Este trabajo presenta una estimación del producto agrario por habitante en la segunda mitad del siglo xviii para la región que se ha denominado «Litoral rioplatense atlántico». Con base en fuentes primarias y secundarias, el texto hace una reconstrucción del producto agrario total y por habitante que resulta de considerar los 2 componentes principales de la producción agraria regional: la producción de alimentos para el mercado interno y la producción de cueros para exportación. Los resultados muestran que el producto agrario se triplicó sobradamente entre 1760-1800, impulsado en primer lugar por un importante crecimiento demográfico acompañado de una expansión de la frontera agraria, y en segundo lugar por el desarrollo que experimentó la producción de cueros para el comercio atlántico. Finalmente, se muestra que la trayectoria del producto agrario de Buenos Aires y Montevideo presentó heterogeneidades territoriales, temporales y entre segmentos de la producción agraria.
This paper presents an estimate of per capita agricultural income in the second half of the Eighteenth century for the Río de la Plata's region. Based on primary and secondary sources the text makes a reconstruction of the total agricultural output per capita taking into account the two main commodities of regional agricultural structure: foodstuff for the domestic markets and hides leathers for export markets. The results show that farm output as a whole tripled since 1760 to 1800, driven primarily by a significant population growth accompanied by an expansion of the agricultural frontier, and secondly by the production of leather for the Atlantic trade. Finally, the trajectory of the farm output of Buenos Aires and Montevideo along the period was uneven among places, decades and branches of production.
Hace mucho tiempo que la historiografía latinoamericana se pregunta por qué las economías contemporáneas de América Latina no han tenido un desempeño económico tan exitoso como el de otros «retoños europeos», y por qué no han podido recorrer una trayectoria de crecimiento rápido y sostenido en el largo plazo. Recientemente la hipótesis neoinstitucionalista reactivó el interés por el período colonial, al reformular la vieja intuición de que fue allí cuando se sentaron las bases del futuro atraso latinoamericano [por ejemplo, en North (1999); Acemoglu et al. (2001, 2002); Acemoglu y Robinson (2012)]. Desde entonces han cobrado vigor diversos debates sobre la «herencia colonial» donde es posible distinguir una línea de investigación que intenta producir indicadores de desempeño económico y de bienestar para diversas economías del período, con el objetivo de discutir si efectivamente la situación de las economías latinoamericanas al final de la colonización ibérica ya constituía un fracaso con relación a otras regiones del globo (Coastworth, 1998, pp. 23-54; Bates et al., 2006; Prados de la Escosura, 2004, 2005; Dobado, 2009; Dobado y García Montero, 2010; Williamson, 2010).
Pero la estimación de indicadores de desempeño económico para períodos preestadísticos presenta innumerables dificultades derivadas de la escasez, dispersión y heterogeneidad de las fuentes. En el caso de las economías latinoamericanas del período colonial se agrega la inexistencia de países en el sentido moderno del término y, por consiguiente, la dificultad para establecer una regionalización que a la vez resulte históricamente válida y operativa para hacer comparaciones en el tiempo1.
Este trabajo propone una aproximación cuantitativa al desempeño económico para una región geohistórica de la América Latina colonial y presenta una estimación del producto agrario por habitante en la segunda mitad del siglo xviii para la región que se ha denominado «Litoral rioplatense atlántico».
Este texto tiene como objetivo dar a conocer el método de la estimación realizada, las magnitudes obtenidas y algunas consideraciones sobre el tipo de crecimiento agrario que vivió el Río de la Plata en el período de estudio, sus escenarios y coyunturas. Por razones de espacio, la comparación con otros espacios regionales y extra regionales en el mismo período y en períodos posteriores se reserva para un futuro informe.
Como región geográfica, el Litoral rioplatense se define como el espacio territorial donde se localizan los grandes ríos que conforman el estuario del río de la Plata y su desembocadura en el Océano Atlántico, entre los paralelos 27 y 37 sur. Teniendo en cuenta las características de la colonización europea en estos territorios, la cantidad y distribución de la población en los siglos xvii y xviii, así como algunos aspectos económicos e institucionales del período, es posible identificar 2 subregiones dentro del Litoral rioplatense: al norte una subregión misionera, espacio organizado a lo largo del siglo xvii en torno a las misiones jesuitas del Paraguay; al sur una subregión atlántica, espacio constituido y desarrollado en torno a los puertos de Buenos Aires y Montevideo.
La región del Litoral rioplatense formaba parte de un extenso espacio económico de América meridional organizado a partir del siglo xvi en torno al polo potosino de producción de plata. Aunque durante la mayor parte del período colonial el Litoral rioplatense ocupó un lugar relativamente marginal en esta macrorregión económica, a fines del siglo xviii la porción atlántica del Litoral rioplatense se encontraba viviendo un proceso demográfico y económico de notable expansión, que contrapesaba cada vez más el antiguo centro gravitacional andino. El dinamismo económico y demográfico del Litoral atlántico le dio a sus poblaciones un lugar protagonista en los procesos políticos del período 1810-1830, y, a pesar de un tortuoso proceso de formación estatal que duró hasta 1870, este espacio retomó, con el auge exportador del último cuarto del siglo xix, el viejo camino de prosperidad iniciado en la segunda mitad del siglo xviii.
Existen esfuerzos anteriores que, centrados en el sector agrario, han intentado dar un orden de magnitud al crecimiento económico y demográfico del Litoral atlántico durante el período colonial. La elección por este sector se justifica por la naturaleza eminentemente agraria de las economías de Antiguo Régimen, por la importancia del sector en la estructura económica del Litoral atlántico en el muy largo plazo y por la disponibilidad de fuentes. Estos estudios han debido enfrentar 2 tipos de limitaciones: se han focalizado en apenas uno de los espacios relevantes del Litoral atlántico (la economía agraria de Buenos Aires) y en solo uno de los sectores productivos de las economías agrarias locales (el segmento productor de alimentos para el consumo interno). Los resultados de estos estudios, además, no son coincidentes: en relación con la segunda mitad del siglo xviii han quedado sentadas hipótesis de alto crecimiento de la producción agraria (Garavaglia, 1987), de moderado crecimiento (Coastworth y Newland, 2000) y de estancamiento (Cuesta, 2006a).
Este trabajo busca avanzar en la construcción de macromagnitudes útiles para evaluar el desempeño económico del Litoral rioplatense en el período tardo-colonial. Así, se presenta una reconstrucción del producto agrario de esa región que aproxima, con las limitaciones que se indicarán oportunamente, el valor agregado de ese sector2. Con relación a los estudios anteriores esta estimación hace las siguientes contribuciones: (a) incorpora a la contabilidad del producto agrario rioplatense el espacio económico de la jurisdicción de Montevideo; (b) incorpora a la contabilidad de la riqueza agraria el segmento productor de cueros para la exportación a los mercados atlánticos, que tuvo amplio desarrollo en el período 1760-1800 en aquella región; (c) presenta índices de precios agrarios de los espacios económicos de Buenos Aires y Montevideo especialmente construidos como deflactores del valor de la recaudación decimal; (d) emplea estimaciones de población de Buenos Aires y Montevideo para presentar los resultados finales en términos por habitante; (e) utiliza algunas técnicas de la econometría de las series temporales para resolver algunas deficiencias de los datos originales y para obtener información adicional sobre los fenómenos económicos que son objeto de este estudio3.
