Controversy persists regarding the presence and significance of the “J-curves” of increased cardiovascular disease (CVD) risk as they relate to older people with isolated systolic hypertension (ISH). A recent Framingham primary outcome study showed that of the 4 blood pressure (BP) components [diastolic BP (DBP), systolic BP (SBP), pulse pressure (PP), and mean arterial pressure (MAP)] only DBP showed non-linear tendencies, which presented as a J-curve of increased CVD risk. The reduction in DBP was associated with an increase in PP, the latter of which serves as a marker of increased arterial stiffness. On the other hand, when primary CVD events result in poor cardiac function, the presence of combined SBP and DBP J-curves serve as predictors of secondary CVD events—so called “reverse causality”; thus, risk is associated with decreased rather than by increased SBP. Lastly, treatment-induced cardiac risk is a potential third explanation for J-curves that occur in the presence of hemodynamically significant coronary artery stenosis. This review is directed at a better understanding of causes and consequences of the J-curve phenomena.
Persiste la controversia sobre la presencia e importancia de la «curvas en J» respecto al mayor riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) en personas mayores con hipertensión sistólica aislada (HSA). Un estudio Framingham reciente con variables primarias mostró que de los 4 componentes de presión arterial (PA) (PA diastólica [PAD], presión arterial sistólica [PAS], presión de pulso [PP] y la presión arterial media [PAM]) sólo la PAD mostraba tendencias no lineales como una curva J del aumento de riesgo de ECV. La reducción de la PAD se asoció con un aumento de la PP, que sirve como marcador de mayor rigidez arterial. Por otro lado, cuando los sucesos primarios de ECV resultaron en una función cardiaca deficiente, la presencia de curvas en J combinadas de la PAS y la PAD sirven como predictores de sucesos cardiovasculares secundarios —los llamados «causalidad inversa»—, por lo que el riesgo se asocia con una disminución más que con un aumento de la PAS. Por último, el riesgo cardiaco inducido por el tratamiento es una tercera explicación posible de las curvas en J, que ocurren en presencia de una estenosis en las arterias coronarias hemodinámicamente significativa. Esta revisión está encaminada a lograr una mejor comprensión de las causas y las consecuencias de los fenómenos de la curva en J.
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