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Vol. 14. Núm. 3.
Páginas 154-164 (octubre 2018)
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Vol. 14. Núm. 3.
Páginas 154-164 (octubre 2018)
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Importaciones y comercialización de los vinos del Marco de Jerez en Estados Unidos (1791-1824)
Sherry wines: Importing and marketing in the United States (1791-1824)
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Guadalupe Carrasco-González
Profesora Titular, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Cádiz, Cádiz, España
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Tabla 1. Importaciones de vino realizadas por Estados Unidos, 1789-1824 (medias quinquenales en hectolitros)
Tabla 2. Importaciones de vinos de Jerez y Sanlúcar realizadas por Estados Unidos, 1791-1800 (en hectolitros)
Tabla 3. Cuantía y valor de las importaciones estadounidenses de vinos españoles, portugueses y franceses entre 1802 y 1804
Tabla 4. Precios de los vinos en dólares en los puertos estadounidenses según el periódico The United States Gazzette
Tabla 5. Porcentaje de reexportaciones estadounidenses de vino a otros mercados, 1802-1817
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Resumen

A finales del siglo xviii y en las décadas iniciales del siglo xix las exportaciones de vinos del Marco de Jerez se dirigieron sobre todo al mercado británico y colonial, pero también al antiguo territorio de las Trece Colonias ahora independientes, que se convirtió en un importante consumidor. En este artículo se pretende mostrar cuál fue la evolución de las importaciones estadounidenses de vinos del Marco de Jerez a través de la reelaboración de las estadísticas publicadas por particulares y por el Departamento del Tesoro estadounidense, y utilizando también los registros de la Custom House de Filadelfia, así como la prensa de la época. Estos datos suponen una aportación relevante por cuanto no se tenían evidencias de la importancia de este mercado para los vinos del Marco de Jerez, en unos años en los que ni tan siquiera se dispone de estadísticas de exportaciones de dichos vinos.

Palabras clave:
Vino de Jerez
Estados Unidos
Comercio
Códigos JEL:
N50
N51
N70
Q17
Abstract

At the end of the 18th century and in the first decades of the 19th century the exports of wines from the area of Jerez de la Frontera were directed mainly at the British and colonial market, as well as to the former territory of the new independent thirteen colonies, which became a major consumer. This article intends to show the evolution of the American imports of wines from the Marco de Jerez by re-analysing the statistics published by private individuals and by the US Treasury Department, and also using the records of the Philadelphia Custom House, as well as the communication media of the time. These data are a relevant contribution, as there was no evidence of the importance of this market for the wines of the Marco de Jerez, and even more so as the statistics of exports of such wines are not available for that period of time.

Keywords:
Sherry wine
United States
Commerce
JEL classification:
N50
N51
N70
Q17
Texto completo
1Introducción

A lo largo de los siglos xvii y xviii los vinos dulces «fortificados» llamados dessert wines se hicieron cada vez más populares en el mundo anglosajón. Entre estos vinos estaban el málaga, el jerez, el oporto y el madeira, además de los vinos canarios; estos últimos se convirtieron en los más populares a partir de 16701. En 1645 se establecieron en las Trece Colonias, concretamente en Massachusetts, las primeras cargas fiscales a la importación de vinos, citándose expresamente Sherry, Sack, Malaga, Canary, Muscatel, Malmsey, Bastard, Tent, and Alicant wines (Lydon, 2008, p. 177). Durante gran parte del siglo xviii este mercado estuvo reservado a los vinos portugueses, particularmente al vino de Madeira, a causa de los conflictos recurrentes entre España y el Reino Unido y a la posición favorable de Portugal en las relaciones comerciales con Inglaterra, gracias al tratado firmado entre ambos estados en 1703. De hecho, no encontramos referencias al sherry wine en las Trece Colonias hasta la segunda mitad del siglo xviii. En septiembre de 1763 la firma Reed & Pettit de Filadelfia aseguraba que el vino de Jerez no agradaba a los importadores y en una carta mencionaba que «sherry wine is an article so seldom sold here that tis hard to say whereabouts it would fetch» (Lydon, 2008, p. 183).

La independencia de las Trece Colonias terminó con las restricciones que durante el periodo colonial Inglaterra impuso al comercio procedente de España. Los vinos españoles, particularmente los de Jerez y los de Tenerife, comenzaron a llegar con regularidad a los almacenes de los comerciantes americanos. En 1779 en una reclamación al Comité de Apelaciones del Congreso hecha por Joaquín Luca, maestre del barco Valenciano que arribó a Boston, declaraba varias partidas de vino de Jerez entre las mercancías que cargaba en su buque2. En la década siguiente la demanda del jerez en el mercado estadounidense empieza a hacerse evidente como refleja la frecuente aparición de anuncios publicados en la prensa sobre la venta de sherry. En 1783 en la Pennsylvania Gazette el comerciante de Filadelfia George Meade anunciaba la venta de sherry wine en quarters casks…3 y un año más tarde en el Freeman's Journal añadía también a su oferta el vino de Tenerife4.A partir de la década de los noventa el sherry wine junto con el madeira se convertirán en los vinos más apreciados, demandados y más caros del mercado estadounidense.

La historiografía sobre la comercialización de los vinos del Marco de Jerez ha considerado sobre todo la influencia del mercado británico en el desarrollo de las exportaciones. Esto ha sido así porque la mayoría de los datos disponibles hacían referencia a este mercado y porque una buena parte de los agentes comerciales implicados en la elaboración y extracción de los vinos del Marco de Jerez era de origen británico; pero también, porque durante el siglo xix, momento en el que se dispone de fuentes más completas sobre la organización de las empresas vitivinícolas, el mercado británico fue el que recibió un porcentaje mayor de las extracciones de los vinos del Marco de Jerez (Maldonado Rosso, 1999, p. 47). No obstante, los vinos de la zona también mantuvieron una cuota considerable en el mercado colonial americano.

Hasta el momento las series de exportaciones de vinos del Marco de Jerez que han podido reconstruirse son posteriores a 1824, de modo que para el siglo xviii se puede afirmar que existe un vacío casi total de información. No obstante, noticias fragmentarias recuperadas de fuentes diversas indican un aumento de la producción y de las exportaciones que dichas fuentes vinculan a la demanda británica, sin considerar la posibilidad de que parte de esas exportaciones pudieran dirigirse al mercado emergente estadounidense. Afortunadamente, el gobierno de Estados Unidos se esmeró en el control de su comercio desde 1789, de manera que las propias autoridades se interesaron por el estado de sus importaciones y exportaciones elaborando periódicamente estadísticas que orientaran su política comercial. Por tanto, a partir de estas estadísticas y de otras fuentes, que detallaré, me propongo analizar la evolución de las importaciones de los vinos del Marco de Jerez realizadas por Estados Unidos entre 1791 y 1824. Utilizando datos recopilados y elaborados a partir de estas estadísticas, intentaré aportar indicadores válidos que permitan arrojar luz sobre la dinámica comercial del vino de Jerez en esos años.

2Las fuentes estadísticas y documentales estadounidenses

Desde la creación de la nueva república diversos autores se interesaron por elaborar series estadísticas a partir de la documentación de los State Papers publicados por el gobierno estadounidense. En 1791 Tench Coxe publicaba A Brief Examination of Lord Sheffield's observations on the Commerce of the United States donde recopilaba datos y observaciones interesantes, y corregía algunos errores que Lord Sheffield había propagado en 1783. Unos años más tarde el mismo autor publicaría A view of the United States of America utilizando para ello documentos oficiales de los años 1791 a 1792.

