El diagnóstico precoz y exacto de la hipertensión arterial es fundamental dada su importancia en el desarrollo de enfermedad cardiovascular. Los límites entre la normotensión y la hipertensión arterial son arbitrarios y se basan en que los beneficios de tratar sean superiores a los de no tratar. La toma de presión arterial en consulta presenta como principal limitación que solo ofrece información de un momento concreto y presenta multitud de sesgos dependientes de la propia variabilidad intrínseca de la presión arterial y de la técnica de medida. Múltiples estudios han demostrado la superioridad pronóstica de la monitorización ambulatoria de la presión arterial (MAPA). Además, la MAPA permite la detección de hipertensión arterial de bata blanca, evitando sobrediagnósticos y sobretratamientos, y la detección de pacientes con hipertensión arterial enmascarada que, al contrario, tienen riesgo de infradetección e infratratamiento. También informa de la presión arterial nocturna y la variabilidad circadiana, que aportan valor pronóstico adicional. La MAPA está reconocida como técnica diagnóstica de la hipertensión arterial en las guías británicas NICE de 2011 y en las guías 2013 de la Sociedad Europea de Hipertensión y está recomendada por la U.S. Preventive Services Task Force en 2015, las guías canadienses de 2016 y el Programa de Actividades Preventivas y Promoción de la salud de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria de 2016. Su generalización es probablemente solo cuestión de tiempo.
The early and accurate diagnosis of hypertension is essential given its importance in the development of cardiovascular disease. The boundaries between normal blood pressure (BP) and hypertension are arbitrary and based on the benefits of treating exceeding those of not treating. Conventional BP measurement at the clinic only offers information of a particular time and presents multiple biases dependent on inherent variability of BP and measurement technique itself. Multiple studies have demonstrated the prognosis superiority in the development of cardiovascular disease of ambulatory blood pressure monitoring (ABPM), allows detection of white coat hypertension, avoiding overdiagnosis and overtreatment, and the detection of patients with masked hypertension who are at risk of underdetection and undertreatment. ABPM also assess nightime BP and circadian variability, providing additional prognostic value. ABPM is recognized in the diagnosis of hypertension in 2011 British NICE Guidelines, very argued at the 2013 European Society of Hypertension guidelines, and recommended in the US Preventive Services Task Force in 2015, 2016 Canadian Guidelines and the 2016 Spanish Program of Preventive Activities and Health Promotion (PAPPS). Its generalization is likely to be only a matter of time.
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