El 16 de julio de este año la geografía iberoamericana perdió a uno de sus académicos con mayor significado de las últimas décadas: Antonio Carlos Robert Moraes. No es fácil escribir sobre este maestro que nos ha conducido, aquí un intento acotado en algunos puntos y sin grandes formalidades, a tono con las características personales de Moraes, Tonico, como le llamábamos, tanto en la informalidad de su sonrisa fácil, como en el rigor académico e intelectual.
Su formación académica, realizada completamente en la Universidad de São Paulo (USP), empezó con la titulación en Geografía (1977) y en Ciencias Sociales (1979), perfeccionada por la Maestría en Geografía Humana (Moraes, 1983) y la tesis doctoral en el mismo campo de especialización (Moraes, 1991a). Logró su libre docencia, con el trabajo: Capitalismo, Geografia e Meio Ambiente (Moraes, 2000) y, más tarde, se volvió profesor titular de la USP en 2004.
Con gran ilusión entregó su libro: Geografia: pequena história crítica, primera obra publicada (Moraes, [1983] 1990), ahí señaló su vinculación con la geografía crítica marxista y su rechazo a la New Geography y a la geografía tradicional. A pesar de sus limitaciones (presenta la historia de la geografía bajo una óptica eurocéntrica, apenas bosquejada y académica) este libro ha sido uno de los manuales más difundidos en las lecturas, exámenes y licenciaturas de geografía en Brasil.
En el primer foco de investigación, Moraes construyó una teoría acerca de las formaciones coloniales latinoamericanas vistas como proyectos eminentemente territoriales organizados por las metrópolis peninsulares, una peculiaridad perpetuada en los procesos de independencia de la región, cuyas motivaciones de acción por parte de las élites se han modelado y aún continúan bajo la ideología del “territorio por conquistar”, donde la sociedad y el pueblo se quedan siempre olvidados de los intereses del Estado (Moraes, 1991b). En estas propuestas se sitúan las obras: Território e história no Brasil (Moraes, 2002) y Geografia histórica do Brasil: capitalismo, território e periferia (Moraes, 2011) como la cumbre de esa interpretación territorial del Brasil y con reflexiones de Latinoamérica. Es evidente en este punto la prevalencia del concepto de territorio en el pensamiento de Robert Moraes, como se presenta a continuación: [El concepto de territorio] es imposible ser expresado sin el concurso de un grupo social el cual ocupa [una porción del] espacio, el territorio –de esta manera– es inexistente como realidad solamente de la naturaleza. [El territorio] trae consigo así dos prerrogativas: impide cualquier regreso a concepciones ambientalistas (las cuales tanto han señalado a la geografía tradicional) y revela una mirada social del objeto geográfico, ahora explicado no nada más como el sitio (el paisaje o la superficie terrestre), sino directamente [explicado] como la relación sociedad-espacio misma. Y hay más, pues […] recupera también la unidad dialéctica entre forma y proceso, [unidad] vital para la óptica de la geografía que se desea (Moraes, 2002:57-58).
En el segundo foco o epistemológico (muy cerca de la historia del pensamiento geográfico), se presentó: A valorização do espaço (Moraes y Costa, 1999), en coautoría con Wanderley Messias da Costa. Esta es una obra de alto voltaje intelectual sobre el marxismo en la geografía al traer a la luz conceptos clásicos como el de la renta de la tierra, apostando por temas y cuestiones de la economía política de Marx y abierta la relación sociedadespacio.
Un tercer foco de las actividades intelectuales de Antonio Carlos se vuelve hacia el medioambiente: en actividades como asesor experto y en la orientación de trabajos universitarios, a través de su actitud teórica en rebatir los paradigmas posmodernos como herramientas para estudiar el medioambiente (Moraes, 1994). Moraes estudió los problemas ambientales siempre mirando al “hombre” y a la “naturaleza” como unidad, cuyas consecuencias, de lo que llamamos “problemas ambientales”, están relacionadas con la penetración desigual y llena de violencia del capitalismo en los territorios “por conquistar” sobre todo en Brasil y América Latina. Aquí está, pues, la otra orientación posible dentro de las tesis central de Moraes sobre la formación territorial de los países con pasado colonial. Sobre el tema y la región latinoamericana, Robert Moraes en colaboración con Marcelo Escolar, de la Universidad de Buenos Aires, unieron ideas en un primer artículo (1989) donde abrieron un debate respecto a los límites del “marxismo” en las teorías sobre el subdesarrollo realizadas por los geógrafos franceses de los años sesenta, una crítica que marcaba el camino para futuras investigaciones.
Por otra parte, Moraes impartió clases en una constelación de universidades brasileñas y en otros entornos culturales como: la Universidad Nacional del Sur (Bahía Blanca, Argentina), la Universidad Nacional de Colombia, la Universidad Nacional de la República (Uruguay); la Universidad de Buenos Aires y la Universidad Nacional Autónoma de México. Al mismo tiempo, también se presentó en los círculos académicos de las universidades de Portugal, España y Francia.
De manera particular, se debe mencionar la presencia de Moraes en México, primeramente su participación en el III Congreso Latinoamericano de Historia de la Ciencia y la Tecnología (Ciudad de México, enero, 1992) y, de esta reunión, se derivó su primer trabajo publicado en este país (Moraes, 1991c). Desde entonces y por muchos años los intercambios entre México y Brasil se caracterizaron por su entusiasmo y participación, como sucedió en el coloquio internacional: La integración del territorio en una idea de Estado. México y Brasil.1821- 1946 (Ciudad de México, 10, 11 y 13 de octubre de 2005), (Moraes, 2007), así como su decidida colaboración en el 40 aniversario de la edición de Investigaciones Geográficas, Boletín del Instituto de Geografía de la UNAM (1969-2009; Moraes, 2009) y el libro: A Valorização do Espaço se publicó traducido en México (Moraes y Costa, 2009). Cabe mencionar la participación de Moraes en el Posgrado de Geografía de la UNAM, junto con el profesor Wagner Costa Ribeiro, en la lectura de una tesis de maestría de esta especialidad (Talledos, 2008).
En su trayectoria académica en la USP, Moraes dirigió 18 tesis doctorales, 18 de maestría, 16 trabajos de licenciatura, además de tres supervisiones de pos doctorandos. También se contabilizan 26 libros, el último, con un análisis del concepto de territorio en la obra de Milton Santos (Moraes, 2013) y participó casi en 200 jurados de concursos para profesores y actos públicos de tesis.
Más allá de estos círculos académicos, Moraes fue consejero de la Secretaría Especial del Medio Ambiente (SEMA), integrante del grupo ejecutivo de la asesoría de la presidencia del Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (IBAMA); Consejero Científico de la Fundación de Amparo a la Investigación del Estado de São Paulo (FAPESP); consultor del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq, a partir de 1988) y consultor del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, adjunto al Ministerio de la Enseñanza de Brasil. Desde 1996 había sido en varias ocasiones presidente del jurado del Instituto Rio Branco, que es la institución oficial de preparación para la carrera diplomática de los altos ejecutivos del Brasil.
Tonico nació en Poços de Caldas, ciudad de la antigua zona cafetalera de la minería, del estado de Minas Gerais, el 7 de junio de 1954. A él le gustaba recibir a los amigos en su casa de la calle de David Canabarro, en el barrio Alto da Lapa, São Paulo, escuchar a Los Beatles, ir a la playa en Maresias y buscar libros en sus viajes, en Lisboa y París, como decía otro gran minero, João Guimarães Rosa, le gustaba también “jugar geografía” (Rosa, 1968).