El pólipo mioglandular inflamatorio (PMGI) o pólipo de Nakamura es un pólipo no neoplásico de superficie lisa y coloración rojiza, poco frecuente, que se sitúa preferentemente en el colon distal. Se caracteriza por presentar unos hallazgos histológicos típicos que permiten diferenciarlo de otros pólipos no neoplásicos1. Desde el punto de vista anatomopatológico destacan 3 características típicas: el tejido inflamatorio infiltrando la lámina propia, la proliferación muscular lisa y la presencia de glándulas hiperplásicas que pueden llegar a formar quistes2.
Presentamos el caso de un varón de 69 años remitido a la unidad de endoscopias para la realización de colonoscopia tras positividad en el test de sangre oculta en heces. En la anamnesis el paciente refería encontrarse asintomático desde el punto de vista digestivo, con un hábito intestinal regular y heces sin productos patológicos. En la exploración física abdominal no se objetivó ningún dato relevante, siendo el abdomen no doloroso a la palpación. En la analítica de sangre el paciente presentaba hemoglobina de 12,9g/dl sin otros resultados llamativos. En el estudio endoscópico se objetivó en el colon ascendente, a 4cm de la válvula ileocecal, un pólipo pediculado (0-Ip de la clasificación de París) con pedículo de 10mm y cabeza de 30mm con aspecto lobulado y superficie erosionada (fig. 1A). Se realizó polipectomía endoscópica con asa de diatermia en un solo tiempo, previa inyección submucosa con solución de adrenalina diluida, índigo carmín e hidroxietilalmidón, colocando posteriormente un clip hemostático en la escara. Se recuperó el pólipo con cesta de Roth y el estudio histológico reveló un tejido formado por proliferaciones glandulares con dilataciones quísticas separadas por tabiques de fibras musculares lisas asociado a tejido de granulación (fig. 1B).
El PMGI fue inicialmente descrito por Nakamura en 1992 en una serie de 32 pacientes que presentaban pólipos colónicos solitarios no neoplásicos, la mayoría de ellos pediculados, con una superficie roja y lisa con localización predominantemente distal al ángulo esplénico3. Desde entonces, en la literatura existen publicados 76 casos de PMGI con la siguiente distribución: 40 en sigma (52,6%), 14 en colon transverso (18,4%), 11 en recto (14,5%), 7 en descendente (9,2%), 2 en ascendente (2,6%), uno en ciego (1,3%) y uno en íleon terminal (1,3%). Además, del total de ellos, un 84% eran pediculados y un 16% sésiles, habitualmente con una mucosa de color rojizo y lisa, aunque ocasionalmente de aspecto lobulado1,2,4,5. La fisiopatología de estas lesiones no está totalmente esclarecida por el momento. Inicialmente se postuló una etiología traumática, siendo los eventos iniciales el daño y/o prolapso mucoso producido por el tránsito fecal de heces formadas y la peristalsis, más marcados en el colon distal. Sin embargo, en los últimos casos clínicos publicados, al igual que en nuestro paciente, se ha observado que estas lesiones también pueden estar presentes en zonas más proximales del colon, por lo que presumimos que otros factores adicionales deben influir en su desarrollo1. Los PMGI pueden ser asintomáticos, si bien la hemorragia digestiva baja es el síntoma más frecuente, pudiendo manifestarse clínicamente en forma de hematoquecia, sangre oculta en heces o como anemia crónica. Además, en algunos pacientes que presentan pólipos de gran tamaño se han descrito manifestaciones digestivas tales como dolor abdominal o estreñimiento2. El diagnóstico se alcanza con el estudio histológico de la pieza de polipectomía, obtenida habitualmente mediante polipectomía endoscópica, al observar las características anatomopatológicas típicas comentadas anteriormente. En ocasiones, el estudio de las biopsias del pólipo no es concluyente al no poder objetivar la proliferación de músculo liso en la muestra por ser esta demasiado superficial, lo que puede conducir a resultados erróneos. En algunos casos descritos en la literatura la resección se llevó a cabo de forma quirúrgica1. Es importante realizar un diagnóstico diferencial con otros pólipos no neoplásicos tales como pólipos inflamatorios, pólipos inflamatorios tipo «cap», pólipos secundarios a prolapso mucoso, pólipos inflamatorios fibroides, pólipos juveniles o aquellos presentes en el síndrome de Peutz-Jeghers. La distinción entre ellos se basará de forma primordial en el contexto clínico del paciente, así como en los hallazgos histológicos observados1. El pronóstico de los PMGI es favorable, ya que son lesiones benignas tanto clínica como histológicamente, sin potencial maligno conocido. Por el momento tampoco se han descrito recurrencias después de la resección endoscópica de este tipo de pólipos1,2.
En conclusión, el pólipo mioglandular inflamatorio es un tipo de pólipo colorrectal no neoplásico poco frecuente con características histológicas distintivas, siendo excepcional su localización en colon ascendente.