Los resultados muestran que el producto agrario se triplicó sobradamente entre 1760-1800, impulsado en primer lugar por un importante crecimiento demográfico acompañado de una expansión de la frontera agraria, y en segundo lugar por el desarrollo que experimentó la producción de cueros para el comercio atlántico. Por lo tanto, medido con relación a la cantidad de población el crecimiento del producto agrario fue mucho menos impresionante, aunque suficiente para configurar un desempeño positivo. Finalmente, se muestra que la expansión del producto agrario de Buenos Aires y Montevideo presentó heterogeneidades territoriales, temporales y entre segmentos de la producción agraria.
2Fuentes y métodosLa estimación toma como punto de partida la existencia de 2 componentes de la economía agraria regional: un segmento que produce cereales y carne para el consumo interno de las poblaciones de Buenos Aires y Montevideo, y un segmento productor de cueros con destino a la exportación a los mercados atlánticos.
Las características del segmento productor de trigo y carne para el consumo interno, así como sus respectivas dinámicas, han sido estudiadas por la historiografía reciente de manera exhaustiva en el caso de Buenos Aires (Mayo, 1995; Garavaglia, 1999a) y de manera todavía preliminar en el caso de Montevideo (Moraes, 2012). Las características del segmento productor de cueros para el comercio atlántico han sido objeto de estudio desde hace mucho tiempo, aunque todavía está en curso un proceso de profundización sobre los aspectos más relevantes de su microeconomía y una evaluación del impacto macroeconómico del desarrollo exportador del último cuarto del siglo xviii (sobre la producción de cueros para exportación véanse el estudio clásico de Coni (1979) y los posteriores de Saguier (1991), Moutoukias (1995), Pérez (1996), Rosal y Schmit (1999, 2004), Biangardi (2011) y Sarreal (2011).
A partir de estos componentes se propone la estimación de un indicador que será denominado producto agrario total del Litoral atlántico, equivalente en términos conceptuales al producto bruto total de un sector de actividad. Desde luego, no ha sido posible descontar los reempleos de factores e insumos a partir de una matriz insumo-producto como se hace en los sistemas de contabilidad nacional. Así, ni la porción de los granos cosechados que se empleaba como semilla, ni la eventual porción de granos que pudiera destinarse al suplemento alimenticio del ganado, han sido descontados. Si bien se carece de información definitiva al respecto es muy posible que el segundo de estos componentes casi no tuviera importancia en los sistemas agrarios del caso, donde el recurso abundante eran los pastos. En cambio, se ha tenido en cuenta en la estimación el hecho de que los cueros resultantes de la producción de carne para el consumo eran destinados, si bien en una magnitud desconocida, a engrosar la oferta de cueros para la exportación.
Así, el producto agrario total del Litoral atlántico se define como:
Donde:YtCrepresenta el producto del segmento abastecedor de carne y cereales de Buenos Aires (BUE) y Montevideo (MVD) en el año t, tal que
y donde:YtXrepresenta el producto del segmento que produce cueros para su exportación por los puertos de Buenos Aires (BUE) y Montevideo (MVD) en el año t, tal que
Durante el período, la oferta exportadora que intenta aproximar la ecuación [3] se abastecía, por un lado, de la producción de cueros con base en el ganado silvestre, una actividad cuyo objetivo específico era la obtención de la piel del animal para su posterior exportación atlántica. Se trataba de una actividad llevada adelante por agentes económicos esencialmente diferentes de los que practicaban la agricultura triguera y la ganadería de carne, por medio del empleo de otros factores de producción, es decir, sobre tierras y animales que no eran los mismos que se empleaban en el segmento productor de alimentos. La intensidad de esta actividad fue variable a lo largo del siglo xviii, pero tendió a aumentar en su segunda mitad. Por otro lado, las pieles de los animales faenados para el consumo interno de carne así como las de los animales de tiro que agotaban su ciclo productivo eventualmente engrosaban la oferta exportadora de cueros como subproducto del segmento productor de alimentos. El aporte del segmento mercado-internista a la oferta exportadora se identifica en esta ecuación como (Zt[BUE+MVD]).
La estimación de la ecuación [2] se basa en fuentes decimales, que permiten tener una idea aproximada de la riqueza generada por los 2 rubros básicos de este segmento: la producción de granos y la de ganado de cría. Existe una extensa literatura sobre las aptitudes y problemas de las fuentes decimales del Obispado de Buenos Aires en el período colonial que no se aborda aquí por razones de espacio (Garavaglia, 1987; García Belsunce, 1988; Amaral y Ghio, 1990; Guerrero Soriano, 1994; Azcuy Ameghino, 2002; Moraes, 2011b). Como en la mayoría de los casos americanos, en el Obispado de Buenos Aires los diezmos eran arrendados y por lo tanto sus limitaciones para expresar los vaivenes de la producción son importantes. Sin embargo, existe un consenso en los autores citados respecto de que estos valores decimales eran el indicador preferido por los agentes de la época en aquella región para conocer el estado de la economía agraria, y de que, a pesar de sus insuficiencias, ofrecen una vía válida de aproximación a las fluctuaciones de la economía agraria gravada por ese impuesto.
Para calcular el producto real producido por este segmento de las economías agrarias de Buenos Aires y Montevideo se utilizará el valor nominal de la recaudación decimal (VRD) de cada espacio económico multiplicado por 10 y deflactado por los precios agrícolas de cada espacio económico, tal que:
Índice del producto del segmento abastecedor de carne y cereales de la región j en el año t:
donde el numerador (IVRD) es un índice del valor de la recaudación decimal de la región j multiplicada por 10, en el año/período t, y el denominador (IPA) es un índice de precios agrarios de la misma región con base en el año/período t.Para conocer el VRD de Buenos Aires y su similar de Montevideo en el período se recurrió a fuentes primarias y se completaron algunos vacíos de información con fuentes secundarias4.
Los índices de precios agrarios (IPA) de cada espacio económico j recogen los precios del trigo y del ganado de cría en cada uno de ellos, ponderados según el peso que respectivamente los granos y los ganados tienen en el valor de la recaudación decimal, en cada año t:
Índice de precios agrarios de la región j en el año t:
Donde los bienes (i) son: {ganado, trigo}
Los otros rubros agrícolas que componen el diezmo de Buenos Aires y Montevideo no fueron tomados en cuenta como ponderadores por su baja incidencia en el valor total diezmado: en todo el período esos rubros raramente superaron el 10% de la recaudación decimal, y por lo tanto su incidencia en las fluctuaciones del índice de precios combinado es de esperar que haya sido insignificante.
Se ha utilizado la fórmula de Paasche en vez de la de Laspeyres para dar lugar a las variaciones en las proporciones del trigo y del ganado en el total de la recaudación decimal a lo largo del período, en cada localidad. En la región, las fuentes más recurridas para recoger precios corrientes rurales mayoristas han sido los inventarios posmortem de chacras y estancias5, en contraposición a las fuentes eclesiásticas y municipales, que han sido utilizadas para recoger precios urbanos minoristas6. En este trabajo, para el caso de Buenos Aires fueron utilizadas series ya publicadas de precios de la vaca de cría y del trigo durante el período 1750-1826 que equivalen a precios rurales mayoristas (Garavaglia, 1999b). Para el índice montevideano fueron especialmente construidas series de precios corrientes del trigo y del ganado con base en fuentes notariales y municipales del período 1756-18107.