El interés por conocer el estado de la economía estadounidense llevó en 1806 también a Samuel Blodget a publicar A Statistical Manual for the United States of America utilizando los informes del Tesoro hasta 1804. En 1816 salía la primera edición de A Statistical View of the Commerce of the United States of America de Timothy Pitkin5. Pitkin era miembro de la Cámara de Representantes y compiló los datos a partir de los registros del Tesoro. Se trata de un trabajo serio y con reflexiones muy pertinentes acerca de cuáles eran las razones del incremento del tráfico marítimo comercial estadounidense. El gran número de tablas estadísticas que incluye son una ayuda inestimable para conocer esa evolución comercial positiva. Sin embargo, para el objetivo que persigo en este trabajo no resulta muy útil por su excesiva atención al comercio de Estados Unidos con el Reino Unido, dejando en un segundo plano a España, Portugal o Francia. Por esos mismos años Adam Seybert publicó Statistical Annals of the United States of America (1818), utilizando y reelaborando también la documentación oficial y aportando largos cuadros estadísticos que recogen con mucho detalle el comercio interior y exterior de Estados Unidos entre 1789 y 1816. Los datos que aquí se presentan, por tanto, han sido obtenidos a partir de las estadísticas recogidas en la publicación de Adam Seybert, reelaborándolos y completándolos con otros incorporados a los informes que sobre las importaciones hizo el Departamento del Tesoro.

También he recogido información cualitativa, sobre el vino importado por Estados Unidos, de los manifiestos de carga que los maestres de los barcos que llegaron al puerto de Filadelfia tenían que entregar en la Custom House, donde pagaban los correspondientes derechos de entrada. En ellos, no solo se detallan las mercancías, y más concretamente el vino y el brandy con sus magnitudes y en ocasiones sus precios, sino también quiénes eran los cargadores en el puerto español y a quiénes iban consignadas a su llegada a Filadelfia.

3La comercialización del vino de Jerez en Estados Unidos: análisis de las importaciones estadounidenses, 1791-1824

En el último cuarto del siglo xviii las empresas vinateras del Marco de Jerez llevaron a cabo una serie de transformaciones estructurales dirigidas a aumentar su capacidad exportadora orientándose especialmente al mercado británico6 (Abbott, 1990; Maldonado Rosso, 1999, p. 47). Las informaciones fragmentarias disponibles durante esos años y hasta los años veinte del siglo xix acerca de las exportaciones, revelan una evolución positiva de las expediciones de vinos de Jerez. Según algunos de los datos que aporta J. Maldonado, las expediciones ascendieron entre 1786 y 1793 a 5.213 botas (26.065hl) enviadas de media anualmente y, en el año transcurrido de septiembre de 1798 a septiembre de 1799, a 14.496 botas (72.480hl). En 1810, según A. Jullien7, las exportaciones rondarían las 13.000 botas (65.000hl) y en el periodo 1817-1823, según Miñano, la media sería de 7.000 botas anuales (35.000hl)8. Para J. Maldonado, esta progresión ponía de manifiesto el nulo impacto negativo de los conflictos hispano-británicos de finales del siglo xviii y principios del xix (Maldonado Rosso, 1999, pp. 301-303).

D. R. Abbot reconoce también el crecimiento de las exportaciones de vino de Jerez para las décadas finales del siglo xviii, aunque con las fluctuaciones lógicas debidas a las guerras (Abbott, 1990, pp. 238-240). Para la primera mitad del siglo xix los datos aportados por González Gordon confirman, asimismo, el incremento sostenido de las exportaciones de vinos de Jerez de la Frontera que pasaron de las 8.000 botas anuales (40.000hl) a principios del siglo, a las 16.000 (80.000hl) en la década de los cuarenta (González Gordon, 1970, pp. 112-115). Estas informaciones puntuales revelan también, que las Islas Británicas retenían la mayor cuota de mercado. Así, en el quinquenio 1786-1790, del total de las exportaciones de las localidades dependientes de la Aduana de El Puerto de Santa María (El Puerto de Santa María, Jerez, Sanlúcar y Rota) el 78,5% fue para el extranjero, sobre todo para las Islas Británicas (el 66%) mientras que el mercado colonial americano, con 2.000 botas (10.000hl), supuso el 21,5% de las exportaciones (Maldonado Rosso, 1999, p. 315). Salvo J. Maldonado que intuye que las excolonias británicas pudieron absorber alguna parte de las exportaciones, el resto de los autores que han analizado la comercialización de los vinos de Jerez en estas fechas no contemplan en sus análisis el mercado estadounidense.

Afortunadamente las estadísticas que publicó Adam Seybert en 1818 proporcionan una serie muy completa de las importaciones de vinos realizadas por Estados Unidos entre 1791 y 1816, y esto permitirá acabar con las lagunas sobre la relevancia del mercado estadounidense en las exportaciones de vinos de Jerez, aportando una visión en el largo plazo sobre el interés de este mercado por estos vinos y el impacto que las transformaciones de la vinatería jerezana tuvieron en dichas exportaciones.

Antes de entrar a analizar estas series habría que hacer varias consideraciones. Las estadísticas acerca de las importaciones estadounidenses recogen de manera explícita distintas denominaciones de vinos. Para los años 1789 a 1794 Adam Seybert recoge información sobre el Madeira y sus 3 calidades, Sherry, St. Lucar, Lisbon, Oporto, Tenerife and Fayal, y All other wines. A partir de 1794, sin embargo, reduce los tipos de vinos considerados, agregándolos de la siguiente manera: Malmsey, Madeira, & c; Burgundy, Champaign & c; Sherry and St. Lucar y All other. Con esta nueva organización observamos en primer lugar cómo la partida de vino correspondiente al vino de Madeira crece considerablemente pasando de los 345.388 galones en 1794 a los 524.697 en el año que va del 1 de octubre de 1794 al 30 de septiembre de 1795, probablemente debido a que junto a la denominación madeira se reúnen ahora otros vinos portugueses. También es probable que el efecto del cambio en la contabilidad afectase a los datos, solapándose los correspondientes al último trimestre de 1794 (tablas 1 y 2). Los vinos de Borgoña y de Champaign se incorporan a la contabilidad pero combinados, con cantidades muy inferiores a los de los demás vinos. Los vinos Sherry and St. Lucar, cuyas cantidades aparecían por separado, se presentan a partir de entonces agregados. Así pues, para normalizar la serie he sumado los datos de ambos tipos de vinos (Sherry y St. Lucar) en el periodo anterior, 1791-1794. No conozco las razones que llevaron a presentar conjuntamente los 2 tipos de vinos a partir de 1794; probablemente el cambio obedeció a razones de simplificación de las tablas estadísticas. Por último, en la categoría all other, es posible que a partir de 1794 se englobaran los vinos que entre 1789 y 1794 se presentaban por separado, como el Lisbon, Oporto, Tenerife and Fayal y Malaga.

Tabla 1.

Importaciones de vino realizadas por Estados Unidos, 1789-1824 (medias quinquenales en hectolitros)

  Promedio quinquenal
Años  Madeira  Sherry y St. Lucar  Otros vinos  Total 
1789-1793  10.331  6.604  30.981  45.275 
1793-1798  16.654  14.486  72.105  103.245 
1799-1803  10.644  17.917  84.861  113.422 
1804-1808  15.431  16.805  182.941  215.178 
1809-1813  9.669  7.391  51.428  68.488 
1814-1813  7.709  3.823  91.899  101.933 
1815-1819  6.542  1.078  107.398  115.017 
1820-1.824  4.917  997  104.903  111.076 

Fuente: Los datos de 1789-1815 5 han sido elaborados a partir de Seybert (1818, pp. 158-171) y los correspondientes a los años 1816-1824, se han obtenido a partir de las estadísticas publicadas por el Departamento del Tesoro en 182.

Tabla 2.

Importaciones de vinos de Jerez y Sanlúcar realizadas por Estados Unidos, 1791-1800 (en hectolitros)

Años  Sherry  Sanlúcar 
1791  2.313   
1792  9.611  216 
1793  7.148  522 
1794  10.998  779 
Oct 1794-Sep 1795  16.262   
1795-1796  21.751   
1796-1797  17.804   
1797-1798  4.837   
1798-1799  26.337   
1799-1800  19.524   

Fuente: (Seybert, 1818, p. 158).

En las tablas estadísticas de A. Seybert y en las del Departamento del Tesoro, la medida de capacidad empleada es el galón. No obstante, dado que la mayor parte de los datos disponibles hasta el momento están en hectolitros, con el fin de facilitar las comparaciones que pudiesen realizarse con las exportaciones de otras zonas vitivinícolas, he convertido a esta medida todas las cantidades9. De modo que se ofrecerán los datos en las 2 magnitudes: galones y hectolitros.

