La ingestión de comprimidos encapsulados es una causa poco frecuente de hemorragia digestiva1–3. Los grupos de riesgo para esta complicación incluirían a niños, pacientes con demencia, trastornos visuales o de la deglución, alcohólicos y enfermos psiquiátricos1–6. Presentamos un caso de hemorragia digestiva alta tras la ingestión de un comprimido en blíster en un paciente cirrótico.
Varón de 45 años con antecedentes de hepatitis C crónica, alcoholismo (ingesta de más de 140g de etanol/día) y ex-consumidor de drogas por vía parenteral, que acude a urgencias por un cuadro de un mes de evolución de aumento de perímetro abdominal y edemas. Por indicación de su médico había iniciado tratamiento con espironolactona e interrumpido el consumo de alcohol en los últimos 4 días sin mejoría. En la exploración física destacaba ictericia, telangiectasias, hipertrofia parotídea bilateral, semiología de ascitis, una hernia umbilical no complicada y edemas con fóvea en miembros inferiores. En la analítica urgente realizada destacaba anemia ligera, trombocitopenia, macrocitosis, bilirrubina total 8mg/dl (directa 6,6mg/dl), GOT 125UI/l, GPT 72UI/l, GGT 152UI/l, albúmina 1,6g/dl y tiempo de Quick 29s. La radiografía de tórax y el sedimento urinario eran normales. Una ecografía abdominal urgente reveló un hígado de bordes festoneados, sin dilatación de la vía biliar, esplenomegalia y abundante ascitis. Se realizó una paracentesis diagnóstica y evacuadora con reposición de albúmina y descartando peritonitis bacteriana espontánea. El paciente ingresó con el juicio clínico de hepatitis alcohólica grave (función discriminante >32) injertada sobre una cirrosis de origen mixto (alcohol y hepatitis C) y descompensación hidrópica. Se inició tratamiento con furosemida, espironolactona, tiamina, lactulosa y prednisona. Al séptimo día de estancia se detectó desorientación temporo-espacial y asterixis, por lo que se pautaron medidas antiencefalopatía. A las 24h, el paciente presentó un cuadro de hematemesis, por lo que se inició tratamiento con somatostatina y se realizó una endoscopia urgente. La endoscopia demostró varices esofágicas pequeñas, restos hemáticos frescos en cámara gástrica, y la presencia de un blíster enclavado a nivel antral (fig. 1). Tras varios intentos se logró doblar el blíster con un asa de polipectomía (fig. 2) y se extrajo con un sobretubo. Una vez extraído se comprobó que el blíster contenía en su interior un comprimido de furosemida. El paciente se trasladó a la unidad de cuidados intensivos y tras varias complicaciones fue dado de alta.
Los blíster representan una de las formas más extendidas de envasado de medicamentos. Se componen generalmente de una lámina plástica rígida y transparente con varias cavidades o burbujas (blíster) que contienen los comprimidos y que está recubierta por una fina hoja de papel de aluminio. Esta lámina plástica suele presentar un troquelado que permite separar cada blíster individualmente, aunque en ocasiones puede ser necesario recortarlos con una tijera, lo que incrementa su peligrosidad al exponer unos bordes angulosos y afilados. Una vez detectados dentro del tubo digestivo, su extracción es obligada dado el elevado riesgo de perforación7. En el caso que presentamos, un cirrótico con coagulopatía severa y varices esofágicas, la pericia y experiencia del endoscopista permitió una resolución exitosa.
El progresivo envejecimiento de la población, el aumento del número de personas dependientes y la polifarmacia que estos factores implica, hacen preveer un aumento de los casos de ingestión accidental de comprimidos encapsulados. Esta complicación puede producirse tanto en la comunidad como durante la hospitalización del paciente4. Aunque existen importantes variaciones metodológicas entre los diferentes estudios realizados, se estima que a nivel mundial se producen errores de medicación entre un 8 y un 19% de todas las medicaciones administradas en hospitales8,9. Por otro lado, la magnitud real de este problema estaría subestimada dado que un elevado número de errores no se comunican10. Aproximadamente una tercera parte de estos errores se producen durante la fase de preparación y administración de la medicación8,9. La extracción de los comprimidos del blíster antes de su dispensación o bien su administración supervisada por personal sanitario o por familiares ayudaría a mejorar la seguridad del paciente y a evitar una ingestión accidental con graves consecuencias1–6.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.