Sr. Director:
Los tumores carcinoides gástricos constituyen el 0,3% de todas las neoplasias gástricas y el 8,7% de los tumores carcinoides gastrointestinales1. El tipo i , que se asocia a gastritis crónica atrófica (GCA) o a anemia perniciosa, es el más frecuente (del 70 al 80% de todos los tumores carcinoides gástricos)2. En los tumores carcinoides inferiores a 1 o 2cm se puede realizar tratamiento endoscópico y evitar la cirugía, siempre que se haya descartado malignidad. Se presenta el caso de una paciente con tumor carcinoide tipo i tratada mediante resección mucosa endoscópica (RME) con cabezal.
Mujer de 42 años que acudió a la consulta por presentar durante los últimos 10 años dispepsia, epigastralgia y astenia. La exploración física fue normal. Entre los datos analíticos destacaban hemoglobina de 13,2mg/dl; volumen corpuscular medio de 99,2fl; hemoglobina corpuscular media de 32,9pg; hierro de 47μg/dl (normal [n]: 50 a 150); ferritina de 6,9ng/ml (n: 50 a 150); vitamina B12 de 142pg/ml (n: 21 a 900) y gastrina de 1.244pg/ml (n: 28 a 115). En la prueba de Schilling se apreció una eliminación urinaria de cianocobalamina-cobalto57 del 2,38% (n >10%). Los anticuerpos antifactor intrínseco, antinucleares, antitiroglobulina y antimicrosómicos fueron negativos y los anticuerpos anticélula parietal, de 1/160. La dosificación de hormonas tiroideas, histamina y serotonina fue normal. Se realizó una fibrogastroscopia, que puso de manifiesto una mucosa gástrica atrófica en el fondo y el cuerpo con un micropólipo de 4 a 6mm, de localización subcardial. Se tomaron biopsias de la mucosa gástrica y del pólipo. En el informe anatomopatológico destacaba la presencia de GCA con metaplasia intestinal colónica, hiperplasia de células neuroendocrinas y tumor carcinoide gástrico. Al cuarto año de seguimiento, la ecoendoscopia confirmó 2 lesiones papulosas de 3 a 4mm en el cuerpo y el antro que no afectaban a la muscular propia. Se resecaron con asa de polipectomia, previa colocación de una banda elástica. Dieciocho meses después, se observó una lesión polipoidea sésil de 1cm en la curvatura mayor con una minisonda radial de 20MHz y se comprobó que afectaba a la mucosa y a la submucosa sin sobrepasarlas. Se llevó a cabo cromoendoscopia con succión de la lesión hacia el interior del cabezal, resección posterior de ésta y colocación de 2 endoclips para asegurar la hemostasia (figura 1).
Figura 1. Resección mucosa endoscópica con cabezal.
En la actualidad hay diferentes procedimientos endoscópicos que permiten la resección segura y eficaz de los tumores carcinoides gástricos3,4. El tamaño, el número y las características ecoendoscópicas junto con el estudio anatomopatológico son factores determinantes a la hora de aconsejar la resección de estos tumores por gastroscopia o cirugía. Para la práctica de la RME se requiere, primero, identificar correctamente la lesión y sus márgenes; luego, sobreelevar ésta mediante una inyección submucosa, y, por último, cortar y resecar la mucosa. Entre las modalidades de resección se encuentran la técnica de strip-off, en la que se utilizan pinza de biopsia y asa de diatermia; la resección sin pinza para traccionar, en la que se rodea la lesión con el asa de polipectomía; la resección con bandas elásticas, en la que se usa un dispositivo de bandas elásticas, y la resección con tubo de plástico, que permite obtener fragmentos grandes de mucosa.
La RME con cabezal consiste en la succión de la lesión dentro del cabezal de plástico, previamente montado en el endoscopio, y el cierre posterior del asa de polipectomía antes del corte definitivo. Los resultados son similares, tanto si se utiliza el asa fija en el borde interno de la circunferencia externa del cabezal como si el asa se coloca oblicua y por fuera del cabezal5.
El seguimiento de los enfermos con anemia perniciosa es necesario por el riesgo elevado de aparición de tumores gástricos. En el 4 al 11% de los pacientes con anemia perniciosa y gastritis atrófica se desarrollan tumores carcinoides gástricos6.