El País Vasco se encuentra actualmente entre las comunidades autónomas españolas que presentan valores más altos de PIB per cápita y propensión a exportar, y entre las que tienen menor tasa de desempleo y endeudamiento público relativo. El libro de Aranguren, Magro, Navarro y Valdaliso analiza una de las causas de este éxito: la estrategia territorial y las políticas de competitividad e innovación seguidas en el País Vasco en las 3 últimas décadas. Sin embargo, la obra no se limita al estudio del caso vasco, sino que aporta además una excelente revisión crítica de la literatura sobre la competitividad regional, la estrategia territorial y las políticas territoriales.
El libro se inicia con la sección dedicada al marco teórico. En primer lugar, profundiza sobre los diferentes enfoques con los que se ha abordado el análisis de la competitividad territorial: el neoclásico, basado en la teoría de la ventaja comparativa; el evolucionista, que se centra en la innovación y el aprendizaje; y el sistémico, que atiende a un amplio conjunto de variables, tanto de nivel micro, como meso, macro y meta, incluyendo en este último a las estructuras fundamentales de la organización político-jurídica y económica. A continuación analiza la literatura sobre la estrategia territorial y plantea los elementos que se han de tener en cuenta en una estrategia de este tipo, articulados en torno a 3 preguntas clave: «para qué» (es decir, cuáles son los objetivos económicos, sociales y medioambientales), «qué» (cuáles son las actividades a fomentar y cuál es el modelo de organización del territorio, internamente y con el exterior) y «cómo y por quién» (qué proceso de construcción de la estrategia territorial se adopta y qué actores lo protagonizan). La sección teórica finaliza con un capítulo sobre las políticas territoriales, en el que se muestra la evolución experimentada en la justificación de estas políticas (desde los fallos del mercado argumentados por la teoría neoclásica hasta los problemas del conjunto del sistema aducidos por la teoría evolucionista y el enfoque sistémico) y en la naturaleza de estas (desde poner el acento en la creación de infraestructuras hasta actuaciones más globales para favorecer la innovación y el aprendizaje). También se ofrecen distintas taxonomías de las políticas y los instrumentos de innovación y competitividad.
La segunda sección de la obra realiza un análisis histórico de la evolución de la economía vasca desde el siglo XIX y de las políticas de competitividad aplicadas a partir de la década de 1980, poniendo en evidencia la fuerte influencia del pasado sobre el desarrollo industrial del País Vasco. La tradicional especialización de la región en la industria se consolidó en el siglo XIX, liderada inicialmente por la siderurgia y las industrias metálicas y articulada en diversos clústeres, y generó un conjunto de recursos y economías externas que condicionaría fuertemente la evolución económica posterior. La progresiva diversificación del tejido industrial, que durante el franquismo incluyó el desarrollo de la fabricación de máquina-herramienta, maquinaria eléctrica y electrónica, electrodomésticos y componentes para el automóvil, se apoyó en gran medida en la iniciativa empresarial, la mano de obra cualificada, y las capacidades y competencias formadas en el tejido industrial previo.
Después de varias décadas de fuerte crecimiento durante el período franquista, realizado en un contexto de elevada protección arancelaria, intervencionismo estatal, bajos salarios e incentivos fiscales a la exportación, la economía vasca se vio duramente golpeada por la crisis en la segunda mitad de la década de 1970. La situación fue particularmente complicada en la región por el fuerte peso de las industrias maduras, donde se había acentuado la competencia internacional, y por el clima de extraordinaria violencia política, que desincentivó la inversión privada. Sin embargo, según los autores del libro, los recursos y capacidades heredados del pasado industrial, junto a la voluntad de los agentes económicos, el compromiso de los gobiernos nacional y regional por mantener la industria, y una acertada actuación de las nuevas instituciones vascas lograron impulsar un exitoso proceso de modernización económica, que ha conducido a la región a un estadio competitivo dirigido por la innovación.
La obra muestra la política industrial del gobierno vasco como un elemento clave en dicho proceso. Una política que ha contado con un amplio consenso entre las principales fuerzas políticas de la región, y que se ha beneficiado de una notable continuidad en el tiempo, aunque se pueden diferenciar en ella 3 etapas: la década de 1980, en la que la prioridad fue hacer frente a la crisis y adaptarse al ingreso en la Comunidad Económica Europea; los años 90, en los que se inició una nueva política de competitividad, basada en los clústeres; y la primera década del siglo XXI, en la que se acentuó la importancia de la innovación y la internacionalización.
La tercera sección del libro realiza un análisis de la competitividad de la economía vasca aplicando el modelo del diamante de la competitividad de Porter, lo que permite destacar las fortalezas (población bien formada, buenas infraestructuras, buena gobernanza, amplia base industrial…) y las debilidades (insuficiencias en el tamaño, las capacidades y las estrategias de las empresas) competitivas del territorio. También se analiza la política industrial y de competitividad puesta en práctica entre 2009 y 2012.
La obra termina con un capítulo dedicado a identificar las estrategias de desarrollo económico del País Vasco desde 1980 hasta 2012, y con unas conclusiones que constituyen un buen resumen del conjunto.
En definitiva, se trata de un trabajo con unas sólidas bases teóricas y un excelente desarrollo empírico, muy interesante tanto para conocer la evolución reciente y la situación actual de la economía vasca, como para profundizar en la formulación y el análisis de las estrategias de desarrollo regional.