, el paciente no presenta mejoría ni clínica ni analítica, con empeoramiento radiológico, por lo que se decide realizar intervención quirúrgica (pancreatectomía total) como tratamiento definitivo. El día anterior a la cirugía se realiza embolización arterial selectiva de las arcadas pancreático duodenales superiores, arteria gastroduodenal y arteria esplénica con el fin de disminuir la comorbilidad al minimizar el riesgo de sangrado intraoperatorio (figs. 3 y 4). El análisis anatomopatológico mostró una malformación vascular pancreática que afectaba a cabeza, cuerpo y cola, así como datos de pancreatitis aguda y crónica, bazo sin alteraciones.
Existen muy pocos casos descritos en la literatura de pancreatitis aguda secundaria a MAVP. El tratamiento debe ir orientado a evitar la recurrencia de la pancreatitis, así como futuras complicaciones. En nuestro caso, la combinación de cirugía previa embolización selectiva fue muy satisfactoria, presentando el paciente una evolución favorable y encontrándose a día de hoy asintomático.