Otra cuestión a tener en cuenta a la hora de interpretar estas estadísticas es que a partir de 1794 los años contables son años fiscales, de modo que se contabilizan desde el 1 de octubre de cada año hasta el 30 de septiembre del siguiente, por tanto se puede dar la circunstancia que cuando se hace referencia a años naturales se puedan solapar datos. Así, por ejemplo, las cifras correspondientes al último trimestre de 1794 pueden estar contabilizadas 2 veces, en 1794 y en 1794-1795.

Finalmente, los datos correspondientes al periodo 1816-1824 proceden de los resúmenes que el Departamento del Tesoro hizo en 1825, recogiendo las importaciones de los vinos que pagaban un impuesto de importación específico y en los que el Sherry y el St. Lucar aparecen también sumados10.

Teniendo en cuenta todas estas consideraciones, el análisis de las tablas y de los gráficos resultantes muestra cómo a partir de 1791 las importaciones de vinos en Estados Unidos crecieron aunque sin que supusieran una competencia para las bebidas alcohólicas destiladas. Esta evolución positiva de las importaciones de vinos esconde distintas casuísticas que es necesario analizar, para situar correctamente la demanda de Sherry con relación a otros tipos de vinos. Inicialmente, según las estadísticas, parece que el vino más demandado era el Tenerife, seguido del madeira, del Sherry y el Lisbon. Esta predilección por el vino canario en el mercado anglosajón no es nueva. En la segunda mitad del siglo xvii Martínez Ruiz señala cómo el vino canario era el más demandado en el mercado de Londres llegando a representar más de la mitad de las importaciones de vinos españoles (Martínez Ruiz, 2016) y durante el siglo xviii, Lydon recoge numerosas noticias sobre el interés del mercado de las Trece Colonias por los vinos canarios (Lydon, 2008). Sin embargo, la reforma arancelaria de 1793 supondrá un cambio en la correlación de las distintas denominaciones porque a partir de entonces se gravará especialmente a los vinos españoles, especialmente a los vinos más baratos que eran el tenerife y el málaga. Con los nuevos aranceles (que más adelante analizaremos) las importaciones de vino de Tenerife caerán considerablemente respecto al madeira y al jerez como puede apreciarse en la tabla 3, manteniendo estos últimos una evolución positiva a lo largo del periodo, llegando entre 1796 y 1809 el vino de Jerez a conquistar parte del mercado del madeira.

Tabla 3.

Cuantía y valor de las importaciones estadounidenses de vinos españoles, portugueses y franceses entre 1802 y 1804

Tipos de vinos  Cantidades en galonesValor en dólaresPrecio venta dólar/galón
  1802  1803  1804  1802  1803  1804  1802  1803  1804 
Sherry y St. Lucar  509.644  402.023  533.944  662.537a  522.620a  699.467a  1,30  1,30  1,31 
Tenerife  192.770  144.569  314.944  188.212  130.822  266.213  0,98  0,90  0,85 
Otros vinos peninsulares  445.913  388.538  252.061  289.773  270.931  136.631  0,65  0,70  0,54 
Total España  1.148.327  935.130  1.100.949  1.140.522  924.373  1.102.321  0,99  0,99  1,00 
%Sherry  44  43  48  58  57  63       
% Tenerife  17  15  29  17  14  24       
                   
Lisbon, Oporto y otros  338.705  154.855  190.312  305.328  140.183  171.558  0,90  0,91  0,90 
Fayal y Azores  16.628  8.412  10.633  14.052  7.068  8.907  0,85  0,84  0,84 
Madeira  207.001  327.636  424.105  329.473  526.782  688.434  1,59  1,61  1,62 
Total Portugal  562.334  490.903  625.050  648.853  674.033  868.899  1,15  1,37  1,39 
                   
Total Francia  1.084.640  337.534  2.149.344  793.512  247.084  1.533.143  0,73  0,73  0,71 
a

El valor del Sherry ha sido estimado considerando los precios publicados en la prensa de Filadelfia en esas mismas fechas y recogidos en la tabla 4.

En la figura 1 el gráfico muestra cómo las exportaciones de vinos de Jerez se incrementaron especialmente a partir de la década de los noventa del siglo xviii en consonancia con el aumento de las importaciones estadounidenses representadas en el gráfico de la figura 2. La demanda de los vinos del Marco de Jerez (Sherry y St. Lucar) se incrementó de manera excepcional durante la última década del siglo xviii y a lo largo del primer decenio del siglo xix. Como puede observarse, los años noventa fueron especialmente favorables, ya que a partir de 1791, el primer año en el que se registra la introducción de Sherry, las importaciones empiezan a crecer, pasando de 2.300hl hasta cantidades verdaderamente importantes como los 26.337hl de 1799, siendo así que en el periodo 1791-1800 se exportaron a Estados Unidos 3.037.878 galones (138.101hl), con un promedio de 280.728 galones (12.762hl) anuales. Algunos años de este periodo son especialmente favorables, como 1798-1799, momento en el que las importaciones de Sherry llegan a representar el 28% de los vinos que llegaron a Estados Unidos, probablemente como consecuencia de la demanda acumulada tras las dificultades del año anterior, provocadas por el bloqueo de los puertos de la bahía de Cádiz por la marina inglesa. En ese año, según J. Maldonado, las exportaciones de vinos de Jerez ascendieron a 72.480hl, se puede, por tanto, afirmar que el mercado estadounidense llegó a representar en ese año un 36,5% de cuota de mercado.

Figura 1.

Exportaciones de vinos de Jerez de la Frontera (1784-1821).

Fuente: Maldonado Rosso (1999, p. 304).

(0.07MB).
Figura 2.

Evolución de las importaciones de vinos realizadas por Estados Unidos entre 1789 y 1824, en promedios quinquenales.

Fuente: Para el periodo 1789-1815, Seybert (1818, pp. 158-171). y para los años 1816 a 1824 Treasury Department, Register's Office, December 29, 1825.

(0.12MB).

Sin embargo, en esta etapa, a pesar de la tendencia claramente positiva, surgen 2 momentos en los que se producen descensos bruscos en la serie correspondiente al Sherry, uno en 1797 y otro en 1800, y que pueden justificarse por la suma de varias circunstancias. Por un lado, el bloqueo inglés de los puertos de la bahía de Cádiz a partir de finales de 1796, a lo que habría que unir el «pánico de 1796-1797» provocado por la suspensión de pagos del Banco de Inglaterra en 1797 (The Bank Restriction Act) (Chew, 2005). El colapso financiero que se produjo deshizo la red de crédito tejida a ambos lados del Atlántico de la que muchos comerciantes dependían, dando lugar a bancarrotas en los puertos estadounidenses más importantes. Además habría que considerar también las malas cosechas de los años 1800 y 1801 (Maldonado Rosso, 1999, p. 305), junto a los episodios de fiebre amarilla que se vivieron a uno y otro lado del Atlántico11.

En términos generales los conflictos con Inglaterra en los años finales del siglo xviii tuvieron una escasa incidencia en las importaciones de vino estadounidenses. La misma impresión se desprende cuando se observa la evolución de las importaciones de vino español que Inglaterra realizó en esos mismos años (fig. 3) (Schumpeter, 1960, pp. 57-59). Salvo la caída de 1797 y 1798, el resto de la serie hasta 1808 siguió una tendencia creciente. Por tanto, parece que los cambios que se dieron en la comercialización de los vinos de Jerez fueron al mismo tiempo la causa y la consecuencia de un aumento sin precedentes en las exportaciones, ya que al incremento constante de las importaciones británicas hubo que añadir las importaciones estadounidenses crecientes entre 1791 y 1811. Por tanto, no es posible considerar las importaciones estadounidenses de vino de Jerez como una demanda subsidiaria de una posible disminución de la demanda británica.

Figura 3.

Evolución de las importaciones de vino español en el mercado británico, 1780-1808.

Fuente: Schumpeter (1960, pp. 57 y 59, tablas XVI y XVII).

(0.09MB).

