Hemos leído con interés el artículo de revisión sobre el sistema OVESCO1 y queremos presentar nuestra experiencia en un caso de fístula enterocutánea por el orificio de gastrostomía endoscópica percutánea (PEG).
Se trataba de un paciente de 29 años, con retraso mental por anoxia perinatal, portador de (PEG) desde 2003. Tras arrancamiento del botón de gastrostomía y reposición acudió a urgencias por cuadro de dolor abdominal e imposibilidad para la alimentación objetivándose un abdomen discretamente distendido sin signos de irritación peritoneal. La analítica realizada en urgencias fue normal. Se realizó gastroscopia urgente visualizando el orificio fistuloso de la PEG cerrado y con signos inflamatorios (fig. 1). Posteriormente se realizó TC abdominal que mostró que la sonda no estaba alojada en estómago sino en una cavidad virtual entre planos musculares y peritoneo creando una falsa vía. Se procedió al ingreso hospitalario del paciente con retirada del botón de gastrostomía y tratamiento con antibioterapia de amplio espectro y nutrición por sonda nasoyeyunal. Tras la resolución del cuadro clínico se procedió a la realización de una nueva PEG sin presentar complicaciones inmediatas a la técnica.
En el seguimiento posterior se observó la salida de contenido alimentario por el orificio externo de la PEG previa. Ante la sospecha de una fístula gastrocutánea se realizó una gastroscopia visualizando un orificio fistuloso próximo al botón de gastrostomía sobre el que se colocaron tres clips hemostáticos para su cierre. Ante la persistencia de la sintomatología se repitió la gastroscopia apreciando nuevamente el orificio fistuloso procediéndose a colocar un clip tipo OVESCO. En el seguimiento posterior al mes de la colocación se había cerrado el orificio fistuloso en piel y el sistema OVESCO seguía correctamente colocado (fig. 2). Actualmente, tras más de 2 años, el paciente se encuentra asintomático con cierre completo del orificio fistuloso.
La aparición de una fístula enterocutánea es una complicación rara que se produce generalmente tras cirugía abdominal aunque su aparición tras la retirada de la PEG también está descrita2.
La principal indicación del sistema OVESCO sería el cierre de perforaciones iatrogénicas del tubo digestivo tras estudios endoscópicos diagnósticos o terapéuticos con una tasa global de éxito del 91%3. En los pacientes con fístulas enterales el éxito del sellado de las mismas mediante la aplicación de clips hemostáticos es bajo ya que estos ejercen una presión incompleta sobre tejidos con fibrosis. La principal ventaja de sistema OVESCO parece ser su capacidad para captar mayor cantidad de tejido en comparación con los clips estándar y su fuerte control sobre los márgenes de la herida, debido a sus dientes afilados4,5.
Existen pocos casos descritos en la bibliografía de cierre de fístula tras la retirada de botón de gastrostomía. Turner et al.6 describen un caso similar al nuestro en el que el paciente fue tratado inicialmente con clips hemostáticos y posteriormente con el sistema OVESCO sin conseguir el cierre completo de la fístula precisando tratamiento quirúrgico. Kirschniak et al.3 describen su serie de 50 pacientes tratados con el sistema OVESCO de los cuales 4 casos fueron por persistencia de la fístula tras retirada de gastrostomía consiguiendo el cierre definitivo en dos de ellos.
Presentamos nuestra experiencia en el uso del sistema OVESCO que puede complementar las indicaciones de esta novedosa técnica.