La estimación de la ecuación [3] requirió en primer lugar calcular el valor corriente de los cueros exportados por cada puerto rioplatense (YtX[BUE]+YtX[MVD]). En este caso las fuentes decimales resultan del todo inútiles porque la producción de cueros no pagaba diezmo, de modo que se ha recurrido al registro de alcabalas.
Las cantidades exportadas por ambos puertos fueron tomadas de una fuente secundaria sobre el comercio legal de cueros con destino a los puertos españoles (Pérez, 1996). Los precios de los cueros exportados por Buenos Aires fueron obtenidos de manera indirecta a partir de una estimación del valor corriente de las exportaciones de cueros por ese puerto entre 1760-1795 y proyectados entre 1796-1800 (Moutoukias, 1995).
Los precios de los cueros exportados por Montevideo fueron obtenidos de las cuentas de la Aduana de Montevideo a partir de su creación en 1778 hasta el último año disponible (1799); los vacíos anteriores fueron completados tomando como base los precios de Buenos Aires y los posteriores mediante una proyección8.
En segundo lugar fue necesario estimar el componente Z de la fórmula, es decir el valor de los cueros que se destinaron a la exportación pero que provenían del segmento productor de alimentos, con el objetivo de evitar la doble contabilidad de esta riqueza en la magnitud final que se busca obtener. El componente Z se obtuvo por identidad con las cantidades de reses consumidas en ambas ciudades-puerto, como si todos los cueros resultantes del consumo interno de reses hubieran sido exportados9. Este supuesto no es exacto: la producción doméstica de manufactura de cuero era muy importante en el Río de la Plata y por lo tanto una porción indeterminada de los cueros de las reses consumidas no llegaba a los mercados de exportación, pero ante la imposibilidad de afinar el cálculo, se ha preferido aceptar el sesgo de una exageración del peso de Z en el valor total exportado. El efecto final de este supuesto sobre la magnitud del producto del segmento exportador es un sesgo a la baja. Es útil saber que de acuerdo a estos cálculos sobre Z, si los cueros resultantes del consumo interno de carnes se hubieran volcado todos a la exportación, en 1760 hubieran sido el 100% de los cueros exportados; en 1770 el 44%; en 1780 el 23%; en 1790 el 12% y en 1802 apenas el 10% de la cantidad total exportada. En otras palabras, la magnitud obtenida para el componente Z refleja una estructura de la oferta exportable cuyos cambios en el período de estudio son coherentes con el aumento de la actividad corambrera que se sabe tuvo lugar en el período tardo-colonial.
Finalmente, es necesario tener presente que la ecuación [3] solo contabiliza, por la disponibilidad de fuentes, el comercio legal de cueros y, asimismo, trae incorporadas las fluctuaciones de las cantidades exportadas que surgen por acumulación/liquidación de los stocks de cueros en los puertos. Así, es preciso recordar que el segmento mercantil-corambrero experimentaba fluctuaciones notables en función de las coyunturas bélicas del período que frecuentemente paralizaban el tráfico atlántico, y también que existían importantes circuitos terrestres, ilegales, de extracción de cueros con destino a los vecinos reinos portugueses cuya contabilidad escapa a este esfuerzo.
3El producto del segmento abastecedor de carne y cereales para el mercado de Buenos AiresEn la figura 1 se muestra el IVRD de Buenos Aires.
Se observa a partir de 1760 un movimiento descendente hasta 1774, y luego un movimiento ascendente que, con oscilaciones, se mantiene hasta el final del período.
Tal como se hizo evidente en un estudio previo sobre todo el siglo, la década de 1750 registró un aumento inusitado de la recaudación decimal; de hecho en 1754 el cabildo de la ciudad pidió la ampliación del número de sillas del cabildo catedralicio, invocando dicho aumento10. Según la figura 1 este aumento extraordinario se vio corregido durante la década de 1760. A continuación una secuencia de desastres climáticos, registrados entre 1771-1774, abatió la recaudación a niveles prácticamente nulos y como se observa en la figura, recién bien entrada la década de 1780 se logró el nivel de recaudación de 1760, que solo fue superado en la última década del siglo11. Así, los años de 1775-1800 son años de recuperación primero, y aumento después, de la recaudación decimal.
Índice del valor de la recaudación decimal (IVRD) de Buenos Aires, 1756-1804. Base 100=promedio del período. Tendencia estocástica obtenida por el método TRAMO-SEATS con un modelo ARIMA (0, 1, 1).
Fuentes: columna 1 de la tabla A del Anexo estadístico.
El IPA de Buenos Aires se construyó con base en los precios corrientes de la vaca de cría y del trigo registrados en una base de datos de precios corrientes de cuidadosa construcción a partir de inventarios posmortem. Son precios mayoristas formados en mercados rurales. La estructura del IPA replica la estructura anual del VRD y los productos elegidos son la vaca de cría y el trigo; el primero porque la vaca de cría es la categoría animal cuyo precio hace de pivote del conjunto de los precios ganaderos del período, el segundo porque es el principal cereal cultivado en la campaña de Buenos Aires.
La figura 2 muestra que los precios rurales de Buenos Aires experimentaron fluctuaciones violentas en algunos momentos y que tendencialmente presentaron un recorrido ligeramente deflacionario.
Índice de precios agrarios de la región de Buenos Aires, 1756-1804. Base 100=promedio de todo el período.
Los datos ausentes en la serie de precios corrientes del trigo fueron interpolados tomando como base un modelo ARIMA (2, 0, 0) que superó los test de diagnóstico. Los datos ausentes en la serie del precio de la vaca de cría fueron interpolados con un modelo ARIMA (1, 1, 0) que superó los test de diagnóstico. El modelo estimado para el índice de precios no permitió descomponer la tendencia estocástica por el método TRAMO-SEATS. Se ha estimado una tendencia polinomial de orden 4.
Fuentes: índice de precios en base a precios corrientes en columna 2 de la tabla A del Anexo estadístico.
La tendencia de los precios de Buenos Aires en la segunda mitad del siglo xviii ha sido discutida con relación a los bienes de consumo básico: algunos autores plantearon la hipótesis de precios ligeramente decrecientes mientras que otros identificaron un proceso inflacionario importante a partir de 1776 [hipótesis de los precios ligeramente decrecientes en Romano (1963) y en Cuesta (2006a, p. 495); la hipótesis inflacionaria en Johnson (1990)].
El resultado de la figura 2, aunque abona la primera línea interpretativa no clausura un debate sobre los precios al consumo que ha estado centrado en los mercados urbanos.
Conocidas la recaudación decimal nominal y el IPA de Buenos Aires fue posible estimar el producto del segmento productor de carne y cereales de Buenos Aires.
Debido al comportamiento de los precios, la curva del producto bonaerense se parece mucho a la de la recaudación decimal, con un primer movimiento descendente hasta la mitad de la década de 1770 y un movimiento ascendente hasta fines de siglo, que se interrumpe poco después de 1802.
Las tasas de la tabla 1 muestran con precisión que el producto de este segmento en Buenos Aires creció a buen ritmo entre 1756-1800, a pesar de la depresión de la etapa 1756-1773 (fig. 3).