El incremento de las importaciones de vinos por parte de Estados Unidos está directamente relacionado con el aumento del comercio estadounidense durante estos años de conflictos recurrentes (guerras napoleónicas). Su condición de nación neutral facilitó las exportaciones a los mercados europeos y coloniales con una flota mercante creciente que prácticamente dobló su tonelaje entre 1793 y 180012 (Williams, 2009). Por tanto, habría que preguntarse si el incremento de las importaciones de vinos estuvo directamente relacionado con el consumo de estos vinos en el mercado estadounidense o con su condición de neutrales y de distribuidores universales en estos años de conflictos bélicos.

En la primera década del siglo xix y superado el descenso de 1800-1801 las importaciones de vino de Jerez continúan en valores absolutos elevados, ligeramente superiores a los de la década anterior, situándose el valor acumulado entre 1801 y 1810 en 3.510.023 galones (159.565hl), con una media anual para el periodo de 351.002 galones (15.956hl). Los 25.258hl que entraron en el año 1809, el pico de la serie durante el siglo xix, es fruto de la intensidad de los intercambios en estos años inmediatamente anteriores al asedio de Cádiz por los franceses. Sin embargo, en estos años, la representatividad del Sherry en relación con el resto de los vinos importados en Estados Unidos disminuye notablemente debido al incremento de la llegada de todo tipo de vinos a Estados Unidos, pero sobre todo de vinos más baratos.

Finalmente, los años que van de 1810 a 1824 suponen un declive paulatino de las importaciones estadounidenses de Sherry que se refleja en la pérdida de cuota de mercado de los vinos de Jerez en Estados Unidos, ya que en el mismo año de 1810 se importaron 6.557hl, mientras que las exportaciones de vino de Jerez ascendieron a 65.000hl (Maldonado Rosso, 1999, p. 304) lo que significaba que el mercado estadounidense representaba tan solo el 10% de las exportaciones. Así, para este periodo de 15 años solo llegaron 665.065 galones (30.234hl), con una media anual de 47.505 galones (2.159hl). Se trata de un periodo muy irregular afectado por un lado por la guerra de la Independencia en España y, por otro, por la guerra entre Estados Unidos y Reino Unido entre 1812 y 1814. No cabe duda de que la invasión francesa supuso un freno a las importaciones de vinos del Marco de Jerez, tal y como puede observarse en el gráfico de la figura 4. Los propios cosecheros y bodegueros se lamentaban cómo en 1810 la orden del mariscal Soult de secuestrar y enajenar las propiedades de los vecinos de Cádiz en las poblaciones de Sanlúcar, Jerez y El Puerto de Santa María había supuesto la ruina de muchos. En ese año, fueron varios los comerciantes y cosecheros que solicitaron pasaportes para poder salir de Cádiz e intentar salvar o extraer sus vinos. Benito de la Piedra, con establecimientos de bodegas en estas 3 poblaciones, solicitó uno de estos pasaportes para «enviar a alguna persona de conocida probidad y prudencia, que eludiesen las miras del enemigo, pudieran pasar a aquellos parajes, bajo pretexto de hacer expediciones a los puertos de la Península ocupados por él (enemigo), o a los Estados Unidos de América, cuyo plan lejos de perjudicar nuestra causa común, proporcionaría el surtimiento del renglón de vinos así a los ejércitos como al público»13.

Figura 4.

Importaciones anuales de vino realizadas por Estados Unidos, 1789-1824 (en hectolitros).

Fuente: Para el periodo 1789-1815, Sybert, 1818, pp. 158-171 y para los años 1816 a 1824 Treasury Department, Register's Office, December 29, 1825

(0.17MB).

Si bien los periodos bélicos pudieron ser en buena parte los causantes de esta caída tan dramática de las importaciones estadounidenses de vino de Jerez, es muy probable que hubiera otros motivos que contribuyeran a este hundimiento. Una de estas razones puede tener que ver con la llegada masiva de otro tipo de vinos más baratos, como los vinos franceses, una vez que se restableció la paz en Europa a partir de 1814. Pero también pudo contribuir a esta evolución las medidas proteccionistas adoptadas por el gobierno estadounidense con la consiguiente elevación de las tasas de importación tanto del vino de Jerez como del madeira, cuya evolución, por otro lado y como puede apreciarse (figs. 2 y 4) fue muy similar en esta etapa.

Sean razones de tipo fiscal o precios altos, lo que pone de manifiesto esta evolución es que la demanda estadounidense se contrajo notablemente para los vinos del Marco de Jerez y los de Madeira a partir de 1814. Esta desafección hacia los primeros puede rastrearse más allá de la fecha límite de este trabajo. Las listas anuales de exportaciones de vinos de Jerez de la Frontera y El Puerto de Santa María correspondientes al periodo 1841-1850, que analiza J. Maldonado, muestran un volumen de exportaciones a Estados Unidos muy similar a los datos aquí presentados a partir del año 1810 (Maldonado Rosso, 1998, p. 165).

Así pues, observando con detalle las cifras de la tabla 1, en la última década del siglo xviii y en la primera del siglo xix los vinos más caros, como el madeira y el Sherry, ocuparon un lugar relevante en las adquisiciones estadounidenses, al tiempo que la introducción de otro tipo de vinos más baratos crecía a partir de 1804. Desde 1808 y hasta 1814 las importaciones de vinos sufrieron un descenso considerable, hasta el punto de que las llegadas de madeira y jerez disminuyeron proporcionalmente mucho más que las llegadas de otros tipos de vinos. La caída de las importaciones de vinos en estos años pudo estar determinada por la guerra entre Francia e Inglaterra y el conflicto entre Estados Unidos y Reino Unido. En este último conflicto, buena parte de la flota mercante estadounidense fue víctima de los ataques de la marina y de los corsarios británicos. En 1815, cuando se normaliza la situación internacional, la demanda estadounidense de vinos se recupera, pero esa recuperación no afectaría, como se ha señalado, a los vinos de Madeira y al sherry. La disminución de la demanda de estos últimos y la tendencia al aumento de la importación de otros vinos pueden hacer pensar en cambios en los gustos de consumo en Estados Unidos hacia vinos más baratos y menos gravados fiscalmente como los franceses.

Llegados aquí podríamos plantearnos 2 cuestiones, en primer lugar, si los vinos de Jerez que llegaron a Estados Unidos fueron elaborados en la zona del Marco de Jerez, y en segundo lugar, si dichos vinos salieron únicamente de los puertos de la bahía de Cádiz o fueron reexportados desde otros puertos españoles, portugueses o británicos. La primera pregunta tiene fácil respuesta pues parece que la producción de este tipo de vinos, fuera de la zona del Marco de de Jerez, tiene lugar solo a partir de 1860 como consecuencia de los altos precios que este tipo de vinos tenían en Londres (Simpson, 1985, p. 171). Sin embargo, concretar qué puertos estuvieron vinculados a la exportación de vinos de Jerez a Estados Unidos resulta más complicado. Los datos sobre el tráfico del puerto de Cádiz publicados en el Diario de la Vigía14 pueden servir de gran ayuda para poder determinar el origen del vino que llegó a Estados Unidos (Carrasco-González, 2016). El gráfico de la figura 5 muestra el movimiento del tráfico de entrada de embarcaciones estadounidenses para el periodo 1791-1820 junto con la evolución de las importaciones de vino de Jerez en ese mismo periodo. Puede observarse cómo ambas curvas trazan caminos similares con ligeras diferencias correspondientes a los años 1810 y 1811, en los que la ciudad de Cádiz permaneció sitiada por los franceses, y cómo en esos años si bien no salió vino, en cambio siguieron llegando barcos cargados de provisiones, particularmente harinas. Así pues, este gráfico parece corroborar la hipótesis de que el vino del Marco de Jerez salía principalmente por el puerto de Cádiz. No obstante, es posible que otros puertos exportaran también vinos de Jerez. Solo conozco la dinámica del tráfico del puerto de Filadelfia15, y considerando esta, puedo afirmar que ningún barco procedente de puertos españoles o portugueses entraron con Sherry, a excepción, por supuesto de los barcos procedentes de Cádiz, y alguno de Tenerife16 cuando hacía escala en este último puerto. Sin embargo, no puedo asegurar que no llegase vino de Jerez a través de algún puerto británico. Solo he consultado las llegadas de embarcaciones desde Gibraltar al puerto de Filadelfia, donde se embarcaron pequeñas cantidades de Sherry17 y desde donde probablemente la reexportación de vinos era habitual ya que circulaban por la plaza listas de mercancías de importación/exportación donde figuraban los precios de vinos como el malaga wine, old sherry y catalonia red wine18.

