Las novedades más importantes en patología esofágica en la Digestive Disease Week 2015 han sido: 1. Enfermedad por reflujo gastroesofágico: a) la hipervigilancia parece un factor patogénico clave en los síntomas de reflujo refractarios a inhibidores de la bomba de protones; b) las ondas peristálticas inducidas por la deglución posreflujo podrían ser un excelente criterio diagnóstico para la enfermedad por reflujo gastroesofágico; c) la pHmetría laríngea no es útil para el diagnóstico en los síntomas extraesofágicos; d) la recomendación de perder peso recogida en la historia clínica en pacientes con enfermedad por reflujo gastroesofágico y obesidad o sobrepeso es un marcador de calidad excelente y se asocia a mejores resultados. 2. Esófago de Barrett: a) la displasia de bajo grado persistente en más de una endoscopia y el diagnóstico de “indeterminado para displasia” se asocian a un alto riesgo de progresión a neoplasia; b) el narrow band imaging (imagen de banda estrecha) permite identificar las áreas de displasia sobre esófago de Barrett con una elevada sensibilidad y especificidad; c) la endoscopia inicial pasa por alto un elevado porcentaje de neoplasias avanzadas sobre Barrett. Debe considerarse la reendoscopia precoz; d) los endoscopistas especializados en Barrett obtienen un rendimiento muy superior en el diagnóstico de lesiones avanzadas. Los pacientes de alto riesgo —varones, edad avanzada, fumadores y con Barrett largo— podrían beneficiarse del control en un centro de referencia. 3. Acalasia: la peroral endoscopic myotomy parece altamente eficaz y segura, independientemente de las características de los pacientes (edad, comorbilidad) y de las variaciones técnicas utilizadas. 4. Esofagitis eosinofílica: la budesonida tópica y las dietas de exclusión son razonablemente efectivas en pacientes que no responden a los inhibidores de la bomba de protones.
The most important novel findings presented on oesophageal disease in DDW 2015 were the following: 1) GERD: a) hypervigilance seems to be a key pathogenic factor in reflux symptoms refractory to PPI; b) post-reflux swallowing-induced peristaltic waves could be an excellent diagnostic criterion for GERD; c) laryngeal pH-metry is not useful in the diagnosis of extra-oesophageal symptoms; d) the recommendation of weight loss adequately recorded in the clinical reports of patients with GERD and obesity or overweight is an excellent quality indicator and is associated with better outcomes. 2) Barrett's oesophagus: a) persistent low-grade dysplasia in more than one endoscopy and a diagnosis of “indefinite for dysplasia” are associated with a high risk of neoplastic progression; b) narrow-band imaging allows areas of dysplasia on Barrett's oesophagus to be identified with high sensitivity and specificity; c) initial endoscopy fails to identify a high percentage of advanced neoplasms in Barrett's oesophagus. Early re-endoscopy should be considered; d) endoscopists specialized in Barret's oesophagus obtain a much higher yield in the diagnosis of advanced lesions. Patients at high risk–men, older patients, smokers and those with long-segment Barrett's oesophagus–could benefit from follow-up in a referral center. 3) Achalasia: POEM seems safe and effective, independently from patient characteristics (age, comorbidity) and the technical variations used. 4) Eosinophilic esophagitis: topical budesonide and exclusion diets are reasonably effective in PPI non-responders.