Al finalizar la lectura del artículo «Impacto de la pandemia COVID-19 en la formación sanitaria especializada de un centro docente»1 queremos expresar con esta carta nuestra opinión sobre la presente cuestión.
La pandemia COVID-19 continúa siendo un gran desafío para los diferentes centros asistenciales: a nivel logístico, económico, sobre todo por el despliegue de recurso humano en la primera línea de defensa, dentro de ellos residentes2. Si bien, se pudo mejorar la situación en diferentes partes del mundo, inmunizando a través de campañas, aún queda la problemática relacionada a la formación sanitaria tanto especializada como a nivel de pregrado, desarrollando diferentes perspectivas y acciones, muchas de ellas se asumen como negativas por parte de los estudiantes sanitarios.
Encuestas para residentes de diferentes especialidades han sido diseñadas con el fin de conocer la relación entre la pandemia COVID-19 y el impacto que ha tenido en su formación. En tal sentido, un estudio observacional transversal de tipo encuesta vía web en 87 médicos internos residentes de endocrinología y nutrición, demostró que el 70,1% sufrió limitaciones en las rotaciones dentro de su propia unidad y el 50,6% opinan que la situación actual ha modificado bastante la calidad de sus rotaciones. Un estudio similar en 152 residentes de neurología reportó que el 126 (82,8%) considera que la situación actual afectaría negativamente a su formación, el 99 (64,7%) alegando la pérdida de rotaciones no recuperables3.
Un punto importante para destacar son las habilidades técnicas, indispensables para los residentes en formación de las especialidades quirúrgicas, en un estudio de corte transversal mediante encuesta a 307 residentes de cirugía ortopédica y traumatología de toda España, 69,7% de ellos manifiesta que se anuló más del 60% de los procedimientos electivos y el 66,8% de los encuestados afirma que tendrá repercusiones en su futuro laboral4.
Nuestro país, Perú, no es ajeno a esta realidad y como lo citado líneas arriba, también se limitaron a consultas externas y procedimientos electivos generando un mal sentir por parte de los afectados, es importante manifestar que el 11 de mayo del 2020 el gobierno peruano tomó la medida de dar culminación anticipada en aquellos residentes que se encontraban en su último año de formación5. En este contexto, la inclusión de residentes en «equipos COVID» ha sido causal de mayor esfuerzo y carga laboral, por un lado, ha servido como complemento para su formación y habilidad de trabajo en equipo, pero por otro, fuente de estrés, contagio e incertidumbre en su futuro.
Se han establecido diferentes actividades para resolver esta problemática, la gran mayoría basada en la virtualidad, como: telesimulación, teledebriefing, teleconsultas, entre otras, sin embargo, creemos que unas de las mejores propuestas son la ampliación del tiempo de formación, como compensación de las interrupciones en sus sesiones sanitarias de especialidad, así como la creación de contratos o facilidades de trabajo sobre todo en los residentes de último año. De esta forma el objetivo principal es el desarrollo de sesiones clínicas.
En conclusión, la pandemia COVID-19 ha sido complementaria a la formación sanitaria desarrollando el trabajo en equipo, perseverancia, resiliencia, sin embargo, ha sido causante de estrés emocional, contagios y suspensión a las sesiones prácticas de especialidad entre ellas: la habilidad quirúrgica.
FinanciaciónEste trabajo no ha recibido ningún tipo de financiación.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.