Índice y tendencia del producto real del segmento productor de carne y cereales de Buenos Aires, 1757-1804. Base100=promedio del período.
Tendencia estocástica obtenida por el método TRAMO-SEATS con un modelo estimado ARIMA (0, 1, 1) que pasó los test de diagnóstico.
Fuentes: columna 3 de la tabla A del Anexo estadístico.
Como resultado, al comenzar el siglo xix el producto de este segmento había aumentado casi un 50% con relación a los niveles de la mitad del siglo xviii.
El análisis estadístico de las observaciones atípicas permitió saber que ni las caídas más pronunciadas ni las alzas más fuertes alcanzaron a producir perturbaciones permanentes sobre la tendencia. En otras palabras, la economía agraria bonaerense orientada a la producción de ganados mansos y trigo describió un único movimiento tendencial a lo largo de todo el período. Esta ausencia de rupturas en la tendencia del producto generado por la producción de alimentos para Buenos Aires en esta etapa avala la línea interpretativa que ha minimizado el impacto de las Reformas Borbónicas en la economía agraria rioplatense en general (Moutoukias, 1995; Garavaglia, 1999a; Cuesta, 2006a).
4El producto del segmento abastecedor de carne y cereales para el mercado de MontevideoLa figura 4 presenta la serie del valor de la recaudación decimal (VRD) montevideana y su tendencia.
Índice del VRD de Montevideo, base 100=promedio 1756-1804.
Tendencia estocástica obtenida por el método TRAMO-SEATS con un modelo ARIMA (0, 1, 1) que pasó los test de diagnóstico.
Fuente: columna 4 de la tabla A del Anexo estadístico.
La evidencia gráfica muestra un vigoroso aumento del nivel de la recaudación desde la mitad de la década de 1770 hasta los últimos años del siglo, y fluctuaciones importantes a partir de la mitad del 800.
Para obtener el IPA de Montevideo fue necesario recoger precios corrientes de los bienes que lo componen, es decir del trigo y de los ganados. Para conocer los precios corrientes del ganado de la Jurisdicción de Montevideo fueron utilizados 81 inventarios posmortem de propiedades rurales que son, del total de los 218 inventarios posmortem con tasación de bienes que existen en el archivo respectivo en el período de estudio, todos los que registran existencias de ganado, ya sean bovinos, equinos, mulares, y/o ovinos. Se construyó un índice de precios del ganado tomando los precios corrientes de las distintas categorías presentes en la fuente.
La misma fuente notarial se utilizó para conocer el precio corriente del trigo. Solo se encontró información sobre el precio del trigo en 28 inventarios posmortem, por lo cual fue necesario recurrir al precio del pan fijado por el Cabildo de Montevideo como fuente complementaria12. Conocida la relación entre el precio del pan y el precio del trigo en todos los años donde lo permitieron ambas fuentes, se obtuvo el precio del grano para los años faltantes. Esta estrategia tiene el efecto de suavizar fluctuaciones bruscas del precio del trigo y seguramente ayuda a entender que las fluctuaciones de la serie final de precios agrarios montevideanos sean notoriamente más suaves que las de Buenos Aires.
El IPA de Montevideo puede verse en la figura 5. Se aprecia una clara deflación entre 1756-1775; un período de inestabilidad entre 1776-1789, con sucesivas retomadas y caídas del índice por encima/debajo del promedio; y un período de inflación entre 1790-1804.
Índice de precios agrarios de la jurisdicción de Montevideo, 1756-1810. Base 100=promedio del período 1756-1804.
Tendencia estocástica obtenida por el método TRAMO-SEATS con un modelo ARIMA (1, 0, 0) que pasó los test de diagnóstico.
Fuentes: columnas 5 de la tabla A del Anexo estadístico.
Para el conjunto del período 1756-1809 el IPA montevideano registró una tasa de crecimiento del 0,56% acumulativo anual, calculado entre promedios quinquenales móviles. Este resultado se debe en buena medida a las alzas de los años 1804 y 1806; si se dejan a un lado esos años finales de la serie la tasa anual es negativa, como en Buenos Aires. El análisis de intervención de la serie identificó 2 observaciones atípicas (1789 y 1804) pero ninguna con efectos permanentes sobre la tendencia del fenómeno observado.
La figura 6 muestra la evolución del producto del segmento productor de carne y cereales de Montevideo a lo largo del período.
Índice y tendencia del producto real del segmento productor de carne y cereales de Montevideo, 1756-1808. Base 100=promedio del período 1756-1804.
Tendencia estocástica obtenida por el método TRAMO-SEATS con un modelo estimado ARIMA (3, 1, 0) que pasó los test de diagnóstico.
Fuentes: columna 6 de la tabla A del Anexo estadístico.
Las notas salientes de la trayectoria del producto de la economía campesina montevideana en términos absolutos son: un punto de partida a niveles muy bajos, la velocidad del crecimiento experimentado en los 25 años que van de 1765 a 1790, y un resultado global muy positivo a pesar de los escenarios de caída o estancamiento.
En efecto, como muestra la tabla 2, al cabo de una etapa de crisis que duró hasta 1766, la agropecuaria de los cereales y la carne con asiento en la campaña montevideana creció con tal vigor que al final del período se había multiplicado por 5. Un resultado tan espectacular no puede entenderse sin tener en cuenta que la campaña montevideana en 1756 estaba prácticamente vacía de unidades productivas. La ocupación efectiva del espacio agrícola montevideano por parte de los agentes del mundo colonial recién cobró cierto ritmo a partir de 1760.
Por último, el análisis de intervención sobre la serie del producto campesino de Montevideo, igual que en el caso bonaerense, no presentó perturbaciones de la tendencia a lo largo del período 1756-1800.
5El producto de la economía productora de cueros para exportaciónLa figura 7 presenta la estimación del producto generado por el segmento exportador de cueros, obtenida con los criterios metodológicos explicados antes. El resultado es una hipótesis conservadora, ya que, por un lado, toma en cuenta solo las exportaciones legales de cueros en un contexto de conocido desarrollo de los mercados ilegales de este bien y, por otro, descuenta del valor exportado una cantidad posiblemente excesiva de cueros provenientes de la ganadería de cría.
Índice del producto generado por el segmento productor de cueros a precios constantes, 1756-1802. Base 100=promedio de todo el período.
Tendencia obtenida por el método TRAMO-SEATS con un modelo ARIMA (0, 1, 1) que pasó los test de diagnóstico.
Fuentes: columna 7 de la tabla A del Anexo estadístico.
La evidencia muestra con claridad el salto de nivel que tiene lugar a partir de de 1770. Muestra también que el apogeo del negocio del cuero que se vivió hasta 1796 tuvo grandes oscilaciones, y que al interrumpirse el tráfico atlántico en ese año por efecto de las guerras europeas, la actividad tuvo un abrupto freno.
Las tasas de la tabla 3 precisan el comportamiento tendencial del fenómeno. En efecto, la tabla muestra que el primer envión de la actividad tuvo lugar antes de 1772; que hasta 1783 el producto corambrero creció a tasas muy altas; que se desaceleró o simplemente se normalizó desde el fin de la guerra de Inglaterra con sus ex colonias hasta 1796, y que se contrajo entonces con el estallido de las guerras contra la Francia revolucionaria. A pesar de este recorrido sinuoso, al comenzar el siglo xix el producto de la nueva economía del cuero se había multiplicado aproximadamente por 17, lo que constituye uno de los fenómenos más destacados de la historia agraria regional del período.