Figura 5.

Movimiento del tráfico de embarcaciones estadounidenses en el puerto de Cádiz y evolución de las importaciones de vino de Jerez entre 1791 y 1820.

Fuente: Diario Marítimo de la Vigía 1791-1820.

(0.13MB).
4Las reexportaciones de vinos desde el mercado estadounidense

Hasta aquí se ha considerado que la demanda estadounidense es la causa última que justifica las importaciones de Sherry y St. Lucar y otros vinos. Sin embargo, a través de los datos estadísticos recopilados del trabajo de Seybert19, es posible tener en cuenta también las reexportaciones, es decir la parte del vino que llegaba a Estados Unidos y que después era distribuido en otros mercados, por los mercaderes americanos, utilizando sus redes comerciales. No he podido obtener datos acerca de su destino, pero dado el colapso de las restricciones mercantilistas en el comercio con las colonias europeas debido a las guerras revolucionarias y napoleónicas, surgirá una demanda creciente de productos estadounidenses en Suramérica y el Caribe, aprovechada por los mismos comerciantes para la reexportación de productos europeos. Según señala Seybert, estas reexportaciones aumentaron desde 1795 de manera constante, llegando en el año 1805 a cifras máximas para el periodo comprendido entre 1795 y 181520 (Seybert, 1818, p. 61). Coatswort, además, ha puesto de manifiesto la relación entre el crecimiento de las exportaciones estadounidenses de productos nacionales y las reexportaciones de productos extranjeros a esos mercados entre 1790 y 1812 (Coatswort, 1967, pp. 243-266).

Entre 1804 y 1807 las reexportaciones desde Estados Unidos a las colonias españolas crecieron un 839,3%; en 1806, un 73,5% y entre 1808 y 1811 solo un 12% (Coatswort, 1967, p. 258). Las colonias francesas, y especialmente Santo Domingo, quedaron muy por detrás de las españolas durante estos años. Según Coatswort este comercio de reexportación fue uno de los causantes de la expansión del comercio estadounidense en la región.

Los porcentajes recogidos en la tabla 5 revelan que entre 1805 y 1811, aumentó el volumen de reexportación de vinos, en consonancia con el aumento de la demanda de todo tipo de productos por parte de las colonias españolas del Caribe y del continente Suramericano. De hecho entre 1806 y 1808 los comerciantes estadounidenses no tuvieron obstáculos significativos para lograr la introducción de importantes cantidades de mercancías en Nueva España, y al mismo tiempo extraer una gran cantidad de plata y materias primas desde Veracruz (Trujillo Bolio, 2009, p. 21). También es entre 1806 y 1810 cuando el tráfico estadounidense con Montevideo y Buenos Aires se intensifica pasando de los 10 barcos anuales de 1799 a una media de 42 en 1806 y 1807 (Coatswort, 1967, p. 255). Además el bloqueo continental de Napoleón pudo facilitar la reexportación de mercancías desde puertos estadounidenses a puertos europeos entre los que no parece que estaban los británicos, dado el incremento de la llegada de vinos españoles al Reino Unido en estos años.

Tabla 4.

Precios de los vinos en dólares en los puertos estadounidenses según el periódico The United States Gazzette

Calidades de vinos  1804  1805  1806  1807 
Madeira (London part.)
en galones 
2,66-3  2,50-3  2,50-3  2,33 
Madeira (London market) en galones  2,20-2,50  1,50-2,10  1,60-2,10  2,33-2,67 
Lisbon en pipas  1,60-1,70  1,30-1,40  1,70  1,55-1,60 
Sherry en galones  1,25-1,40  1,27-1,35  1,27  1,20-1,25 
Tenerife par. en galones  1,20  1,20-1,25  1,20  1,00-1,10 
Malaga en galones  0,95-1    0,90-1  0,85-0,70 
Fayal en galones         
Port en galones  1,13-1,40  1,13  1,13-1,50  1,50 
Tabla 5.

Porcentaje de reexportaciones estadounidenses de vino a otros mercados, 1802-1817

Años  % Sherry  % Madeira  % Otros vinos 
1802-03  10  17 
1803-04  13  44 
1804-05  40  55 
1805-06  19  15  93 
1806-07  17  20  52 
1807-08  36 
1808-09  87 
1809-10  18  14  16 
1810-11  10  12  18 
1811-12  15 
1812-13  13 
1813-14 
1814-15  29  13 
1816  12  19 
1817  77  10  44 

Fuente: (Seybert, 1818, pp. 114-115).

La tabla 5 muestra el incremento de las reexportaciones de vinos que se produjo entre 1804 y 1807, y especialmente del madeira y «otros», siendo el vino de Jerez el menos reexportado y, por tanto, sus importaciones a Estados Unidos podrían estar más directamente relacionadas con el consumo interior que en el caso de los demás vinos.

Entre 1802 y 1817 se reexportaron 304.738 galones de Sherry y St. Lucar (15.853hl) o lo que es lo mismo un 7,6% de lo que había importado Estados Unidos, con una media anual de 25.394 galones (1.154hl); cifra esta que no es muy significativa ya que entre 1811-1812 y 1813-1815 no hubo reexportaciones debido al conflicto entre Estados Unidos y Reino Unido. Sin embargo, en 1817 resulta revelador que prácticamente todo el vino que salió del Marco de Jerez con destino a Estados Unidos fue reexportado (un 77%); probablemente el mercado mexicano y las colonias españolas del Caribe y del continente suramericano pudieron ser las receptores de estas reexportaciones poniendo así de manifiesto las difíciles relaciones comerciales entre España y sus colonias rebeldes en 1816 y 1817. En esos años el corso insurgente infestaba las aguas atlánticas y caribeñas, obstaculizando el comercio procedente de España.

En general los años en que más vino de Jerez se importa a Estados Unidos coinciden en el siguiente año fiscal con un aumento de las reexportaciones. Así, si entre 1802-1803 y 1806-1807 las llegadas de Sherry y St. Lucar representaban el 18,3; 12,4; y el 6,4%, las reexportaciones, con un desfase de unos meses, se situaron en el 9, 19 y 17%. Lo mismo sucede para el madeira y el resto de vinos, aunque los porcentajes de ambos son mucho mayores.

A tenor de estos datos podría concluirse que los vinos portugueses y franceses fueron más proclives a la reexportación que el vino de Jerez, y que por tanto, el aumento de las importaciones de aquellos vinos entre 1804 y 1808 responden a un incremento de su distribución a otros mercados en mucha mayor medida que en el caso del vino de Jerez.

5El valor de las importaciones de vino del Marco de Jerez a Estados Unidos

Una vez analizada la dinámica de las importaciones de los vinos de Jerez y Sanlúcar, sería también de gran utilidad conocer su participación y su valor en el conjunto de las importaciones de vinos españoles a Estados Unidos, al tiempo que es posible también compararlas con llegadas de vinos franceses y portugueses en esos mismos años. Ello solo es posible para los años 1802, 1803 y 1804 sobre los que Adam Seybert proporciona algunos datos.

Según revelan las cifras consignadas en la tabla 3, los vinos de Jerez y Sanlúcar fueron los más demandados por los comerciantes estadounidenses, representando en cada uno de los años más del 40% de los vinos españoles importados por Estados Unidos. Parece que en los años 1802 y 1803 los vinos de Jerez se comercializaron mejor que los distintos vinos portugueses y franceses, aunque en 1804 la balanza se decantó del lado francés, pues fue desde Francia desde donde llegaron la mayor parte de los vinos importados por los Estados Unidos. Similar evolución positiva mantiene el vino de Tenerife cuya demanda crece en esos años pasando de valores inferiores al 20% en 1802 y 1803 a representar en 1804 casi el 30% de las importaciones de vino españolas.

