En la actualidad, el turismo se ha convertido en una de las actividades económicas de mayor impulso y crecimiento a nivel mundial. A pesar de las reiteradas crisis y del detrimento social y ambiental generado por el capitalismo en muchos lugares del mundo, los datos estadísticos del sector dan una imagen positiva en términos de crecimiento económico. En este sentido, la Organización Mundial de Turismo (wto, por sus siglas en inglés), declara que en 2012 mil millones de turistas han cruzado las fronteras internacionales y que entre cinco y seis mil millones viajan cada año al interior de sus propios países. Asimismo, dice que el 9% del PIB mundial proviene del sector; que el turismo genera uno de cada doce empleos, que produce 1.2 billones de dólares estadounidenses en exportaciones, que es responsable del 6% del comercio internacional y del 8% de las exportaciones de los países menos desarrollados (unwta, 2012).
En concordancia con la situación mundial, en México, el turismo es una actividad económica que también se encuentra en crecimiento y que sin importar los matices ideológicos de los diferentes partidos políticos, se ha establecido como prioritario. Parece haber un consenso en los gobiernos, tanto a nivel federal, como estatal y local, que considera que el impulso a dicha actividad es una estrategia positiva para lograr el desarrollo económico y el bienestar social. Por ende, en los últimos sexenios, las políticas públicas se han abocado al establecimiento de planes y programas para una transformación territorial que permita la inversión y la promoción turística, con una tendencia creciente. El turismo, en palabras de Ana Pricila Sosa, una de las autoras del libro, ha adquirido un carácter estratégico y de prioridad nacional.
La Cuenta Satélite del Turismo de México (cstm) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística, y Geografía (inegi) para el periodo 2006-2010, informa que en el 2010 el turismo aportaba el 8.6% del PIB. De acuerdo a los últimos datos de la CSTM en nivel de empleos alcanzados durante 2010 en la industria turística fue de 2 millones 231 puestos remunerados, con ello, el turismo sigue manteniéndose como bastión importante en las cuentas nacionales de México (sectur, 2012:18).
En este contexto se inserta el libro, Investigación turística Hallazgos y aportaciones coordinado por Maribel Osorio García y Álvaro López López. En él se hace patente la importancia de entender el fenómeno en sus múltiples vertientes y desde diversas visiones, para reflexionar sobre el conocimiento construido y las implicaciones territoriales, económicas, políticas, ambientales, sociales y culturales de las actividades vinculadas al turismo. El texto retoma la discusión del turismo en México y la sitúa en el ámbito internacional, para posteriormente analizar diversos casos en México.
El turismo, como lo retoma Jaime Winger, uno de los autores del libro, ha sido definido por la Organización Mundial de Turismo, como las actividades que realizan las personas durante sus viajes y estancias en lugares distintos al de su entorno habitual, por un periodo de tiempo consecutivo inferior a un año, con fines de ocio, por negocios y otros motivos, no relacionados con el ejercicio de una actividad remunerada en el lugar visitado (p. 76).
Los organismos internacionales especializados en la materia, los gobiernos nacionales y las instancias locales lo asumen como una estrategia para el desarrollo; la población lo ve como una fuente de empleo o como una alternativa para el ocio y esparcimiento; los académicos analizan sus posibilidades y consecuencias, su impacto, sus dinámicas y sus tendencias.
Con base en lo anterior, Maribel Osorio y Álvaro López lideran a un grupo multidisciplinario para reflexionar en torno al turismo y al quehacer académico que se enfoca en él. A partir de ello discuten el estado del arte, algunos aspectos teóricos relevantes, propuestas metodológicas, así como diversas experiencias turísticas en términos de sus repercusiones socio-territoriales. De la combinación de autores surgidos de diversas disciplinas y pertenecientes a diversas universidades, tanto de la República Mexicana como de países tales como Argentina y Brasil, emergen interrogantes sobre el turismo en sus múltiples dimensiones.
La estructura del libro está dividida en cinco partes, que van desde las reflexiones teóricas del turismo, a los factores que coadyuvan en la consecución del turismo, las experiencias del turismo convencional y las intenciones de la sostenibilidad turística. Territorialmente se analizan los alcances en ciudades pequeñas, en áreas rurales y en áreas naturales y de conservación.
La primera parte está centrada en las reflexiones teóricas del turismo y contiene tres capítulos donde se da cuenta de algunas inquietudes de los estudiosos del turismo, en un esquema que permite abordar temas divergentes. El primer trabajo se sitúa desde la hermenéutica dialéctica. Desde ahí, Napoleón Conde reflexiona sobre la cientificidad del discurso turístico y, con ello, le da entrada al conjunto de textos que conforman el libro. En el siguiente capítulo, Luis Antonio Rizzon y Marcia María Capellano abordan el papel del hipetexto en la formación y actuación del turismólogo, en el cual se explora el papel de las nuevas tecnologías y su impacto en el sector analizado; y en el tercer capítulo de la sección, Daniel Jaime explora el tema del turismo y la cultura en la posmodernidad.
La segunda parte, intitulada “Factores que coadyuvan en la consecución del turismo” reúne a cuatro capítulos, donde se analizan diversos tipos de negocios como las agencias de viajes y las proveedurías; así como a los actores sociales, públicos y privados, los vínculos entre ellos y sus repercusiones en el espacio turístico. Asimismo, se hace una caracterización particular de los visitantes. De manera tal que Daniel Ramírez, Maribel Espinoza, Francisco Madrid, Graciela Cruz, Cecilia Cadena y Jorge Hernández analizan los temas anteriores, en un ámbito que va de lo nacional a lo local, donde destacan como lugares concretos de estudio el Distrito Federal, Ixtapan de la Sal y Villa Victoria, estas dos últimas en el Estado de México.
