El clínico se enfrenta con frecuencia, en su actividad diaria ante un paciente concreto, a preguntas que le plantean dilemas diagnósticos o terapéuticos. No nos referimos a problemas que se presentan excepcionalmente, sino a las cuestiones de la práctica clínica habitual para las que no tenemos una respuesta clara. En este sentido, es llamativo cómo ante un mismo escenario clínico (ante un paciente con unas características concretas bien definidas) la actitud médica varía notablemente entre unos profesionales y otros, lo que recalca el hecho de que la respuesta a dichas preguntas no es tan sencilla o no está tan clara. En ocasiones, puede ser nuestra ignorancia la verdadera causa de la falta de respuesta a la pregunta que se nos plantea. Otras veces, puede que no haya estudios que aporten información sobre cuál debe ser la actitud más adecuada, tratándose en este caso de verdaderas lagunas de conocimiento. Sin embargo, en muchos casos el problema más bien estriba en que hay un exceso de información, frecuentemente contradictoria, que hace difícil su integración coherente y la extracción de una conclusión clara y, por tanto, la elaboración de una respuesta bien definida.
Para poder gestionar adecuadamente la ingente información sobre un determinado problema clínico, es preciso, en primer lugar, disponer de un tiempo del que en general carecemos. En segundo lugar, para identificar correctamente toda la evidencia científica disponible es preciso estar entrenados en la difícil tarea de la búsqueda bibliográfica exhaustiva. Además, es necesario disponer de habilidades de lectura crítica de la bibliografía, para poder no sólo encontrar los estudios publicados sobre un determinado tema, sino también evaluarlos críticamente y ponderar sus resultados en función de su calidad metodológica. Por último, la respuesta a la pregunta que se nos plantee tendrá un valor añadido si el médico que la revisa dispone de experiencia en el tema, lo que le permitirá evaluar con perspectiva práctica la evidencia identificada e integrar ésta en el conocimiento científico previo.
Resulta por tanto evidente que para poder responder con fiabilidad y concisión a las numerosas y variadas preguntas que se nos plantean en la práctica clínica se precisa un «panel de expertos» que, además de disponer de experiencia en el tema concreto, domine las técnicas de «lectura crítica de la bibliografía» y posea un adecuado nivel en «metodología de la investigación». Aquí es preciso recalcar que lo que hace fiable la respuesta a cada una de las preguntas no es la categoría de «experto» del que la responde, sino la justificación de la evidencia científica que emplea para sustentar dichas respuestas (recordemos que, en la pirámide de la jerarquía de la evidencia científica, la «opinión» de los expertos se encuentra en el último lugar).
Por todo lo anterior, creemos que el proyecto «Preguntas y respuestas en gastroenterología», que se inicia en este número de GASTROENTEROLOGÍA Y HEPATOLOGÍA, permitirá dar respuesta a las diversas preguntas que se nos plantean en el desarrollo de la actividad asistencial. Dichas respuestas permitirán no sólo clarificar las actitudes diagnósticas o terapéuticas que son eficaces, sino, y lo que es casi tan relevante, también las que son ineficaces. Puesto que en medicina lo que no está indicado debe considerarse contraindicado, la identificación de las medidas o actitudes demostradas como inútiles tiene especial importancia. Otras veces, la revisión exhaustiva de la evidencia científica disponible nos permitirá concluir que no es posible dar una respuesta a la pregunta que nos planteamos, ya que no hay suficientes estudios para contestarla (como decíamos antes, aquí habrá una verdadera laguna de conocimiento). En este último caso, y para «enfrentar» el problema que se nos plantea en la práctica clínica, el experto deberá dar una respuesta basada en otros argumentos (entre otros, en la experiencia y en el sentido común) que tendrá que ser convenientemente razonada. Aun en el caso de que la conclusión sea que no hay información suficiente y la respuesta sea aparentemente inútil, la constatación de que realmente no se dispone de ninguna evidencia científica a favor o en contra de una determinada decisión nos tranquilizará, pues seremos conscientes de que, al menos en este caso, la duda que se nos plantea no es atribuible a «nuestra» ignorancia.
En este proyecto se incluirán 6 áreas temáticas (enfermedades relacionadas con el ácido, enfermedad inflamatoria intestinal, oncología digestiva, trastornos funcionales, endoscopia digestiva y páncreas/vía biliar), y cada una de ellas dispondrá de un coordinador. A su vez, los coordinadores seleccionarán a cada uno de los expertos para que éstos respondan a la pregunta concreta que se le plantee. La difusión del proyecto se llevará a cabo mediante su publicación como una sección periódica en GASTROENTEROLOGÍA Y HEPATOLOGÍA, que incluirá la respuesta a 6 preguntas cada vez, una por cada uno de los grupos mencionados.
El formato de presentación de cada pregunta y su correspondiente respuesta será homogéneo. Así, en primer lugar, la pregunta será concreta y estará claramente definida, evitando planteamientos demasiado generales. Posteriormente se incluirá un breve resumen de los antecedentes del problema, con la intención de dar una cierta perspectiva a la pregunta y recalcar su relevancia práctica. A continuación se revisará brevemente la evidencia científica disponible, evaluándola críticamente y haciendo especial hincapié en el «peso» o calidad metodológica correspondiente. Tras ello, y como conclusión, se elaborará una respuesta breve, concisa y concreta, y se graduará la evidencia científica que sustenta la recomendación emitida (según una escala empleada homogéneamente por todos los autores).
Este proyecto cuenta con el aval de la Asociación Española de Gastroenterología y su patrocinio y financiación corre a cargo de AstraZeneca. El éxito de esta iniciativa será el resultado del trabajo realizado por todos los coordinadores y expertos implicados en ella, a los que queremos hacer llegar de antemano nuestro más sincero agradecimiento y reconocimiento público. Como coordinadores de este proyecto, sólo nos queda desear que le sea de utilidad en su práctica profesional.