«Esperar duele. Olvidar duele. Pero el peor de los sufrimientos es no saber qué decisión tomar» Paulo Coelho «La excelencia nunca es un accidente. Siempre es el resultado de elevadas intenciones, esfuerzo sincero y ejecución inteligente; representa la sabia elección de muchas alternativas la elección, no el azar, determina tu destino» Aristóteles
La vida está llena de opciones, escenarios diversos y caminos no andados. Cada dÃa nos enfrentamos a un sinnúmero de decisiones que debemos tomar, algunas relativamente intrascendentes como los zapatos que nos vamos a poner, y otras que tendrán un impacto mayor en nuestra vida y la de nuestros pacientes y estudiantes, como prescribir la quimioterapia de un paciente con cáncer o la calificación de un estudiante de medicina al final de su rotación hospitalaria. Es un corolario de nuestra existencia que las decisiones tienen consecuencias, y que la indecisión es una acción (o inacción) que también tiene sus efectos. Una de las decisiones más importantes y que mayor impacto tienen en nuestra vida y la de nuestras familias, es la elección de una especialidad médica. Una de las «tragedias» de la condición humana, es la reflexión relativamente escasa que dedicamos a algunas de nuestras decisiones relevantes; es descorazonador ver cómo el sistema educativo, año tras año, falla en proporcionar una visión objetiva y no sesgada de las opciones de carreras profesionales que existen a nivel licenciatura, asà como de las especialidades médicas en el caso de los estudiantes de medicina.
A nivel universitario las solicitudes de cambio de carrera son elevadas, lo que refleja una orientación vocacional poco efectiva en el bachillerato. Los sistemas de asesorÃa universitarios y gubernamentales para orientar a los jóvenes en la elección de un proyecto de vida a través de una carrera profesional, no han logrado el efecto deseado de manera efectiva y eficiente. Para los que tenemos contacto con estudiantes de especialidades y de maestrÃas, es patente que nuestros alumnos no fueron bien informados de las opciones que existen, asà como de los pros y contras de cada una de ellas. La carrera de medicina continúa siendo una de las de mayor demanda en las universidades de México, a pesar de los grandes retos para ejercer la medicina general de manera independiente o en una institución de salud, y de la desproporción entre las solicitudes para hacer una especialidad médica y las plazas disponibles en el Sistema Nacional de Salud.
Por diversas razones inherentes a los mecanismos mentales de toma de decisiones personales, tendemos a elegir opciones más por cuestiones afectivas, recomendaciones de amistades, seres queridos o personas a las que les tenemos confianza, por experiencias personales positivas o negativas. Desdeñamos en los hechos la información «dura», disponible, sobre los elementos que deberÃamos tomar en cuenta para tomar una decisión de manera racional y objetiva. Las heurÃsticas y sesgos cognitivos que influyen en nuestra percepción del mundo que nos rodea, con frecuencia distorsionan la realidad de los «números frÃos» que describen las diversas opciones y trivializan lo que nos puede esperar en el camino después de tomar una decisión equivocada.
Como dicen los epÃgrafes de este editorial, las decisiones que tomamos en la vida son determinantes de nuestra felicidad y éxito profesional (que puede definirse de diversas maneras). Las decisiones con frecuencia son difÃciles y con consecuencias inesperadas, y deberÃamos tomarlas con una combinación de inteligencia, visión de futuro, análisis racional de los desenlaces de las diferentes opciones, «reflexión-en-la-acción» y «reflexión-para-la-acción». Le pido al lector que haya realizado una especialidad médica (o que tenga un familiar que haya vivido-sufrido-gozado esta experiencia), que reflexione sobre los elementos de juicio que incluyó en su toma de decisiones:
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¿Fue porque tiene un familiar cirujano ortopedista?
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¿Porque un internista lo inspiró durante el internado?
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¿Porque quisiera tener la fama y prestigio social de un neurocirujano?
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¿Porque siempre le gustaron los niños y se siente a gusto con ellos?
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¿Porque le gustan las emociones fuertes de la cirugÃa de trauma o de la medicina de urgencias?
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¿Porque prefiere poder programar su vida personal y social, y no tener urgencias en la madrugada o fines de semana?
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¿Porque necesita mayores ingresos económicos, motivándolo a elegir una especialidad más procedimental con mayores niveles de honorarios?
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¿Porque siempre quiso ser cirujano de corazón?
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¿Porque era una especialidad poco competitiva, con mayor probabilidad de ingresar?
Es inevitable que tengamos una serie de estereotipos de las especialidades médicas, propiciados por las series de televisión, las pelÃculas y las pláticas en los pasillos del hospital (para ver un ejemplo contemporáneo de nuestros estereotipos, con personajes de «Game of Thrones», vea http://gomerblog.com/2014/05/medical-specialty/). Estas percepciones de las especialidades, de manera explÃcita o implÃcita influyen en nuestra toma de decisiones. El llamado «sesgo implÃcito» (https://plato.stanford.edu/entries/implicit-bias/), término que se refiere «al juicio relativamente automático e inconsciente que realizamos sobre personas y conductas sociales», siempre está presente en nuestra percepción del entorno, «colorea» nuestra realidad y contribuye de forma importante a informar nuestras decisiones.
Existe abundante literatura internacional, principalmente de los paÃses anglosajones, sobre los factores que influyen en la elección de una especialidad, con la mayorÃa de los estudios realizados en estudiantes de medicina. Existen relativamente pocos estudios sobre este tema en médicos residentes que ya estén cursando la especialidad, y muy pocos de paÃses latinoamericanos. Recientemente un destacado alumno de la MaestrÃa en Educación en Ciencias de la Salud del Programa de MaestrÃa y Doctorado en Ciencias Médicas, Odontológicas y de la Salud de la UNAM, realizó un estudio original sobre esta temática en médicos residentes de las especialidades troncales del Posgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM, que ha sido aceptado para publicación en una revista indizada (Tesis de grado disponible en el catálogo de la Dirección General de Bibliotecas de la UNAM: http://132.248.9.195/ptd2016/noviembre/088619280/Index.html). Con base en este estudio, el Dr. Carlos Gutiérrez-Cirlos escribió un artÃculo de revisión sobre los factores relacionados con la elección de una especialidad en medicina, que aparece en este número y que contribuirá a sensibilizar a la comunidad médica sobre la importancia relativa de los factores positivos y negativos que influyen en tan importante decisión vital.
Por otra parte, en este número tenemos siete artÃculos originales sobre múltiples temas: comparación de modelos para enseñar a cerrar heridas superficiales; análisis bibliométrico de un encuentro internacional de estudiantes de odontologÃa; epidemiologÃa del sÃndrome de «burnout» en residentes de pediatrÃa; experiencias vitales de médicos residentes al principio de su formación; «blended learning» en un programa de especialización de odontologÃa; expectativas del ejercicio de la medicina en estudiantes; y la percepción de académicos sobre el rol docente del médico. Como podrán corroborar los lectores, los artÃculos de este número son de instituciones educativas y de salud de Chile, Colombia, México, Cuba, Argentina y Perú, lo que refleja el carácter progresivamente internacional a nivel latinoamericano de nuestra revista. Enhorabuena para los autores, el equipo editorial, los árbitros y, por supuesto, nuestros lectores.
La revisión por pares es responsabilidad de la Universidad Nacional Autónoma de México.