Asimismo, la figura 8 muestra que durante el período de mayor crecimiento del producto generado por la economía del cuero los precios tendieron a la baja, y por lo tanto, que las cantidades son las que explican el alza del valor.
Índices de valor, cantidad y precio del producto generado por el segmento productor de cueros a precios constantes, 1768-1802 Base 100=promedio de todo el período.
Fuentes: cantidades según Pérez (1996, pp. 158-159), precios según Moutoukias (1995) y Moraes y Stalla (2011).
En efecto, las cantidades se mostraron inestables pero con una marcada tendencia alcista hasta que la interrupción del tráfico atlántico en 1796 precipitó su caída y, así, al comenzar el siglo el segmento corambrero de la economía agraria regional, al menos en los mercados legales, enfrentaba una coyuntura de gran incertidumbre.
Finalmente, la figura 9 presenta el producto agrario total que surge de agregar el producto del segmento abastecedor de alimentos y el del segmento corambrero. La observación directa de la figura permite reconocer 2 etapas de crecimiento: una entre 1765-1783 y otra entre 1784-1802. A simple vista se observa que la primera es más rápida y menos volátil que la segunda, como lo confirma la tabla 4. Pero como resultado de ambas, al comenzar el siglo xix el producto agrario total se había casi cuadruplicado. La participación relativa de la economía productora de carne y cereales y del segmento productor de cueros en la generación de esta riqueza fue cambiante a lo largo del período.
Producto agrario total en pesos constantes de 1756-1802, y su tendencia.
Tendencia estocástica obtenida por el método TRAMO-SEATS con un modelo ARIMA (0, 1, 1) que pasó los test de diagnóstico.
Fuentes: columna 1 de la tabla B del Anexo estadístico.
La tabla 5 indica que a pesar de la importancia que cobró la economía corambrera desde 1770, su contribución al producto agrario nunca dejó demasiado atrás a la contribución del segmento mercado-internista: más bien puede decirse que en sus mejores momentos la producción de cueros hizo una contribución tan importante al total como la del segmento de las carnes y los cereales.
Contribución de cada componente al producto agrario total, 1756-1800
Porcentaje sobre el total del producto agrarioa | ||
Ganadería de cría+cereales | Cueros | |
1756-1759 | 89 | 11 |
1760-1769 | 87 | 13 |
1770-1779 | 48 | 52 |
1780-1789 | 49 | 51 |
1790-1799 | 53 | 47 |
1800-1802 | 74 | 26 |
Todo el período | 63 | 37 |
Fuentes: columnas 3, 6 y 7 de la tabla A del Anexo estadístico.
En efecto, la contribución de la ganadería de cría y los cereales nunca representó menos del 48% del total del producto agrario, y en el promedio del período su contribución debe computarse algo por encima del 60%, lo cual confirma que el segmento productor de alimentos con destino al consumo interno era la columna vertebral de la economía agraria rioplatense en el período tardo-colonial.
Por otro lado, se muestra que la contribución del cuero, que alcanzó casi al 40% en el conjunto del período y en tal sentido no puede considerarse marginal, fue especialmente relevante en algunas décadas. En particular entre 1770 y 1800, sin la contribución de la producción de cueros el producto agrario total hubiera sido la mitad de lo que efectivamente fue.
Diversas razones conducen a desestimar en este trabajo el estudio de la relación entre el crecimiento del producto agrario y el crecimiento de la población activa en el sector, relación que daría una aproximación a la evolución de la productividad de la economía agraria en el período13. En cambio, se pone en relación el producto agrario total con el tamaño de la población total.
La relación entre crecimiento del producto y crecimiento demográfico, además de ser objeto de conocidos debates teóricos en relación con unas economías preindustriales como las del caso, es especialmente relevante en el caso del Río de la Plata atlántico, porque conduce a una discusión historiográfica rioplatense de muy larga data sobre el papel del mercado externo y el del mercado interno en el dinamismo tardo-colonial14.
Los totales de población disponibles para Buenos Aires y Montevideo son escasos, imperfectos y posiblemente sesgados a la baja, pero permiten hacer una primera tentativa de poner en relación el crecimiento del producto agrario con el crecimiento demográfico, con el objetivo de dejar sentadas algunas líneas de reflexión sobre la relación entre ambos fenómenos15.
Según esta evidencia, de carácter preliminar especialmente en lo que respecta a la población, el producto agrario por habitante estaba en el orden de los 15 pesos al comienzo del período, y aunque osciló por encima y por debajo de esta magnitud con bastante volatilidad a lo largo del mismo, el recorrido de su tendencia apenas mostró un levísimo crecimiento.
La tabla 6 ofrece 3 lecturas del proceso. En efecto, si se toma todo el período en su conjunto se ve que el producto por habitante creció a un ritmo muy lento y que al final del período se había acumulado un crecimiento insignificante: la lectura (A) ofrece un panorama de virtual estancamiento del producto por habitante. Pero este resultado está influido por la circunstancia de que los últimos años de la década de 1750 fueron especialmente buenos y los 2 primeros años de la década de 1800 fueron especialmente malos. Por lo tanto es útil dónde dejar fuera del cálculo estos extremos: la estimación (B) establece que entre 1760 y 1799 el ritmo del crecimiento por habitante permitió alcanzar un 68% de crecimiento acumulado al comenzar el siglo xix.
Nivel y variación del producto agrario por habitante en pesos constantes, 1756-1802
Promedio en pesos por habitante | Tasa de variación anual (%) | Tasa acumulada (%) | |
(A) 1756/59-1800/02 | 14.3 | 0,2 | 1,21 |
(B) 1760/69-1797/99 | 14.2 | 1,1 | 68,5 |
(C) 1760/69-1800/02 | 14.4 | 0,9 | 49,0 |
Fuentes: columnas 1 y 2 de la tabla B del Anexo estadístico.
Aunque esto significa que el producto agrario total no alcanzó a duplicarse en términos por habitante, cuenta una historia de crecimiento en vez de estancamiento. Finalmente, la estimación (C) deja fuera del cálculo los últimos años de 1750 y muestra un proceso de crecimiento a buen ritmo del producto agrario por habitante, si bien con un nivel acumulado algo menor que en la estimación (B).
Así, es notable que mientras que el producto agrario total acumuló al cabo del período un crecimiento de casi el 400%, según la lectura más optimista el producto agrario por habitante habría acumulado un crecimiento del 68% en todo el período. Esto revela que la mayor parte del crecimiento agrario del Litoral atlántico fue «devorado» por el crecimiento demográfico, o lo que es igual, que estas economías agrarias crecían casi de la mano de su propio crecimiento demográfico.
El análisis por décadas presentado en la figura 10 muestra que la de 1760 configuró claramente una etapa de crisis en la historia de estas economías agrarias, cuyas características y factores causales merecen una posterior investigación. De hecho, el análisis econométrico de las observaciones atípicas de esta serie indicó que en 1762 el producto por habitante cayó un 65% por debajo de la media de todo el período, y también señaló que esta caída, aunque no tuvo más que un efecto transitorio sobre la tendencia, constituyó el único episodio estadísticamente atípico en una trayectoria de por sí bastante volátil. En contraste, la figura 11 muestra que la década de 1770, a pesar de los conocidos desastres climáticos que tuvieron lugar entre 1771-1774, constituyó una etapa de recuperación que en cierto modo preparó el terreno a las décadas de 1780 y 1790, caracterizadas por un franco proceso expansivo.