Los datos recogidos en la tabla 3 pueden servir para afinar las conclusiones obtenidas de la tabla 1 en relación con el incremento en las importaciones estadounidenses de vino que se produce en 1804. Ese aumento que puede observarse en los gráficos de las figuras 2 y 4 revela que dicho crecimiento se debió a la mayor presencia de vinos franceses. Es cierto que todos los vinos sufren en ese año un incremento, pero nada comparable con el de los vinos franceses que en 1804 multiplican por 2 las cifras de 1802. La razón de este súbito interés por el vino independientemente de su origen en el mercado estadounidense parece estar en su distribución. Los porcentajes de la tabla 5 donde se recogen las reexportaciones pueden arrojar luz para comprender las razones de este crecimiento. Entre 1804 y 1806 las reexportaciones crecieron de manera que más del 50% del vino importado en el caso de «otros vinos» (entre los que se incluiría los vinos franceses) eran distribuidos posteriormente desde Estados Unidos a otros mercados.

El coste más elevado de los vinos del Marco de Jerez respecto al resto de vinos españoles queda reflejado también en los datos de la tabla 3 donde la participación del jerez es muy superior a la de cualquier otro vino español, representando entre el 57% y el 63% del valor de los vinos importados desde España a Estados Unidos. El precio por galón permite apreciar el importe mayor de los vinos de Madeira y de los vinos de Jerez y Sanlúcar, respecto al resto de los vinos. Luego podríamos concluir también que el incremento de las importaciones de vinos en 1804 se pudo deber a la reexportación de los vinos más baratos, como los franceses. Esta situación que se manifiesta en 1804, se convertirá en una tendencia a partir de 1811, cuando disminuya el interés de la demanda estadounidense por los vinos de Jerez y Madeira frente a los vinos franceses, más baratos y que serán regularmente reexportados.

6Precio, aranceles y calidad de los vinos del Marco Jerez en Estados Unidos

Los precios del vino de Jerez y Sanlúcar en el mercado estadounidense estaban entre los más elevados si consideramos las listas de precios corrientes publicados en la prensa. Las noticias sobre precios y calidades de los vinos son escasas y solo en casos puntuales disponemos de información sobre estas 2 variables al mismo tiempo. En la contabilidad comercial de algunos mercaderes se recogen precios del Sherry desde 1785. En ese año, por ejemplo, George Meade comerciante de Filadelfia facturó a los señores Coxe y Frazier un quarter cask of sherry wine (31,5 galones) al precio de 0,38 libras el galón, por un importe total de 12,12 libras esterlinas21. En el libro de recibos de Thomas Morgan, otro comerciante de Filadelfia, se encuentran también algunos apuntes sobre partidas de vino de Jerez, pero solamente en una de ellas figura la cantidad y el valor. Se trata de la anotación fechada el 17 de marzo de 1800 en la que se explica que Thomas Morgan hizo efectivo un pagaré de 677 dólares y 73 centavos a favor de Pettit and Bayard de Filadelfia por la compra de 20 quarters casks de sherry wine22, sin hacer referencia alguna a la calidad del vino.

Lo cierto es que las menciones al vino de Jerez en la contabilidad comercial de los mercaderes de Filadelfia son escasísimas, sin embargo, las indicaciones sobre los vinos portugueses, especialmente el Madeira y el Lisbon, son abundantes, y no solo en la contabilidad también en la correspondencia comercial. Algo parecido sucede en la documentación de la Custom House de Filadelfia, en la que el grueso de la documentación lo constituyen los manifiestos de carga de los barcos que entraban y salían del puerto de Filadelfia. Existe un número considerable de embarcaciones de Madeira, Lisboa e incluso Tenerife que entraron en Filadelfia con vino procedente de estos puertos, sin embargo, la proporción de barcos originarios del puerto de Cádiz con vino de Jerez fue notablemente menor, lo que podría indicar que fueron otros puertos estadounidenses los que concentraron la mayor parte de la demanda del jerez. Todo ello dificulta sobremanera establecer, no ya una serie de precios, que a la vista está, es imposible, sino noticias más o menos coherentes sobre los precios en origen y en destino de los vinos. A falta de documentos contables, la prensa comercial puede servir como fuente sustitutiva y como orientación del estado de los precios en el mercado estadounidense. Los periódicos con información comercial incluían los precios corrientes de las mercancías que llegaban a los puertos estadounidenses. Entre 1804 y 1807 The United States Gazzette publicó listas de productos con sus precios y las tasas que se les aplicaban. Con respecto al vino se anunciaban los precios recogidos en la tabla 4:

Según esta referencia, los precios de venta del Sherry en los puertos estadounidenses entre 1804 y 1807 se mantuvieron alrededor de un dólar y 25 centavos, sin especificarse calidades, como sí sucedía, en cambio, con el vino de Madeira, del que siempre se especificaban al menos 2 calidades, lo que puede llevar a pensar que la importación de jerez a Estados Unidos respondía a calidades uniformes, calidades estándar, cuyos precios oscilaban entre un dólar y 20 centavos y un dólar y 35 centavos por galón. Es probable que los vinos de Jerez de mayor calidad, los más viejos, se importaran solo en pequeñas cantidades y bajo pedido, por eso sus precios no se recogían en la prensa periódica comercial donde solo figuran los productos corrientes y con demanda sostenida. Cuando Thomas Jefferson encarga vino de Jerez a comerciantes de vino de Filadelfia, especifica con claridad el tipo de vino que desea y sus características. Suelen ser pequeñas cantidades de calidad superior, por eso el precio se eleva considerablemente. En 1815 Henry Sheaff, vendió a Thomas Jefferson un quarter cask de sherry seco (dry sherry) cuyo precio estaba en 2,75 dólares por galón23.

Los precios en origen son otra de las incógnitas por resolver. Parece según señala Javier Maldonado que los precios de exportación eran establecidos por las grandes casas extractoras de Jerez y El Puerto de Santa María (Maldonado Rosso, 1999, p. 318). Igual que con las calidades o los precios de venta en Estados Unidos, solo he hallado noticias fragmentarias que recogen algunos precios a los que los comerciantes de vinos estadounidenses adquirieron los vinos de Jerez. En un artículo publicado en Filadelfia en The Pennsylvania Packet and Daily Advertiser un correspondiente anónimo se quejaba en noviembre de 1784 de los precios excesivamente elevados a los que los cosecheros vendían sus caldos. Según este informante los precios de los vinos de Jerez oscilaban, en función de las calidades, entre los 120 y los 170 dólares por bota24. Unos años después, en 1793, en un memorándum que escribe el comerciante de Filadelfia Henry Sheaff a Thomas Jefferson dándole cuenta de todas las calidades y precios de vino que se importan desde Europa, le explica que «los mejores precios del jerez seco en Cádiz, se pagan entre 80 y 90 dólares por bota. Pero «cuando es el viejo y fino, el que se envía al mercado de Londres, cuesta 30 libras por bota»25. Solo he podido localizar una factura donde figuren distintas calidades de vinos de Jerez junto a sus precios, incluyendo además el precio del seguro. Se trata del pedido de vinos que en 1802 hizo Thomas Jefferson a Joseph Iznardy, cosechero gaditano y cónsul de Estados Unidos en Cádiz, donde figuran 3 calidades de Sherry, a saber, el Sherry 10 years equal to the London Marquet, el Natural sherry y el Sherry color y cuyos precios por bota eran, 188, 84 y 94 dólares respectivamente. En la factura que ascendía a 590 dólares y 72 centavos, se incluía también una bota de paxarete cuyo precio era de 200 dólares. El pedido se aseguró por 6.000 dólares, con una prima del 4%, que importó 22 dólares y 72 centavos26.

En 1801, en la correspondencia de John Clifford, comerciante de Filadelfia, se encuentra una relación de los precios corrientes de mercancías que podían interesar a los mercaderes estadounidenses en Gibraltar y en dicha lista figura el precio del Sherry en ese puerto. Podríamos considerar que los precios en Gibraltar no estarían demasiado alejados de los que el jerez alcanzaba en Cádiz, por lo que pueden servir de referencia. Así pues, en la carta remitida el 2 de julio de 1801, Tumbull, Forbes and Company de Gibraltar, informan a John Clifford, que el precio de un quarter cask de sherry de 2 años (2 years old) cuesta entre 33 y 36 dólares (un dólar por galón aproximadamente), mientras el Málaga también de 2 años estaba en 14 dólares por quarter cask27.

