En épocas de crisis como la actual, a menudo las necesarias reivindicaciones sociales miran solo al futuro. En ocasiones es necesario volver la vista atrás, a nuestra historia, lo que nos permitirá revisar los errores cometidos y que son la causa de un presente que queremos cambiar. Nuestra Revista también tiene su historia. Hace ya un año desde que iniciamos el proyecto de su «relanzamiento» con un objetivo muy claro: la indexación. Sin embargo, la indexación en sí es únicamente una herramienta para garantizar el futuro de esta fuente de difusión científica de la Inmunología que pretende ser nuestra Revista, … pero después de casi 30 años (en 2012 se cumplirán los 30 años del primer número) está claro que solo si somos capaces de restablecer un sistema retroalimentado por la posibilidad de publicar en una revista indexada, la revista podrá seguir existiendo.
La proyección y las posibilidades de la Revista están totalmente ligadas a las de la Sociedad Española de Inmunología (SEI). La Sociedad ha sido, es y será la base de la Revista «inmunología». Sin embargo, a pesar de la indudable vitalidad de la SEI, evidenciada por ejemplo por los congresos, las reuniones y los actos que organiza o en los que participa, a la Revista «le cuesta seguir el ritmo» y tenemos preocupantes dificultades para mantener una «velocidad de crucero». Dicho de otro modo, seguimos con pocos originales y pocas revisiones; y siendo una sociedad que agrupa a más de 700 socios es poco alentador que entre todos no seamos capaces de escribir un artículo cada 5 años para nuestra Revista «inmunología». Evidentemente, la falta de material para su publicación complica la consecución de nuestro objetivo principal.
En un reciente artículo publicado en «El País»1 por Juan Aréchaga, catedrático de la Universidad del País Vasco y Director de la revista científica española The International Journal of Developmental Biology, que titula «Los españoles y las revistas científicas... ¡Que editen ellos!», el Dr. Aréchaga analiza la situación actual del sistema editorial español y de las revistas españolas, y cita textualmente: «…No son tampoco ajenas a este marasmo editorial español las grandes agrupaciones profesionales - como la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular y similares - que parecen incapaces de editar una revista profesional de prestigio y no pasan de hacer folletos de noticias con artículos de andar por casa. Otras piensan que, por tener el sello de Elservier o Springer en la portada de sus revistas, se les va a dar un crédito científico del que carecen…».
Como sabéis, Elsevier (una de las citadas en el artículo del Dr. Aréchaga) es la empresa editorial responsable de la edición de nuestra Revista desde hace un año. Sin embargo, debemos recordar que la Revista la hacemos NOSOTROS, y no la empresa editorial. Los inmunólogos tendremos la revista que nos merezcamos, y si nos merecemos «…folletos de noticias con artículos de andar por casa…», pues peor para nosotros. No quisiera caer en el catastrofismo, creo que estamos en el buen camino y considero que muchos de los artículos y revisiones publicados en nuestra Revista han sido algo más que «papel» para llenar un número.
Por otro lado, ¿podemos mirar atrás en la historia de la SEI? ¿Podemos aprender alguna cosa de nuestro pasado?
¿Cuántos de nosotros sabíamos que la SEI se creó en 1975 alrededor de una jornada celebrada en Barcelona? ¿Cuántos sabemos quiénes estuvieron en la reunión preparatoria de 1974 que el Dr. Fernando Ortiz Masllorens había organizado en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid con el formato de Sesión Científica? ¿Quiénes han sido los editores de la Revista desde su fundación? ¿Cómo han abordado cada uno de ellos su entorno social y cómo han intentado dinamizar la Revista? ¿Sabemos cuáles han sido los artículos con más repercusión científica? ¿Cómo se consiguió la definición de la especialidad de Inmunología en el sistema de residentes? ¿Cómo fueron las primeras Juntas Directivas y los primeros Congresos de la SEI?
Muchos de nosotros desconocemos algunas (si no todas) las respuestas a esas preguntas. Desgraciadamente, algunos de los que estuvieron en esos orígenes ya no están con nosotros. Otros, muchos de los cuales son depositarios de un importante «archivo» histórico, pueden aportar su conocimiento y, por qué no, publicarlo en la Revista. Nuestra sección «Panorama» es sin duda el marco ideal para publicar estas notas históricas sobre la SEI que, de otro modo, quedarán en el olvido del tiempo.
Y no por ello dejaremos de publicar artículos de impacto científico.
Agradezco las aportaciones del Dr. Manel Juan y del Dr. José Ramón Regueiro para la elaboración de este editorial.