Producto agrario por habitante en pesos constantes de 1756-1802, y su tendencia.
El modelo estimado por el método TRAMO-SEATS no permitió la descomposición de la tendencia estocástica. Se estableció una tendencia polinómica (orden 3) para tener una imagen estilizada de la serie.
Fuentes: columna 2 de la tabla B del Anexo estadístico.
La reciente reformulación del viejo debate sobre las causas del atraso latinoamericano ha hecho acuciante la necesidad de contar con indicadores cuantitativos del desempeño económico regional para el período colonial.
Este trabajo presentó evidencia cuantitativa sobre el desempeño del sector económico más importante de una de las regiones más prósperas del antiguo Virreinato del Río de la Plata en el tramo final del período colonial. Así, además de dar un orden de magnitud a un proceso expansivo de cuantificación difícil y ponerlo a disposición para futuras comparaciones con otras regiones, la evidencia permite sacar conclusiones sobre la naturaleza de este proceso expansivo y sobre los diversos escenarios o coyunturas que atravesó entre 1760 y 1800.
En relación con las magnitudes, la evidencia indica que el producto generado en conjunto por ambos segmentos de las economías agrarias locales se triplicó con largura al cabo del período. Sin embargo, la población de estas áreas creció también de manera muy veloz, de modo que el crecimiento del producto por habitante fue mucho menos espectacular, sin llegar a duplicarse. Esta precisión es importante por 2 razones. La primera es que ayuda a explicar que los estudios anteriores hayan arrojado resultados tan diversos: parte de la discrepancia se explica porque algunos autores tomaron como referencia magnitudes absolutas mientras que otros tomaron magnitudes relativas (en este caso, a la población total). Las 2 magnitudes importan pero expresan dimensiones diferentes del proceso. Que el producto agrario del Litoral atlántico del Río de la Plata se haya triplicado en la segunda mitad del siglo xviii habla de un aumento del tamaño de la economía regional, un dato coherente con el nuevo rol económico que esa región estaba conquistando en el contexto de la macrorregión peruano-platense. En este sentido, la segunda mitad del siglo xviii puede considerarse el momento histórico en el cual el Litoral rioplatense atlántico conquistó un nuevo lugar en la geografía económica del Cono Sur, lugar que habría de consolidar y mantener durante todo el siglo xix.
La segunda razón es que la discrepancia entre la tasa de variación del producto y la tasa de variación de la población habla de la naturaleza de ese crecimiento, y en tal sentido, arroja luz sobre el papel que desempeñaron los mercados externos e internos en la historia del éxito económico del Litoral.
Sin duda la expansión agraria de la segunda mitad del siglo xviii fue impulsada en primer lugar por el crecimiento demográfico: sin este no hubiera sido posible porque el gran limitante para una mayor producción en esa región no era ni su estructura jurídica ni su oferta de tierras, sino el corto número de brazos para trabajar y de bocas para consumir. Pero además del crecimiento demográfico y la expansión de la frontera –2 procesos seculares– en la segunda mitad del siglo tuvo lugar una «explosión» de la economía del cuero y el producto generado por esta actividad se sumó, en ocasiones con una contribución proporcionalmente mayor, al producto generado por las unidades productivas que hacían carne y cereales. La historiografía tendió a considerar la obtención/producción de cueros no como una actividad productiva sino como una depredación de los recursos. Aunque la economía del cuero acabó por esquilmar, ya bien entrado el siglo xix, el stock de unos animales que hasta entonces difícilmente calificaban como un bien económico, es muy discutible que «hacer corambre» no fuera un trabajo, y mucho más que no lo fuera en modo muy calificado. Analizado del lado del ingreso: aunque los precios de los cueros no experimentaron un boom y más bien tendieron a bajar a lo largo del período, todo hace suponer que quienes ofrecieron los casi 2 millones de cueros que llegaron a salir anualmente por los puertos obtuvieron algún margen de ganancia. Así, la actividad corambrera efectivamente generó ingresos bajo la forma de (altos) salarios y beneficios que antes de su expansión no existían.
Si el producto agrario hubiera aumentado exactamente en la misma proporción que la población –y que la consecuente expansión de la frontera agraria– la tasa de crecimiento del producto por habitante hubiera sido nula. La dinámica agraria del Litoral atlántico presentaría entonces los rasgos de una «historia inmóvil» que solo se expande al ritmo del aumento demográfico, para luego contraerse con la siguiente crisis maltusiana de mortalidad, al ritmo de lo que Emanuel LeRoy Ladurie, hablando de la Europa preindustrial, denominó «la lenta respiración del monstruo» y que no es otra cosa que una sucesión de expansiones y contracciones económico-demográficas que se cancelan mutuamente. No fue el caso del Litoral rioplatense atlántico, cuyo producto agrario según esta estimación habría crecido un poco más que la población. Y a partir de la evidencia de este trabajo, puede decirse que mientras que el segmento mercado–internista se mantuvo como la estructura básica sin la cual no hubiera sido posible soportar ningún crecimiento demográfico, fue el segmento de la economía del cuero el que marcó la diferencia16.
En otras palabras, ni completo «crecimiento hacia afuera» ni completo «crecimiento hacia adentro»; entre 1760-1800 actuaron conjuntamente 2 fuerzas motrices: el crecimiento demográfico, que incorporó más brazos y más tierras a la producción agraria de cualquier tipo, y la intensificación del comercio de cueros, que estimuló la expansión de una economía del cuero hasta entonces de muy menor escala.
En cuanto a los escenarios y coyunturas, en primer lugar puede decirse que el proceso expansivo no fue uniforme. En el recorrido del producto en términos absolutos se reconocieron con claridad 3 etapas: una severa crisis entre 1756-1764; una etapa de recuperación primero y crecimiento veloz después, entre 1765-1783; y una etapa de crecimiento menos acelerado pero todavía a buen ritmo entre 1784-1802.
Finalmente, no debe perderse de vista que el producto agrario total es un artificio contable válido para propósitos de cuantificación, y por lo tanto, que no es útil para hacer inferencias sobre la suerte concreta que corrieron las unidades productivas y los agentes económicos que estaban por detrás de la producción agraria en este período.
FinanciaciónFinanciado por el Ministerio de Educación y Cultura del Uruguay y por la Universidad de la República (Uruguay).
Los resultados presentados en este trabajo fueron obtenidos en el marco del proyecto de investigación «Historia de los mercados en el Río de la Plata, 17860-1860» financiado por el Ministerio de Educación y Cultura del Uruguay entre 2007-2009, y del proyecto de investigación «Caracterización sociodemográfica y económica de las comunidades pre-industriales de la Cuenca del Plata, 1760-1860» financiado por la Universidad de la República (Uruguay) entre 2009-2010. Una versión preliminar del texto fue presentada en el X Congreso de Historia Económica de la Asociación Española de Historia Económica celebrado en Carmona en septiembre de 2011 y en el seminario de la Red de Estudios Rurales y Programa de Estudios Rurales que tuvo lugar en el Instituto Ravignani de la Universidad de Buenos Aires en noviembre de 2012. En ambos casos recibí juiciosos y enriquecedores comentarios de los participantes, a quienes agradezco sus aportes. Las oportunas observaciones y señalamientos de los evaluadores de la revista contribuyeron a mejorar las versiones anteriores.
