En la Digestive Disease Week del año 2015 se han presentado algunas aportaciones en el campo de la hemorragia digestiva que creo merece la pena resaltar. La asociación de celecoxib e inhibidor de la bomba de protones es más segura que la de antiinflamatorio no esteroideo no selectivo e inhibidor de la bomba de protones, incluso en pacientes de alto riesgo digestivo y cardiovascular, pacientes que en su mayoría toman también ácido acetilsalicílico. Varios estudios confirman la necesidad de reiniciar el tratamiento antiagregante o anticoagulante de manera precoz tras una hemorragia digestiva. La necesidad de endoscopia urgente antes de las 6-12 h tras el inicio del episodio de hemorragia digestiva alta puede ser beneficiosa en pacientes con inestabilidad hemodinámica y alto riesgo por comorbilidad, confirmándose por otra parte en población occidental, pero no en la japonesa, que los episodios de hemorragia digestiva en fin de semana se asocian a un peor pronóstico por retrasos en su manejo. Se ha desafiado la estrategia de una política restrictiva de hemotransfusiones. Varios estudios han señalado el beneficio de la identificación del vaso sangrante subyacente en las lesiones gastroduodenales no varicosas mediante eco-Doppler, que permite dirigir la terapia endoscópica en el paciente sangrante y comprobar in situ el resultado de esta. Finalmente se ha señalado que en la hemorragia digestiva baja por divertículos, la ligadura mediante bandas o colocación de hemoclips es segura y tiene iguales resultados a largo plazo.
In the Digestive Disease Week in 2015 there have been some new contributions in the field of gastrointestinal bleeding that deserve to be highlighted. Treatment of celecoxib with a proton pump inhibitor is safer than treatment with nonselective NSAID and a proton pump inhibitor in high risk gastrointestinal and cardiovascular patients who mostly also take acetylsalicylic acid. Several studies confirm the need to restart the antiplatelet or anticoagulant therapy at an early stage after a gastrointestinal hemorrhage. The need for urgent endoscopy before 6-12 h after the onset of upper gastrointestinal bleeding episode may be beneficial in patients with hemodynamic instability and high risk for comorbidity. It is confirmed that in Western but not in Japanese populations, gastrointestinal bleeding episodes admitted to hospital during weekend days are associated with a worse prognosis associtaed with delays in the clinical management of the events. The strategy of a restrictive policy on blood transfusions during an upper GI bleeding event has been challenged. Several studies have shown the benefit of identifying the bleeding vessel in non varicose underlying gastric lesions by Doppler ultrasound which allows direct endoscopic therapy in the patient with upper GI bleeding. Finally, it has been reported that lower gastrointestinal bleeding diverticula band ligation or hemoclipping are both safe and have the same long-term outcomes.