No son muchas las ocasiones en las que un trabajo de investigación supone un giro sustancial a la visión principal que sostiene una disciplina. La tesis que Thomas Christiansen presentara en la London School of Economics en 2001, ahora publicada por la Sociedad Española de Historia Agraria (SEHA) dentro de sus Monografías de Historia Rural, pertenece a esta categoría. The reason why constituye una aportación indispensable a la historiografía agraria del primer franquismo, gracias a su contraste con la versión ampliamente aceptada de lo sucedido en el campo español y el papel de la política agraria, durante la década de 1940 y primeros años 50.
Dada la complejidad para abordar una época tan convulsa, la Guerra Civil y el franquismo han sido proclives a la labor de hispanistas, marcadamente en el ámbito de la historia política. No ha sido el caso de la historia económica, empero, donde se han prodigado poco los investigadores extranjeros. Menos aún en el particular de la historia agraria, con la excepción de James Simpson, si bien dentro de trabajos con una perspectiva temporal más amplia.
Quizá por ello, puede sorprender inicialmente la dedicación de Thomas Christiansen al estudio de la agricultura en el primer franquismo. Tras licenciarse en History and Science of Communication en la Universidad de Roskilde (Dinamarca), su interés por este campo de investigación surgió en un programa de intercambio en la Universidad Complutense de Madrid, y bajo la supervisión de Ignacio Jiménez Blanco. A partir de entonces, el desarrollo de su tesis doctoral se fue traduciendo en distintas publicaciones en revistas de investigación españolas. Así, su trabajo de campo en las provincias de Cuenca y Jaén apareció en sendos artículos en Historia Agraria en 1999 y 2002, respectivamente. Ya finalizada su tesis doctoral, completó su investigación con un estudio de archivo de la Fiscalía de Tasas en Teruel, cuyos resultados, publicados en el número 4 de la revista Ager en el año 2005, aportaron luz sobre el funcionamiento del mercado negro. En este sentido, la publicación final de su tesis revisada supone cerrar el círculo de una dedicación bastante exhaustiva a un particular como el de la historia agraria del primer franquismo del que, aparentemente, no quedaba ya mucho por decir.
Y es que el contenido de esta obra entra en debate con importantes afirmaciones previas de otros autores, respecto del papel de la política agraria en la caída de la producción, sobre todo de grano, y su consecuencia más inmediata, la aparición de un extenso mercado negro de alimentos básicos. Christiansen aborda la intervención estatal franquista en los mercados del trigo y el olivar para el conjunto de España, deteniéndose después en los estudios de caso correspondientes a la provincia de Cuenca (trigo), Jaén (olivar) y Toledo (viñedo). A partir de estas evidencias, sostiene que no puede hablarse del intervencionismo agrario franquista de modo genérico, por cuanto los resultados variaron sustancialmente según el tipo de producto (como demuestra para el olivar frente al trigo). Incluso la política de bajos precios de tasa no se aplicó a todos los productos, como ocurrió en el caso del viñedo.
La conclusión más llamativa del trabajo es la que tiene que ver con las causas del descenso productivo a lo largo de los años 40. Para Christiansen el foco ha de ponerse en la escasez de inputs como fertilizantes y animales de labor, y no en lo erróneo de la política de precios intervenidos. Esta conclusión no es nueva, por cuanto James Simpson ya había apuntado a esta posibilidad. Sin embargo, la obra recién publicada realiza 2 aportaciones muy interesantes a este respecto. Por un lado, apoyar con datos macro, y casos micro como el de la provincia de Cuenca, la tesis del déficit de factores productivos. Por otro, demostrar teóricamente los graves riesgos que para la alimentación de los españoles hubiese tenido una liberalización de precios en una situación de extrema escasez como la de la posguerra. El llamado «dilema de los precios alimentarios» nos permite entender la intervención, e incluso la permisividad con el mercado negro, como un modo de evitar problemas sociales aún mayores en el difícil contexto internacional de la década de 1940. Christiansen aporta distintas soluciones (la Alemania nazi, EE.UU., Gran Bretaña, etc.) emprendidas durante la Segunda Guerra Mundial y primeros años de dicha posguerra al problema de la caída en la producción agraria y la escasez de alimentos. Todos estos casos permiten entender la intervención agraria franquista desde la perspectiva de una lógica más amplia, la de una situación de mercado internacional (de productos y factores) cerrado, habitual en tiempos de guerra e inmediata posguerra.
Otra de las aportaciones esenciales de la obra tiene que ver con la creación de un mercado paralelo de trigo desde 1948, una vez que mejoró la disponibilidad de factores como los fertilizantes y, con ella, la producción. Algunos autores como Sumpsi ya habían destacado la importancia de esta política en el número de Papeles de Economía Española dedicado a los «jóvenes investigadores». No obstante, el libro ofrece más argumentos para valorar su trascendencia, como un cierto cambio en la política agraria del primer franquismo. Desde esta óptica, Christiansen considera que el verdadero cambio en dicha política no habría comenzado con la llegada de Cavestany al Ministerio de Agricultura en 1951, sino ya con la actuación previa de Rein Segura.
Por último, tanto desde el punto de vista general como de los 3 estudios de caso, el autor valora la extensión y describe el funcionamiento del mercado negro, así como los intríngulis de la aplicación práctica de las medidas de intervención agraria. En este sentido, Christiansen confirma que el problema agrario, más allá de la intervención, fue la deficiencia de la misma, caracterizada por la corrupción, la ineficiencia o la falta de datos estadísticos viables.
En definitiva, una obra indispensable para entender la historia agraria del primer franquismo, capaz de entrar en competencia con posiciones anteriores y hacer progresar el conocimiento de la disciplina. Frente al modo más tradicional de analizar el período franquista, condicionado por la historia política, Christiansen muestra cómo se puede realizar una crítica profunda al régimen franquista desde la óptica estricta de la historia económica, situando cada aspecto de lo sucedido en su justo término. La minuciosidad que demuestra el autor en este trabajo revaloriza la fuerza de sus argumentos, sin que pueda achacarse a su visión un ápice de desconocimiento de la realidad que investiga. Bienvenida sea, por tanto, su publicación y los debates que sea capaz de suscitar.