La provisión de semen en reproducción asistida (RA) por masturbación se viene haciendo exactamente igual desde hace unos 50 años. Los varones sometidos a esta prueba clínica la califican como algo innecesariamente público y sórdido1; haciéndoles sufrir inútilmente ante la indiferencia del sistema sanitario2. El actual proceso de humanización de la medicina, exigiría mejorar nuestros procedimientos para respetar mejor la intimidad de esos pacientes y ser menos psicológicamente agresivos con ellos. Aunque, el personal sanitario tienda a minimizar tales dificultades y no sientan la necesidad de introducir modificaciones en sus procedimientos, no significa que no haya que hacerlo3.
Se decidió analizar cuál era la valoración que hace la población (sanitaria o no) a diferentes métodos no quirúrgicos para obtener muestras de semen, a fin de comprobar si habría alguno que pudiera ser mejor aceptado que el actual. Con ese fin se diseñó un cuestionario autoaplicado de 21 ítems, para calificar del 1 (peor valorado) al 10 (mejor valoración) a diferentes formas no quirúrgicas de obtener semen (tabla 1). Su enlace a través de Internet se distribuyó preferentemente entre diferentes webs, no todas relacionadas necesariamente con la infertilidad. También se envió por correo electrónico aleatoriamente a un listado de personal sanitario de la Comunidad de Madrid.
Opiniones sobre la obtención de muestras de semen y la valoración de los diferentes procedimientos no quirúrgicos propuestos (n=145)
Cuestiones | Sí Porcentaje | Noa Porcentaje |
---|---|---|
¿Cree que la provisión de semen resulta difícil para los varones? | 52 | 26 |
¿Proporcionar pornografía facilitaría el procedimiento? | 63 | 9 |
¿Disponer de una sala privada en el laboratorio facilita el procedimiento? | 73 | 16 |
¿Enviar al paciente a un aseo del centro facilita el procedimiento? | 10 | 83 |
¿Que la muestra se obtenga en casa facilitaría el procedimiento? | 92 | 6 |
¿Masturbarse, eyaculando en un condón, y no en un frasco, facilitaría el procedimiento? | 70 | 9 |
¿En el caso de que usted (sea varón o mujer) tuviera que hacerse una prueba médica que le exigiera masturbarse, lo haría en un laboratorio, relacionándose con personal sanitario del sexo opuesto, que sabría lo que usted está haciendo en todo momento y a quien debería demostrar al final que lo ha hecho? | 25 | 60 |
Procedimientos | Calificación (en porcentaje) | |||
---|---|---|---|---|
1-4 | 5-6 | 7-8 | 9-10 | |
Que el varón se masturbe a sí mismo en el laboratorio | 18 | 32 | 31 | 19 |
Que una auxiliar masturbe al varón en el laboratorio | 84 | 4 | 4 | 8 |
Que la pareja acompañante masturbe al varón en el laboratorio | 20 | 24 | 32 | 24 |
Que se masturbe el varón en casa | 5 | 11 | 34 | 50 |
Que su pareja masturbe al varón en casa | 8 | 10 | 28 | 54 |
Que el varón copule con una muñeca hiperrealista (utilizando un condón especial, por higiene y recoger la muestra) en el laboratorio | 68 | 12 | 12 | 8 |
Que una máquina especialmente diseñada para ello le masturbe (con condón especial) en el laboratorio | 58 | 24 | 12 | 6 |
Que el varón se masturbe con un vibrador especialmente diseñado al efecto, recogiendo el semen en un condón especial | 32 | 32 | 25 | 11 |
Que el personal sanitario obtenga espermatozoides del fluido obtenido por masaje prostático transrectal | 75 | 8 | 4 | 13 |
Suspenso: 0-4; Aprobado: 5-6; Notable: 7-8; Sobresaliente: 9-10.
El 61% de las 145 respuestas obtenidas fueron mujeres. Entre todos los encuestados había un 61% de personal sanitario. Del conjunto de respuestas, el 23% correspondían a usuarios de RA. Y un 7% del total de encuestados fueron sanitarios que prescribían o realizaban los análisis de semen. Los varones tenían una edad promedio de 45 años, significativamente superior al de las mujeres (41 años).
Los usuarios más experimentados en la RA reconocían las dificultades masculinas para proporcionar semen significativamente en mayor proporción que los no usuarios (76 vs. 45%), con un menor porcentaje de indecisos (3 vs. 29%). La mayoría de los encuestados consideraba que el mejor lugar para obtener muestras de semen, en el laboratorio, era una sala específica con intimidad; rechazando mayoritariamente que los sujetos hubieran de hacerlo en los aseos públicos de los centros; lugar donde se les envía con frecuencia2.
El procedimiento peor valorado fue que «una auxiliar masturbe al sujeto en el laboratorio»; lo que señala la distancia existente entre la fantasía, o la pornografía, y nos da una idea de la evaluación real efectuada. Los procedimientos que obtuvieron mejor puntuación fueron: que, en casa, el sujeto se masturbe, o que lo masturbe su mujer; seguido, con diferencias estadísticamente significativas, por el que los varones se masturben en el laboratorio, o sean ayudados manualmente por sus parejas allí mismo. Esa colaboración en el laboratorio podría tener su interés, pues cuando la mujer ayuda activamente a eyacular, los varones se estresan menos, tal y como lo mide la escala hospitalaria de ansiedad y depresión (EHAD), siendo la calidad seminal obtenida similar2. Las diferencias en la puntuación total de la EHAD, respecto a los varones que acudieron solos, están muy próximas al nivel de significación estadística (p<0,06)2. El tercer procedimiento aprobado fue que los varones utilizaran un vibrador masculino en el laboratorio, recogiendo el semen con un preservativo especial. El resto de los métodos propuestos fueron valorados negativamente, o suspendidos por los encuestados (tabla 1).
Sin embargo, la mayoría de los sujetos que respondieron (un 72% de las mujeres, y un 42% de los varones) refirieron que no se masturbarían si se lo exigiese una prueba médica; a lo que habría que añadir un 15% de indecisos. Llama la atención que ninguno de los sanitarios implicados en la prescripción o en el análisis del semen lo haría. Por eso, aunque la masturbación manual en casa o en el laboratorio está bien valorada, y solo el 25% de los encuestados se masturbaría para una prueba médica, solo quedaría que la mujer masturbe al varón, como opción posible, o la tercera opción aprobada por los encuestados: aprovisionar a los varones de un vibrador para proporcionar las muestras seminales (con un condón sin espermicidas para recoger el semen4). De ese modo se sentirían menos indignos y expuestos, y mejor tratados2. El uso de objetos interpuestos para la masturbación es mejor valorado que masturbarse con conocimiento de otros5.
La eyaculación inducida en varones sanos con vibradores no es algo nuevo; pues fue descrita por primera vez en el año 19656. Y, desde entonces, existen numerosas investigaciones clínicas y sexológicas que utilizan vibradores comerciales tipo «manos libres» con éxito7; tan solo habría que adaptar su intención a estos objetivos, con un coste mínimo. También está bien establecido que la recogida del semen en preservativos sin espermicidas, tipo Silastic®, no altera la calidad seminal4. Y hace tiempo que los preservativos son de uso común en las ecografías transvaginales y transrectales realizadas ambulatoria y hospitalariamente8.
Con estas modificaciones no solo se humanizaría un procedimiento que aún mantiene evocaciones veterinarias, sino que, probablemente, mejoraría la percepción de la calidad asistencial recibida9; porque centraría más la atención en el paciente, respetando sus derechos a la intimidad10.