El signo de Chilaiditi consiste en la interposición de intestino (usualmente el ángulo hepático del colon) entre el hígado y el hemidiafragma derecho. Es una entidad rara, descrita por primera vez por Demetrius Chilaiditi, un radiólogo griego en 19101. Es más frecuente en varones (relación 4:1), y generalmente es un hallazgo casual que aparece entre el 0,02-0,14% de los estudios radiológicos realizados por cualquier motivo2. Su causa es desconocida, aunque probablemente sea multifactorial.
El signo de Chilaiditi es asintomático. En caso de asociarse a sintomatología se denomina síndrome de Chilaiditi. Los síntomas más habituales son digestivos: vómitos, anorexia, estreñimiento y distensión abdominal. También puede asociarse a síntomas respiratorios como disnea o dolor pleurítico. Puesto que la exploración física suele ser anodina, es una entidad generalmente infradiagnosticada3.
Normalmente, los ligamentos suspensorios y la fijación del colon impiden la interposición del mismo entre el hígado y el diafragma. Se han descrito diversos factores predisponentes (tabla 1) para el síndrome de Chilaiditi, debido a los cambios que pueden generar en la relación entre hígado, colon y diafragma2,4.
Factores predisponentes para el síndrome de Chilaiditi
Hepáticos |
Ptosis hepática Cirrosis Atrofia hepática Alteraciones en el ligamento suspensorio del hígado |
Intestinales |
Megacolon Meteorismo Motilidad colónica anormal Alteraciones en el ligamento suspensorio del colon Acumulación anormal de gas por aerofagia |
Diafragmáticos |
Adelgazamiento diafragmático Elevación hemidiafragma derecho Eventración Lesión nervio frénico Cambios en la presión intratorácica (p. ej., enfisema) |
Otros |
Aumento de la cavidad torácica inferior (EPOC) Aumento de presión intraabdominal (obesidad, gestaciones múltiples, ascitis) Retraso mental y esquizofrenia Adherencias intraabdominales (por cirugía previa o neoplasia) Procedimientos endoscópicos previos |
Es importante conocer la presencia del signo de Chilaiditi en pacientes con factores predisponentes para minimizar la iatrogenia, como en el caso de procedimientos percutáneos transhepáticos o biopsia hepática en pacientes cirróticos o durante la realización de colonoscopías.
El diagnóstico de la interposición hepatodiafragmática se hace generalmente por radiografía simple. La imagen típica muestra aire debajo del diafragma, con haustras visibles entre el hígado y la superficie diafragmática (fig. 1). En caso de duda diagnóstica, la localización del aire no se modificará con el cambio de postura del paciente.
El diagnóstico diferencial se deberá realizar principalmente con el neumoperitoneo, que radiológicamente suele mostrar una sombra en forma de media luna bajo el diafragma, pero sin haustras visibles y que se modifica con el cambio de postura.
Otras entidades que deben incluirse en el diagnóstico diferencial son absceso subfrénico, neumatosis intestinal, quiste hidatídico infectado y tumor hepático2. Además se ha documentado algún caso con clínica similar a un cólico renal, por lo que también debería tenerse en cuenta para realizar un diagnóstico diferencial de esta enfermedad.
En caso de dudas diagnósticas, la ecografía o la tomografía axial computarizada son las exploraciones más comúnmente utilizadas para ampliar el estudio.
En el caso de pacientes asintomáticos no se precisa de ningún tratamiento. En los casos de síndrome de Chilaiditi sin criterios de gravedad inicialmente se suele realizar un tratamiento conservador: reposo en cama, descompresión con sonda nasogástrica, sueroterapia endovenosa, enemas, laxantes y suspensión de medicación potencialmente relacionada. Pese al tratamiento, el 26% de los pacientes sintomáticos acaban precisando tratamiento quirúrgico (colectomía, hepatopexia o colopexia)5,6.