La tercera parte del libro, “Experiencias del turismo convencional”, está formada por dos trabajos que se centran en el estado de Quintana Roo. En el de Ana Pricila Sosa se estudian las percepciones sociales de un espacio turístico tras el paso del huracán Dean; mientras que el capítulo que Rafael Romero hace, como parte de su tesis de doctorado, se analizan las causas de la polarización interregional del estado y su dependencia del turismo.
La cuarta parte se llama “Intenciones de la sostenibilidad turística y sus alcances en ciudades pequeñas y áreas rurales” y con ello se da entrada a una de las temáticas que más importancia han adquirido en los últimos años, es decir, el problema de la sostenibilidad y el desarrollo sustentable. En ese sentido, Ismael Rodríguez estudia los factores que pueden coadyuvar a lograr un desarrollo sostenido nacional en materia turística. Es importante destacar que el autor afirma que la visión economicista del sector, además de los intereses políticos y económicos, dificultan la posibilidad de implementar estrategias sostenibles. Elva Vargas y Alicia Ledezma miran la sustentabilidad desde el ángulo de la responsabilidad social de las empresas turísticas, para ello analizan el papel de la ciencia ambiental en el desarrollo del turismo y hacen propuestas que buscan acciones directas de las empresas.
El problema del desarrollo sustentable y del vínculo entre turismo y patrimonio se analiza después desde Tacotalpan y el Tajín, Comala y la costa sur de Jalisco. Marisa Gutiérrez y Peter Gerritsen plantean que la sustentabilidad del turismo rural depende de la forma en que dicha actividad se adapte al entorno natural y social de las comunidades rurales; Rafael Covarrubias y Ernesto Conde plantean una estrategia de desarrollo local incluyente, a través de la creación de microempresas de turismo rural basado en la oferta del patrimonio natural y cultural, y Francisco Álvarez busca mostrar que si bien la nominación como patrimonio de la humanidad es importante, no basta para el desarrollo turístico, sino que se deben establecer condiciones y planear actividades que mejoren la calidad de vida de los habitantes locales.
La quinta parte, el “Turismo en áreas naturales y de conservación” cierra con la problemática analizada a través de tres capítulos que abordan los casos del Parque Natural Sierra Nanchitla, el Parque Nacional Nevado de Toluca y el suelo de Conservación del Distrito Federal. En ellos Juan Carlos Castro, Miguel Ángel Balderas y Octavio Monroy abordan el ecoturismo y el turismo de aventura, en los cuales los elementos naturales y paisajísticos son de gran relevancia. Maribel Osorio, Sergio Franco y Héctor Regil hacen un diagnóstico orientado a la planeación turística, donde dan cuenta de la falta de un ordenamiento que ha contribuido al deterioro ambiental en el Nevado de Toluca. El libro termina con un capítulo donde Bertha Palomino y Gustavo López también analizan proyectos ecoturísticos específicos, pertenecientes a la Ciudad de México.
El libro recoge la complejidad del tema del turismo y aborda sus aristas económicas, políticas, ambientales, sociales y culturales. La cultura se muestra en una amplia variedad de formas, desde la literatura con Pedro Páramo en Jalisco, la música en Tlacotalpan y la arqueología del Tajín; lo económico en la diversidad de negocios que ofrecen sus servicios al sector turístico y que quedan ejemplificados con las agencias de viajes, las proveedurías y las microempresas de Comala; lo social se ve en los habitantes de las localidades turísticas, en sus estrategias y en la percepción de su espacio; lo ambiental queda reflejado en el uso que se le da a la naturaleza y en el deterioro ecológico que tienen los lugares a causa del turismo. De manera implícita o explícita, todo ello abona a la discusión sobre la pertinencia del binomio patrimonio-turismo y sobre la viabilidad de la inversión y promoción turística para el desarrollo local.
Aunque los capítulos son heterogéneos entre sí, el conjunto de reflexiones se presenta en un formato bajo el cual los trabajos tienen un esquema común, organizado en apartados, de manera tal que tanto en los capítulos teóricos como los estudios de caso se establecen los antecedentes, las precisiones de la investigación, donde se incluyen los objetivos, hipótesis y la nota metodológica, los principales hallazgos y las conclusiones.
El libro muestra una diversidad de metodologías, que nos llevan desde la teoría de sistemas, hasta el análisis Delphi; diversas contribuciones tienen un trabajo de campo, con encuestas y entrevistas; se reporta también la elaboración de inventarios, la generación de indicadores y la evaluación de proyectos. Algunos textos forman parte de tesis de doctorado, otros son parte de proyectos de investigación colectiva y otros reflejan la trayectoria de investigadores consolidados. En conjunto, nos muestran que el turismo no solo es una de las actividades económicas de mayor crecimiento y con mayor potencial, sino que como práctica social ha adquirido cada vez mayor importancia como agente transformador de los lugares.
En este sentido, la obra ha logrado trascender el ámbito académico, pues de acuerdo con el Sexto Informe de Labores de la Secretaría de Turismo (sectur, 2012:32), éste ha sido distribuido en las secretarías de turismo de los estados, entre los representantes de las cámaras, asociaciones y universidades, con la intención de otorgar una base de información y conocimiento que apoye la toma de decisiones en el sector.