Parece, que los precios elevados del año 1784 se moderaron en los inicios de la década de los 90 del siglo xviii para volver a subir a finales del siglo o principios del siglo xix como puede deducirse de algunos testimonios conservados en las facturas que acompañaban a los manifiestos de carga. Efectivamente, en estos documentos, conservados en los Archivos Nacionales estadounidenses28, se pueden encontrar en ocasiones los precios de compra en Cádiz de las partidas de vino consignadas y cargadas en los navíos con destino a Estados Unidos. En septiembre de 1809, entró en el puerto de Filadelfia procedente de Cádiz el barco americano Anthony Magin, cuyo maestre era Alexander Thomas, con carga fundamentalmente de vino de Jerez sin especificar la calidad. Una de las partidas de Sherry wine venía consignada a Thomas Ketland comerciante de Filadelfia, y consistía en 400 quarters casks, equivalentes según la factura a 12.806 galones (570,6hl) que importaron 8.800 dólares. Otra de las partidas venía consignada a William Waln, también comerciante en Filadelfia e importador de vinos, no solo del Marco de Jerez, sino vinos de Lisboa y de Madeira. William Waln llevaba consignados 600 quarters casks de Sherry wine, que equivalían a 19.200 galones (872,8hl) y que importaron 13.200 dólares. En los 2 casos el vino se pagó a 69 centavos por galón lo que significaba un precio aproximado por bota de 76 dólares.

Los precios consignados en los manifiestos oscilaron a lo largo del periodo. Los pocos casos en los que se señala el precio de compra del vino en estos documentos indicarían que en 1802, un año en el que las importaciones estadounidenses de vino de Jerez fueron elevadas, los precios fueron ligeramente más altos que en 1809. En diciembre de 1802 entró en Filadelfia el barco Harry procedente de Cádiz con vino y sal. Una de las partidas de 10 quarters casks, equivalente a 315 galones, venía consignada al maestre John Boyd, por los que este había pagado 220 dólares, lo que significaba un precio por galón de 70 centavos y cerca de 78 dólares por pipa. En marzo de 1810 el brig Cleopatra, de 278 toneladas, entraba en Filadelfia también procedente de Cádiz con sal, pasas y vinos. Richard W. Meade, comerciante estadounidense residente en Cádiz, cargó en ese barco 33 quarters casks de sherry wine, equivalentes a 1003 galones (45,6hl) que costaron, según la factura, 82 centavos el galón (91 dólares la pipa). En 1810 la situación de Cádiz, sitiada por los franceses, impidió que siguiera llegando con regularidad el vino de Jerez a los puertos estadounidenses. El Cleopatra cargó una quinta parte de todo el vino de Jerez que llegó a Estados Unidos en ese año (5.486 galones). El precio al que Richard W. Meade compró los más de mil galones se incrementó en un 20,5% respecto a los datos del año anterior, lo que evidenciaba las dificultades para extraer el vino y cargarlo con destino a los Estados Unidos en 1810. Un mes después, en abril de 1810, entraba también en Filadelfia el barco United States, procedente de Cádiz con 2 quarters casks o 60 galones de Sherry wine consignados a James Gordon, maestre del barco, y por los que había pagado 50 dólares, es decir, 83 centavos por galón (92 dólares la bota), lo que confirma la tendencia al incremento de los precios en origen probablemente debido a la guerra durante los años 1810 y 1811.

En los manifiestos de carga consultados no figura la calidad de los vinos de Jerez embarcados en Cádiz, ni siquiera por el sistema de numeración (Maldonado Rosso, 2014), únicamente se distingue la tipología con arreglo a las categorías existentes en la legislación estadounidense, distinguiéndose el Sherry, del St. Lucar, y el Tint o tintilla.

Junto a los precios, la evolución de los derechos que gravaban a los vinos desde los años noventa del siglo xviii pudo influir indirectamente en el volumen de las importaciones del Sherry a Estados Unidos. Según el Secretario del Tesoro, Alexander Hamilton, antes de la reforma arancelaria de 1792 los impuestos que se cargaban sobre los vinos importados se situaban entre el 200% y el 300% lo que podía ser considerado en la práctica como una prohibición. Hamilton consideraba que los vinos en general eran un producto de lujo y que, por tanto, a las clases consumidoras se les suponía capacidad económica suficiente como para pagar impuestos elevados. La adopción de medidas fiscales proteccionistas llevó a la elaboración de un catálogo de tipos de vinos a los que se aplicaría una tasa fija por galón, mientras que al resto se les asignaba un impuesto ad valorem del 40%. Las tasas más elevadas se aplicaron inicialmente al vino de Madeira, que se cargaba a su llegada a cualquier puerto norteamericano con 35 centavos por cada galón en el año 1792, mientras que el sherry solo soportaba 25 centavos por galón, y el resto de los vinos 20 centavos por galón. A partir de 1793 los aranceles se incrementaron para todos los tipos de vinos gravándose el madeira con 50 centavos por galón y el jerez 40 centavos.

La normalización fiscal de los vinos afectó al Madeira, Sherry, St.Lucar, Lisbon, Tenerife, Malaga, Fayal, Port, Claret29, de manera que a estos vinos se les aplicaba un arancel sobre el volumen. El cálculo de la tasa ad valorem equivalente utilizando los precios corrientes publicados en la National Gazette entre 1802 y 1807, permiten afirmar que los vinos más gravados eran los vinos españoles que debían pagar porcentajes superiores al 40%, mientras que los vinos portugueses se mantienen en porcentajes en torno a un 25-30% (figs. 6 y 7). La reforma propuesta por Hamilton, por tanto, afectaba especialmente a los vinos más baratos, que eran los más consumidos y que a partir de 1793 fueron los que soportaron mayor carga fiscal.

Figura 6.

Movimiento de las tasas ad valorem aplicadas a distintos tipos de vinos importados por Estados Unidos utilizando los precios mínimos recogidos en The United States Gazzette, 1802-1807.

(0.12MB).
Figura 7.

Movimiento de las tasas ad valorem aplicadas a distintos tipos de vinos importados por Estados Unidos utilizando los precios máximos recogidos en The United States Gazzette, 1802-1807.

(0.11MB).

En junio de 1807 Thomas Jefferson propuso al Secretario del Tesoro Albert Gallatin reestructurar los impuestos aplicados a los vinos, con el objetivo de equilibrarlos con respecto a la tipología que establecía la legislación fiscal estadounidense. Jefferson consideraba que la clasificación de los vinos era equivocada y proponía una nueva ordenación. La justificación para este cambio radicaba en que, según Jefferson, bajar los impuestos a los vinos más baratos redundaría en un aumento de su consumo, lo que provocaría, al mismo tiempo, una disminución del consumo de whisky. La reforma, así considerada, aportaba ciertas ventajas por 2 razones, por un lado «amentaría la recaudación» y por otro «contribuiría a la sobriedad de nuestro país»30.

La propuesta de Jefferson no fue tenida en cuenta y años más tarde la guerra con el Reino Unido entre 1812 y 1814 justificó nuevos incrementos fiscales. Sin embargo, una vez finalizado el conflicto las tarifas no regresaron a los niveles anteriores, sino que se mantuvieron elevadas para las calidades superiores del madeira y para el sherry.

7Conclusiones

El nacimiento de los Estados Unidos abrió un nuevo mercado a los vinos del Marco de Jerez. Un mercado que creció muy rápidamente en los años finales del siglo xviii y en la primera década del siglo xix. El mercado estadounidense fue especialmente favorable para los vinos de Jerez a partir de 1793 y hasta 1810. A partir de esta última fecha, la invasión francesa y la guerra entre Estados Unidos y Reino Unido supusieron un alto en la evolución creciente de las importaciones estadounidenses de vinos del Marco de Jerez que no tuvo ya vuelta atrás.

