El empleo de la ultrasonografía endoscópica (USE) en el estudio del mediastino nos ha permitido obtener información morfológica detallada de esta área, más allá de la aportada por otras técnicas de imagen como la TC o la RM, con la ventaja además de poder realizar con las medidas de vigilancia adecuadas un diagnóstico anatomopatológico certero cuando se precise1.
Presentamos el caso de una mujer de 58 años de origen boliviano, sin antecedentes personales de interés, a la que en el contexto de dolor torácico se solicita desde atención primaria una ecocardiografía. Esta revela (sobre todo con el abordaje transesofágico) la presencia de una masa redondeada de aproximadamente 5 × 4cm de diámetro que ocupa gran parte de la porción posterior de la aurícula izquierda, no vascularizada, y con áreas quísticas o necróticas en su interior. El estudio analítico, que incluyó por las características de la lesión la serología de hidatidosis y cisticercosis, fue normal y estas negativas.
Se completó el estudio de la masa cardiaca con USE mediante sonda lineal que describe una lesión redondeada encapsulada, con un contenido heterogéneo incluyendo áreas sólidas más ecogénicas junto con otras de aspecto quístico, que contienen a su vez capas dispuestas en paralelo y formaciones con apariencia de vesículas. Durante su realización se decide no proceder a la punción de la masa, al no disponer en ese momento de la serología de hidatidosis y cisticercosis, y dado el tamaño de la lesión parecía lógico considerar el abordaje quirúrgico. Como primer diagnóstico se establece el de lesión sólido-quística pericárdica de origen incierto (fig. 1).
Se realizó también una RM cardiaca, que mostró una masa redondeada y bien definida que se sitúa posterior a la aurícula izquierda y anterior a la aorta torácica descendente y el esófago y que ejerce efecto masa sobre estas estructuras (fig. 2).
Con estos hallazgos es intervenida mediante cirugía extracorpórea con resección del tumor pericárdico adherido a aurícula izquierda y la realización de plastia de aurícula izquierda con venas pulmonares. El diagnóstico intraoperatorio es de tumor mesenquimatoso. Finalmente se definió, gracias a la inmunohistoquímica, como schwannoma pericárdico benigno.
Los tumores primarios cardiacos son una entidad muy poco frecuente pero que pueden producir, dependiendo de la localización y de la histología del tumor, síntomas cardiovasculares como dolor torácico, disnea y ortopnea2. Los schwannomas son tumores mesenquimatosos neurogénicos benignos que proceden de las células de Schwann que producen las bandas de mielina que van a recubrir a los axones. La inmunohistoquímica nos permite diferenciarlos de otros tumores mesenquimatosos ya que este tipo de tumores son positivos para la proteína S100 y vimentina3. La localización cardiaca o digestiva es excepcional. Gracias a la USE, que permite obtener una imagen ecográfica de hasta 7-10cm de profundidad a través del tubo digestivo, podemos acceder a las cavidades cardiacas. Aunque en general se considera que debe practicarse punción aspirativa de todas aquellas lesiones en las que el diagnóstico anatomopatológico es importante para decidir la actitud terapéutica, cuando esta va dirigida a una cavidad estéril como es el corazón y por su estrecha relación anatómica con los grandes vasos, parece lógico pensar que esta vía de acceso deba plantearse con la máxima precaución, aunque la experiencia que aporta la literatura médica tanto en experimentación animal como en humanos muestran su utilidad en el abordaje de cavidades cardiacas tanto en la vertiente diagnóstica como en la terapéutica4,5. Hay solo un caso previamente descrito en la literatura médica que aporte las imágenes visualizadas por ecoendoscopia6.