Producto del segmento abastecedor de carne y cereales y del segmento productor de cueros. Índices base 100=promedio de todo el período
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | |
IVRDBuenos Aires | IPABuenos Aires | Producto del segmento productor de carne y cereales (YC) de Buenos Aires | IVRDMontevideo | IPAMontevideo | Producto del segmento productor de carne y cereales (YC) de Montevideo | Producto del segmento productor de cueros exportados por ambos puertos (YX) | |
1756 | 78,99 | 114,49 | 68,99 | 47,5 | 139,77 | 33,98 | 20,97 |
1757 | 97,04 | 115,50 | 84,02 | 35,62 | 184,16 | 19,34 | 7,99 |
1758 | 110,64 | 116,06 | 95,33 | 34,4 | 162,75 | 21,14 | |
1759 | 148,30 | 117,11 | 126,63 | 32,51 | 149,91 | 21,69 | |
1760 | 127,25 | 113,23 | 112,39 | 33,88 | 126,61 | 26,76 | |
1761 | 76,25 | 81,34 | 93,75 | 19,53 | 105,46 | 18,52 | 6,92 |
1762 | 58,40 | 115,28 | 50,66 | 19,53 | 115 | 16,99 | |
1763 | 59,52 | 130,00 | 45,79 | 19,53 | 112,92 | 17,30 | |
1764 | 70,06 | 117,09 | 59,84 | 22,14 | 128,38 | 17,24 | |
1765 | 61,89 | 107,28 | 57,69 | 18,34 | 120,9 | 15,17 | 14,96 |
1766 | 56,24 | 93,39 | 60,22 | 17,04 | 122,15 | 13,95 | 9,46 |
1767 | 60,07 | 82,29 | 72,99 | 19,08 | 78,26 | 24,38 | 6,50 |
1768 | 60,65 | 149,91 | 40,45 | 26,99 | 91,05 | 29,64 | 14,17 |
1769 | 71,46 | 94,99 | 75,23 | 32,83 | 78,02 | 42,07 | 31,89 |
1770 | 58,46 | 77,47 | 75,46 | 29,55 | 85,77 | 34,45 | 22,13 |
1771 | 58,91 | 102,29 | 57,59 | 35,31 | 78,83 | 44,79 | 30,95 |
1772 | 60,84 | 187,12 | 32,51 | 42,85 | 83,96 | 51,04 | 106,89 |
1773 | 47,04 | 301,69 | 15,59 | 65,6 | 80,75 | 81,24 | 45,70 |
1774 | 62,32 | 205,49 | 30,33 | 44,31 | 69,21 | 64,02 | 89,98 |
1775 | 41,59 | 127,18 | 32,70 | 44,51 | 70,5 | 63,14 | 68,55 |
1776 | 92,65 | 103,85 | 89,22 | 63,22 | 102,86 | 61,46 | 32,22 |
1777 | 108,96 | 88,61 | 122,96 | 94,42 | 125,33 | 75,34 | 115,71 |
1778 | 62,58 | 81,03 | 77,23 | 102,76 | 125,36 | 81,97 | 24,41 |
1779 | 80,97 | 96,59 | 83,83 | 70,65 | 112,64 | 62,72 | 132,45 |
1780 | 89,02 | 123,81 | 71,90 | 70,11 | 114,48 | 61,24 | 53,96 |
1781 | 94,34 | 105,19 | 89,68 | 104,12 | 122 | 85,35 | 103,93 |
1782 | 131,91 | 82,85 | 159,21 | 175,38 | 75,13 | 233,43 | 21,57 |
1783 | 83,50 | 82,15 | 101,64 | 86,81 | 74,61 | 116,35 | 272,06 |
1784 | 86,08 | 81,42 | 105,72 | 98,1 | 90,16 | 108,81 | 216,07 |
1785 | 92,76 | 155,07 | 59,82 | 109,14 | 115,24 | 94,71 | 65,96 |
1786 | 116,08 | 199,02 | 58,33 | 147,59 | 149,8 | 98,52 | 69,50 |
1787 | 132,49 | 125,79 | 105,32 | 161,85 | 101,04 | 160,19 | 74,91 |
1788 | 40,30 | 62,83 | 64,14 | 116,01 | 86,14 | 134,68 | 92,89 |
1789 | 98,19 | 102,43 | 95,86 | 80,84 | 48,29 | 167,42 | 98,90 |
1790 | 121,13 | 201,21 | 60,20 | 143,82 | 54,6 | 263,39 | 131,17 |
1791 | 109,07 | 95,47 | 114,24 | 119,39 | 68,4 | 174,55 | 104,81 |
1792 | 86,97 | 74,39 | 116,91 | 137,31 | 98,72 | 139,10 | 249,54 |
1793 | 100,16 | 64,54 | 155,19 | 149,14 | 86,23 | 172,95 | 148,89 |
1794 | 104,21 | 64,63 | 161,24 | 137,57 | 71,37 | 192,76 | 178,70 |
1795 | 127,57 | 121,93 | 104,63 | 131,1 | 85,32 | 153,66 | 139,31 |
1796 | 185,25 | 125,41 | 147,71 | 248,28 | 134,26 | 184,92 | 268,22 |
1797 | 135,00 | 87,33 | 154,58 | 222,37 | 160,13 | 138,87 | 75,04 |
1798 | 139,48 | 78,08 | 178,65 | 254,26 | 121,82 | 208,72 | 6,89 |
1799 | 164,97 | 76,90 | 214,54 | 204,66 | 99,81 | 205,04 | 55,47 |
1800 | 153,90 | 94,91 | 162,15 | 186,11 | 103,02 | 180,65 | 11,89 |
1801 | 202,41 | 90,94 | 222,59 | 132,01 | 99,27 | 132,97 | |
1802 | 163,42 | 92,04 | 177,56 | 175,45 | 148,32 | 118,29 | 300,33 |
1803 | 151,96 | 181,67 | 83,64 | 282,22 | 178,36 | 158,23 | |
1804 | 141,06 | 127,01 | 111,06 | 254,26 | 307,28 | 82,75 |
Columna 1. Valores corrientes de la recaudación decimal según siguiente detalle: 1756-1765: Archivo General de Indias, Buenos Aires 598; 1766-1774:Guerrero Soriano (1994); 1775-1779: Archivo General de Indias, Buenos Aires 606; 1782-1801 de Archivo General de Indias, Buenos Aires 598.
Columna 2. Precios corrientes de la vaca de cría y del trigo en Buenos Aires, en Garavaglia (1999b).
Columna 3.Columna 1/columna 2 * 100.
Columna 4. Valor corriente de la recaudación decimal en Archivo General de Indias, Buenos Aires 598; Buenos Aires 606 y en Archivo General de la Nación (Argentina), Sala 9; 13-2-6.
Columna 5. Precios corrientes del ganado y del trigo recogidos de inventarios posmortem; Archivo General de la Nación (Uruguay), Archivo Judicial, Civil 1.o. Precios del pan recogidos de Acuerdos del Extinguido Cabildo de Montevideo publicados en RAGA (1886, 1887, 1916, 1918a, 1918b, 1920, 1942).