La tendencia positiva de las importaciones estadounidenses de vinos de Jerez fue paralela al aumento de las importaciones británicas de vino español, entre las que el vino de Jerez era mayoritario, de modo que se puede afirmar que la demanda estadounidense fue independiente del mercado británico, que no la sustituyó. Al contrario, el interés por el jerez a ambos lados del Atlántico contribuyó a ampliar las inversiones en la producción y comercialización de este tipo de vinos

El crecimiento de las importaciones estadounidenses de vinos, a partir de 1802, obedecieron a un incremento considerable y sostenido de las reexportaciones a otros mercados, entre los que se puede descartar el británico, dada la evolución creciente de sus importaciones directas desde España. No obstante, el vino de Jerez fue el menos afectado por la distribución posterior desde los puertos estadounidenses, probablemente porque su importación estaba más vinculada al consumo interior, que, por ejemplo, el vino de Madeira.

Las sucesivas reformas arancelarias gravaron sobre todo a los vinos españoles y a los más baratos. El vino de Jerez soportó tasas ad valorem superiores al 40% mientras que las que se cargaban al madeira no sobrepasaban el 30%. Estas tasas y la normalización de las relaciones con Francia, a partir de 1815, allanaron el camino para la entrada masiva en Estados Unidos de vinos franceses, bien para consumo, bien para su distribución a otros mercados. El descenso en las llegadas de vinos de Jerez a Estados Unidos pudo a partir de 1814, por tanto, deberse a la competencia con los vinos franceses más baratos y menos gravados fiscalmente.

Financiación

La investigación que aquí se presenta fue realizada durante una estancia como fellowship en Filadelfia en The Historical Society of Pennsylvania y en The Library Company of Philadelphia.

FuentesArchivos y Colecciones de documentos on line

Archivo Histórico Nacional, Sección Estado.

The Public Record Office, Colonial Office.

National Archives and Record Administration (Philadelphia branch) (National Archives at Philadelphia), RG 36, Record of the U.S. Customs Service. Philadelphia PA, Inward and Outward Foreign Entries, 1789-1897.

Historical Society of Pennsylvania.

Library of Congress, American Memory, American State Papers, Treasury Department.

http://founders.archives.gov

Bibliografía
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Según José Ignacio Martínez Ruiz el vino canario en la segunda mitad del siglo xvii era el vino español más apreciado en el mercado de Londres, representando más de la mitad del vino español registrado en el puerto de Londres (Martínez Ruiz, 2016, p. 20).

Letters of Delegates to Congress. Volume 14: October 1, 1779-March 31, 1780, Committee on Appeals Decree. <https: memory.loc.gov=""> . </https:>

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Freeman¿s Journal, 14 de enero de 1784.

Se hicieron varias ediciones, en 1816, 1817 y 1835.

El 75% de la producción del vino de Jerez se exportaba (González Gordon, 1970, p. 112). Según J. Simpson, entre 1817 y 1823 la producción media anual de vino en Jerez de la Frontera ascendió a 80.000 hectolitros y las exportaciones a 50.000 hectolitros (Simpson, 1985, p. 168).

Citado por J. Maldonado, que puntualiza que la cifra no solo incluye los vinos de Jerez sino también de El Puerto de Santa María (Maldonado Rosso, 1999, p. 302).

Considerando que un galón equivale a 4,546 litros.

Treasury Department, Register¿s Office, December 29, 1825. Véase, <https: memory.loc.gov="" mmem="" mlaw="" awhome.html=""> . </https:>

En 1798 hubo un nuevo brote de fiebre en algunos puertos estadounidenses y de forma marcada en Filadelfia que obligaron a los barcos procedentes de aquellos puertos a guardar largas cuarentenas cuando no se les prohibía directamente la entrada. En 1801, la epidemia se apoderó del puerto de Cádiz, forzando al desvío de algunas embarcaciones a otros puertos del litoral andaluz.

La capacidad de la flota mercante estadounidense empleada en el comercio exterior era en 1793 de 367.734 toneladas y en 1800 había crecido hasta las 667.107 toneladas.

Archivo Histórico Nacional (AHN), Estado, leg. 3110, exp. 12, n.o 41. Francisco Ryan vecino de El Puerto de Santa María y Joaquín de Marcos Manzanares vecino de Sanlúcar, entre otros, también solicitan pasaportes para acudir a El Puerto y Sanlúcar para intentar sacar sus vinos (AHN, leg. 3110, exp. 12, f. 27 y 28.)

Biblioteca Unicaja de Temas Gaditanos «Juvencio Maeztu»

Según las llegadas de embarcaciones estadounidenses al puerto de Cádiz, en la década de los noventa del siglo XVIII el puerto mejor representado era el puerto de Filadelfia. En el siglo xix el puerto de Nueva York será el origen de la mayor parte de los barcos de Estados Unidos que llegan a Cádiz, junto a Filadelfia, Baltimore, Boston, Richmond y Charleston.

El Susannah que entró en Filadelfia el 10 de octubre de 1811 procedente de Cádiz y la Orotava llevaba a bordo un quarter cask de sherry. National Archives and Record Administration (Philadelphia branch) (National Archives at Philadelphia), [NARA], RG 36, Record of the U.S. Customs Service. Philadelphia PA, Inward Foreign Entries, 1789-1897, 1059B.

Solo 2 barcos procedentes de Gibraltar entran en Filadelfia en el periodo 1793-1816 con vino de Jerez a bordo: El bergantín Belvedere el 10 de agosto de 1799 que declaraba en la aduana de Filadelfia que llevaba 15 botas de Sherry y El Spanish Lady que el 25 de enero de 1806 entró en Filadelfia con 14 quarters cask de sherry. NARA, Philadelphia, RG 36, Record of the U.S. Customs Service. Philadelphia PA, Inward Foreign Entries, 1789-1897, 1059B.

Carta de Tumbull y Co. a John Clifford fechada en Gibraltar el 24 de julio de 1801. Historical Society of Pennsylvania [HSP], Clifford Family Papers.

Los datos del Departamento del Tesoro a partir de los cuales Adam Seybert elabora sus estadísticas no discriminan hasta 1802 el valor de las exportaciones de productos nacionales (domestic produce) y de las rexportaciones de productos extranjeros (foreign produce) (Seybert, 1818, p. 61).

En 1790 Blodget estimó el valor de las mercancías reexportadas en 1.800.000 dólares (Blodget, 1806, p. 64). Seybert calculó que en 1795 las mercancías extranjeras reexportadas podían estimarse en 26.300.000 de dólares y que en 1805 alcanzaron su máximo con 60.283.236 de dólares.

El recibo es del 9 de junio de 1785. HSP, Coxe Family Papers, 1638-1970, Tench Coxe: Financial, Bill and Receips, L-M, Collection 2049.

HSP, Thomas Morgan¿s. Receipt Book, Yi2-7475D.

Carta de Thomas Jefferson a Henry Sheaff, 13 de octubre de 1815 y carta de J. Sheaff a Thomas Jefferson, 16 de octubre de 1815, <http://founders.archives.gov>.

The Pennsylvania Packet and Dayly Advertiser, 2 de noviembre de 1785, p. 3.

Memorándum de Henry Sheaff a Thomas Jefferson (after 20 February 1793), <http: founders.archives.gov=""> . Henry Sheaff era un comerciante de vinos de Filadelfia con el que Thomas Jefferson negociaba habitualmente y al que le encargaba vino. En septiembre y en noviembre de 1794 Henry Sheaff importó mercancías en los barcos </http:> Gustavus Adolphus y el Mary, y entre ellas varias partidas de Sherry, Tint (tintilla) y St. Lucar, NARA, Philadelphia, RG 36, Record of the U.S. Customs Service. Philadelphia PA, Inward Foreign Entries, 1789-1897, 1059B.

Carta de Joseph Iznardy a Thomas Jefferson, Baltimore 12 febrero 1802. http://founders.archives.gov/documents/Jefferson/.

HSP, Clifford correspondence 1788-1816, vol. 9.

NARA, Philadelphia, RG 36, Record of the U.S. Customs Service. Philadelphia PA, Inward Foreign Entries, 1789-1897, 1059B.

National Gazette (Filadelfia, Pensilvania) 22 de marzo de 1792.

«This would be a great gain to the treasury & to the sobriety of our country» en la carta de Thomas Jefferson a Albert Gallatin, 1 junio 1807. < http://founders.archives.gov>

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