Ante un grave traumatismo craneoencefálico, se realiza TC craneal que no muestra líneas de fractura óseas y se objetiva como hallazgo, en localización profunda de la grasa subcutánea del cráneo, un aumento de densidad de forma circunferencial ligeramente asimétrico (fig. 1). Las características radiológicas de dicha lesión, así como su distribución difusa, el modo en como atraviesa las suturas craneales y la forma de luna creciente, son típicos de hematoma subgaleal.
El hematoma subgaleal puede producirse en los neonatos como consecuencia de un parto distócico, o en los adultos después de un traumatismo craneoencefálico grave. En los adultos su aparición es inmediata.
Se caracteriza por una colección sero-sanguínea, que se acumula en el espacio de tejido conjuntivo laxo, delimitado por el periostio y la aponeurosis epicraneana1. Este hematoma atraviesa las suturas craneales (hallazgo que lo diferencia del cefalohematoma), pueden ser muy extensos y nunca calcifican.
Los hematomas subgaleales se diagnostican con precisión en las imágenes de TC, porque es la modalidad más indicada para examinar a los pacientes con traumatismos craneoencefálicos graves.
En las imágenes de TC se observa como desplazan la galea y el tejido adiposo subcutáneo, adoptando forma de luna creciente, por una extensa colección líquida hiperdensa, atraviesa las suturas y desplaza la grasa subcutánea sin infiltrarla, porque se lo impide la barrera física de la galea aponeurótica2.
Las colecciones hemorrágicas postraumáticas extracraneales, no tienen importancia clínica porque se reabsorben y desaparecen de manera espontánea con el tiempo. El hematoma subgaleal se produce por la rotura de las venas emisarias que atraviesan el cráneo y conectan los senos venosos intracraneales con las venas superficiales del cuero cabelludo.