Columna 6. Columna 4/columna 5*100.
Columna 7. Cantidades de cueros exportados por los puertos de Buenos y Montevideo según Pérez (1996, pp. 158-159). Cantidades de cueros generados en el consumo de carne en Buenos Aires según datos de consumo anual por habitante en Garavaglia (1999a). Cantidades de cueros generados en el consumo de Montevideo según estimación del consumo de carne por habitante en Montevideo, en Moraes (2011a, p. 236). Precios corrientes de los cueros de Buenos Aires según datos de valor y cantidades de Moutoukias (1995). Precios corrientes de los cueros exportados por Montevideo en Archivo General de Indias, Buenos Aires 447 y 449, Real Caja de Montevideo, «Registros de alcabala de cueros».
Producto total y producto agrario por habitante, en pesos constantes del promedio 1756-1802
1 | 2 | |
Producto agrario total en pesos constantes | Producto agrario por habitante en pesos constantes | |
1756 | 304.393 | 16,5 |
1757 | 282.772 | 14,9 |
1758 | 240.763 | 12,3 |
1759 | 304.362 | 15,1 |
1760 | 330.019 | 15,8 |
1761 | 303.550 | 14,1 |
1762 | 163.888 | 7,4 |
1763 | 138.468 | 6,0 |
1764 | 135.245 | 5,7 |
1765 | 232.290 | 9,5 |
1766 | 271.797 | 10,8 |
1767 | 251.788 | 9,7 |
1768 | 194.921 | 7,2 |
1769 | 374.434 | 13,9 |
1770 | 329.132 | 11,8 |
1771 | 323.395 | 11,1 |
1772 | 616.142 | 20,4 |
1773 | 290.213 | 9,2 |
1774 | 413.558 | 12,6 |
1775 | 415.935 | 12,1 |
1776 | 430.484 | 12,0 |
1777 | 862.294 | 22,9 |
1778 | 385.203 | 9,3 |
1779 | 821.188 | 19,3 |
1780 | 460.202 | 10,5 |
1781 | 700.845 | 15,6 |
1782 | 715.977 | 15,5 |
1783 | 1.466.002 | 30,8 |
1784 | 1.263.952 | 25,8 |
1785 | 506.339 | 10,0 |
1786 | 522.351 | 10,0 |
1787 | 846.587 | 15,8 |
1788 | 660.837 | 12,0 |
1789 | 808.177 | 14,2 |
1790 | 724.588 | 12,4 |
1791 | 912.046 | 15,1 |
1792 | 1.275.629 | 20,5 |
1793 | 1.090.235 | 16,9 |
1794 | 1.344.321 | 20,2 |
1795 | 1.152.709 | 16,8 |
1796 | 1.894.451 | 26,8 |
1797 | 889.281 | 14,2 |
1798 | 693.143 | 10,8 |
1799 | 1.002.269 | 15,1 |
1800 | 645.212 | 9,5 |
1801 | 739.828 | 10,7 |
1802 | 1.736.653 | 24,5 |
Antes de 1850, y quizá por más tiempo, las economías de las actuales repúblicas latinoamericanas no estaban organizadas según unos límites políticos entonces inexistentes; ni los mercados de bienes, ni los de factores (incluyendo el capital) eran remotamente «nacionales».
Es posible, por las características de las economías agrarias rioplatenses del período, que el producto y el ingreso fueran casi idénticos. Véase Moraes (2011a).
Se han utilizado los modelos ARIMA (p, d, q) para conocer la estructura estadística de los datos; luego se ha utilizado esta información, según los casos, para interpolar datos ausentes (solo cuando ha sido imprescindible), para identificar observaciones estadísticamente atípicas y para determinar si tales observaciones tuvieron efectos permanentes o transitorios sobre la tendencia del fenómeno observado mediante las técnicas conocidas como «análisis de intervención». Finalmente se ha utilizado el modelo estimado para obtener la tendencia estocástica de la serie temporal con el método de la forma reducida (técnica de filtrado conocida como TRAMO-SEATS). Véase Peña (2005).
1760-1765 de Archivo General de Indias, Buenos Aires 598: reporte enviado al Consejo de Indias para dilucidar una querella sobre el número de prebendas del Cabildo Catedralicio de esa ciudad; 1766-1774 de Archivo General de la Nación-Argentina Sala 9,13-2-6 para el caso de Montevideo y Guerrero Soriano (1994) para el caso de Buenos Aires; 1775-1779 de Archivo General de Indias, Buenos Aires 606; reporte sobre la recaudación enviado por el obispado a las autoridades civiles; y 1782-1801 de Archivo General de Indias, Buenos Aires 598, cuadrantes de diezmos del Obispado de Buenos Aires.
Todos (281) los inventarios posmortem de unidades productivas rurales de la Jurisdicción de Montevideo entre 1756-1810 fueron recogidos para la construcción de estas series, según figuran en Archivo General de la Nación-Uruguay, Archivo Judicial, Civil 1.o. También fueron empleadas las listas de precios de consumos básicos fijadas por el Cabildo de Montevideo del mismo período, según figuran en los Acuerdos del Extinguido Cabildo de Montevideo publicados en Revista del Archivo General Administrativo (1886, 1887, 1916, 1918a, 1918b, 1920, 1942). La crítica de estas fuentes y los detalles de la construcción del índice en: Moraes (2010).
La información original en los «Registros de alcabala de cueros» de la Real Caja de Montevideo entre 1778-1798, en AGI Buenos Aires 447 y 449. Un cotejo de la serie de precios de los cueros montevideanos a partir de su origen (1778) con la de los cueros exportados por Buenos Aires reveló que no hay diferencias significativas en el precio de ambos. Los detalles de la estimación en Moraes y Stalla (2011).
Fueron estimadas las cantidades de reses faenadas para el consumo de carne de ambas ciudades en Moraes (2011a, p. 366). La información sobre Buenos Aires se tomó de Garavaglia (1999a).
El aumento del ingreso decimal durante la década de 1750 es notable en el estudio de Cuesta (2006a). Sobre el pedido de aumentar el número de cargos del cabildo catedralicio: AGN-BA, 1926. Acuerdos del extinguido Cabildo de Buenos Aires. Buenos Aires. El episodio ha sido estudiado por Guerrero Soriano (1994) y por Di Stefano (2000).
Una prolongada sequía empezó en la primavera de 1771 y duró hasta 1773, seguida de un ataque de langosta en 1774. La recaudación decimal de hecho se interrumpió en algunos de esos años debido a la gravedad de la crisis.
Las listas municipales de precios del período en AGN-Montevideo, Revista del Archivo General Administrativo, tomos ii, iii, v, vi, vii, viii, x y xvi. Véase una crítica detallada de la fuente en Moraes (2010).
Para el caso de Buenos Aires, los estudios actuales sugieren que la composición sectorial de la población activa no experimentó cambios en el período; véase Cuesta (2006b); para el caso de Montevideo, en cambio, la evidencia sobre la segunda mitad del siglo xviii no es conclusiva según Vicario (2010, p. 193).
Los datos de población de Buenos Aires fueron tomados de Cuesta (2006a). Los datos de población de Montevideo fueron estimados tomando como base los totales de población disponibles en Pollero y Vicario (2011, p. 18).